De dos a seis hoteles cinco estrellas: los edificios históricos de Córdoba atraen proyectos de alta gama

La ciudad de Córdoba acarrea un reto turístico desde el boom del sector pre y post pandemia: aumentar la estancia media. Es decir, alargar las llamadas pernoctaciones, el número de noches que los viajeros pasan en la capital, una ciudad que, por suerte y por desgracia, vive turísticamente de la Mezquita.

Y, si vives turísticamente de un monumento tan potente y, además, tienes tanta competencia cerca -Sevilla, Málaga, Granada, Cádiz-, ocurre que, para muchos de los visitantes que viajan a Andalucía, Córdoba se ha convertido en una ciudad de paso y no un destino.

Para enfrentar ese handicap, dos indicadores parecen cambiar la configuración turística en Córdoba: el primero, que lo que más crece mes a mes en las encuestas de ocupación hotelera y extra hotelera son los viajeros extranjeros (sin ir más lejos, el pasado octubre superaron a los nacionales). El segundo, que el número de proyectos hoteleros de 5 Estrellas se ha triplicado de unos años a esta parte. 

Y ambos indicadores están ligados, ya que, año tras año, las estadísticas apuntan que los viajeros que se hospedan en hoteles de la máxima categoría son los que más alargan la estancia.

Dos activos desde 2008

En estos momentos, por encima de la euforia de los anuncios y proyectos -que muchas veces se caen-, la realidad es que en Córdoba sigue habiendo sólo dos hoteles de la máxima categoría. Son el Palacio del Bailío, el pionero, que abrió sus puertas en el año 2007, impulsado por las hermanas Koplowitz; y el Eurostars Palace, que abrió en 2008 en el antiguo Meliá del paseo de La Victoria.

Al igual que ocurrió entonces, es posible que, de una tacada y en unos meses, esos dos se conviertan en cuatro. Y es que, en cuestión de unos meses está prevista la apertura del 5 Estrellas de Zizai -el promotor de Flora-, ubicado en la calleja de Las Flores; así como la reconversión en 5 estrellas del NH Amistad, incrustado junto al Bien de Interés Cultural de la Muralla de la calle Cairuán, y que cuenta con el beneplácito tanto de la Gerencia de Urbanismo como de la Delegación de Patrimonio de la Junta de Andalucía.

Y, también de una tacada, dos nuevos proyectos se han puesto sobre la mesa en cuestión de días. Por un lado, la cadena hotelera navarra Zenit Hoteles ha anunciado la transformación del convento de Santa Isabel, ubicado en el barrio de Santa Marina en Córdoba, en un lujoso hotel de cinco estrellas -inicialmente, se difundió que sería un 4 Estrellas-.

Por otro, la semana pasada, este periódico avanzó en exclusiva los planes del Grupo Gimeno para el palacio del marqués de Santa Marta, en la céntrica calle del Realejo, y que también proyectan como hotel de 5 Estrellas.

En común tienen todos su ubicación céntrica y la calidad de su oferta de alojamiento. No obstante, otra de las cuestiones más llamativas es la coincidencia de cinco de ellos: todos están proyectados sobre edificios del Casco Histórico. Esto entraña proyectos mucho más complejos de levantar -la prueba está en que, hace unos meses, se cayó uno para la Casa de las Cabezas-, pero con resultados tremendamente atractivos para los viajeros, que pueden hospedarse en el corazón de una de las ciudades más antiguas de Europa.