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La limpieza de 30.000 imbornales que evita inundaciones en Córdoba

Limpieza de imbornales por parte de EMACSA

Redacción Cordópolis

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Córdoba cuenta con casi 30.000 imbornales, puntos abiertos con rejillas en alcantarillas y bordillos de la ciudad, por donde canalizar el agua de la lluvia y la limpieza viaria. Y para evitar que en grandes avenidas de agua se produzcan inundaciones en la ciudad, la empresa municipal de aguas de Córdoba, EMACSA, realiza un trabajo permanente a lo largo del año para limpiar los imbornales y que, llegado el momento, puedan conducir el agua hasta la red de alcantarillado sin generar incidencias.

La tarea que se desarrolla desde EMACSA, entre otros, a través de una empresa que presta este servicio tiene un calendario de trabajos periódicos a lo largo de todo el año. Se trata de “un trabajo permanente” que, “se refuerza en determinadas épocas del año” como es el otoño e invierno con la caída de hojas que pueden taponar los imbornales, según explica a Cordópolis Juan Moral, jefe de subárea de Distribución en EMACSA.

Esa limpieza sistemática de los imbornales se complementa con el trabajo que se desarrolla por avisos e incidencias. Ejemplo de ellos fueron las últimas lluvias y el viento en este mes de diciembre que hizo que gran cantidad de hojas acabaran en el suelo y fuera preciso limpiar los imbornales para evitar atascos y, con ello, inundaciones.

En esta época, cinco equipos distintos trabajan en la ciudad para mantener libres los conductos de la red de alcantarillado. De un lado -explican desde EMACSA-, “se lleva a cabo una tarea manual por parte de los operarios, despejando la rejilla del imbornal, retirándola y limpiando el interior del mismo, así como el conducto que lo conecta con la red, extrayendo y retirando las acumulaciones que se hayan podido producir, señala Moral. De otro lado, también se emplean camiones especializados para realizar con más fuerza la succión del sedimento y la limpieza con agua a presión.

“Esta tarea de limpieza se desarrolla en todos los distritos de la ciudad y también en las barriadas periféricas”. Se trata de una labor que tiene puntos y épocas más sensibles en zonas donde, en el otoño, hay gran cantidad de árboles de hoja caduca que sueltan la hoja y suponen un riesgo para atascar los imbornales. “Las grandes avenidas que tienen árboles de hoja caduca centran la actividad en esta época”, relata el responsable.

Por otro lado, cuando las inclemencias del tiempo generan incidencias, el servicio de atención de EMACSA, abierto las 24 horas de los 365 días del año, responde para atender esas urgencias. “En caso de que el imbornal no pueda realizar su función, se pueden producir acumulaciones de agua que pueden ocasionar cortes del tráfico o afecciones a viviendas”, explica Moral, para destacar la relevancia de esta labor.

Esto hace que se atienda con urgencia las incidencias que detecta la propia empresa municipal o bien llegan a través de avisos de la ciudadanía. “Todos los avisos que llegan sobre la red alcantarillado son catalogados como urgentes”, precisa. Y eso hace que haya siempre trabajadores de EMACSA para atender estas incidencias, con el compromiso de que, “en menos de una hora debemos estar en el lugar para atender la incidencia”.

Luego, en función de su envergadura, los operarios desarrollan su trabajo para devolver a los imbornales su total capacidad, una labor a la que ayuda que Córdoba cuente con imbornales mixtos, tanto de rejilla en la calzada como de boca en el bordillo, con más capacidad para evitar atascos. Con recursos propios de EMACSA y con la contratación de la empresa externa que realiza esta tarea -por 5,2 millones de euros en tres años en el próximo contrato-, Córdoba logra así que la limpieza de los imbornales sea un punto a favor para evitar inundaciones en la ciudad.

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