Los emprendedores más jóvenes del Colegio Ferroviario venden sus productos para despedir el curso

“Masajes gratis, buenos masajes”, “¿Quieres una revista por tres euros?”, “Apunta que se han llevado esto”, estas han sido algunas de las frases que se han escuchado este miércoles en el Parque de Colón de las bocas de los más pequeños del Colegio Ferroviario. Desde quinto de primaria hasta el último curso de la ESO, han realizado una vez más su Feria del Emprendimiento, reuniendo a las distintas cooperativas escolares del centro. En un paseo cotidiano por el parque, los cordobeses se han podido encontrar desde un salón de masajes improvisado en el césped o una representación de teatro, hasta puestos de maceteros con plantas cultivadas en su propio huerto.

Desde el inicio de curso, un año más, los alumnos del Ferroviario, desde el Tercer Ciclo de Primaria hasta cuarto de la ESO, han trabajado en distintas cooperativas escolares para sacar este proyecto final. Que como motivación para ellos tiene el obtener dinero para sus viajes de fin de estudios. De esta manera van a aprendiendo las responsabilidades que ocupan a los distintos cargos de una cooperativa, a trabajar en grupo y a tomar decisiones entre todos. Así lo ha contado a Cordópolis la jefa de Estudios del centro y profesora de lengua, Constantina Caballero. “Crean su cooperativa con un consejo rector, escogen a las personas más idóneas para tener cada responsabilidad y en el funcionamiento de cada una van conociendo qué funciones tienen el presidente, el tesorero, el secretario...”.

Un puesto con plantas en macetas de cerámicas pintadas con los diseños más originales y múltiples colores pertenecía a sexto de primaria. Son sus compañeros de quinto los que en el huerto del colegio cultivan las plantas que luego para esta feria, han plantado en las macetas diseñadas por los mayores. El proyecto del primer curso de la ESO ha estado relacionado con las figuras geométricas, por lo tanto, lo han desarrollado en la asignatura de matemáticas. Aunque la creatividad no les ha abandonado en ningún momento. Llaveros de todos los tamaños, formas y colores, así como pendientes o collares han llenado una mesa de esta feria.

Según ha especificado la presidenta de la cooperativa del centro, Esther Aguilar, ha sido la novedad de este año, “para que se fijen en las figuras geométricas pero les den su toque personal”. Estos han sido elaborados “por un grupo muy colaborador”. Joaquín y Ana han sido dos de los niños que han formado parte de este y según han explicado “al principio fue un poco caótico, pero luego ha sido muy divertido”. Además, han hecho también otros productos con madera “los hemos pintado, barnizado y decorado y después los hemos engarzado y les hemos puesto unas etiquetas”, ha detallado Ana.

El dinero que se obtiene va para el huerto y para el viaje de fin de curso, ingresos que el tesorero controla y de los que se tienen constancia. Algunas veces el ponerse de acuerdo es difícil, hay quien propone que se haga de una forma, quien propone que se haga de otra pero hay que partir del consenso. Esto se ve reflejado en otros ámbitos ya que tienen la dinámica, y un rodaje en la escucha y en el ponerse de acuerdo.

Otra iniciativa interesante dentro de estas pequeñas cooperativas es la creación y redacción de un cuento, conjuntamente con los alumnos más pequeños -de cinco años- y de segundo de la ESO. Aguilar ha aclarado que, el grupo de 2 junto con el grupo de infantil, crean su propio cuento. “Eligen un tema importante para ellos y a partir de ahí crean una historia, se ven reflejados porque son autores y autoras del cuento, y tienen dibujos hechos por los más mayores. Luego el cuento es representado en una función de teatro por los mayores”. Un grupo de alumnos de tan solo cinco años han esperado atentos a que sus compañeros más mayores o los personajes de su cuento saliesen al pequeño teatro que han montado en el parque.

En tercero de la ESO, cada año se convierten en periodistas, redactando la revista La mirada adolescente. Un trabajo para el que han hecho una selección de unos 20 temas para trabajar en ellos, según ha detallado Alba han realizado incluso entrevistas a distintos profesionales, “en salud mental hemos hablado con una psicóloga o en astronomía con un astrónomo”. Por último, la iniciativa más solidaria como cada año es la del último curso, que venden productos típicos de las zonas rurales de Guatemala. Esto se hace en colaboración con la ONG Ixmucané, que ayuda a garantizar la educación de niñas en estas zonas. Parte del dinero se destina a esta organización, el resto va destinado a los viajes de fin de curso de los alumnos del Ferroviario.

De esta manera, aprendiendo sobre cooperativas, desarrollando su creatividad, y siendo solidarios, los estudiantes han disfrutado de una mañana diferente en la que han mostrado el trabajo realizado durante un año. Entre risas y juegos -que tampoco han faltado- los alumnos comienzan a tener una mentalidad emprendedora y cooperativa, aunque ahora esté enfocada en sus próximas vacaciones de verano.