De Córdoba al cielo cinematográfico: Gerardo Olivares da el pregón del Mayo Festivo

El gran apagón ocurrido el pasado 28 de abril dejó a la Península Ibérica incomunicada, en un profundo caos que, con el paso de las horas, pudo salir sin mayor dificultad. Aun así, Córdoba se preparaba para su gran Mayo Festivo, con una programación que comenzaba con las Cruces que transcurrieron con normalidad. Sin embargo, el pregón que tenía previsto celebrarse en el Gran Teatro ese mismo lunes no sucedió finalmente. Ahora quedaba saber si se iba a reprogramar o, finalmente, cancelar, aunque el Ayuntamiento de Córdoba quería que la normalidad fuese la gran protagonista y el 5 de mayo ha sido la fecha elegida para que el cineasta Gerardo Olivares diese la bienvenida al mes por excelencia de la capital cordobesa.
Un pregón fuera de lo normal debido a lo ocurrido con el gran apagón, pero eso no significa que el Mayo Festivo se quede sin este preludio tan particular. Es por ello que Gerardo Olivares toma el testigo del torero Manuel Benítez y se ha convertido este lunes en el pregonero de estas fiestas. El cineasta comenzó su discurso con una pregunta: “¿Qué puedo contarle a los cordobeses sobre Córdoba que ellos no sepan ya?” Por tanto, el profesional del séptimo arte quiso desgranar su niñez y adolescencia, justo antes de irse a vivir a Madrid a tratar de dedicarse a su pasión: al cine.

Por tanto, Olivares ha guiado su pregón desde su nacimiento, hace 60 años en el Sanatorio de la Calzadilla, la esquina de Brillante con la carretera del Calasancio. Ahí comenzó la historia con Córdoba, una infancia que la llevará siempre “tatuada en el alma”. El cineasta ha hecho referencia a la calle Poeta Paredes, donde a día de hoy viven sus padres. “Allí están mis raíces, ahí encuentro la calma y la paz. Es mi refugio. También me gustaría pasar mi último ciclo de vida”. Los recuerdos hacen que las emociones brillen por si solas, por lo que la melancolía invade a la persona. “No os podéis imaginar como se extraña Córdoba cuando se vive fuera”.
A partir de ahí, Gerardo Olivares ha ido contando una serie de anécdotas hasta nombrar a cada uno de sus amigos de la infancia, incluido a Sardi que falleció hace poco tiempo. “Vosotros formáis parte de mi Córdoba bonita”, explica el cineasta. Asimismo, el cordobés también recuerda con cierto cariño la primera vez que entró en la instalación que este 5 de mayo dio el pregón: el Gran Teatro. “Allí fue donde descubrí el amor por el séptimo arte. Yo tenía los ojos como platos y había un sueño naciendo dentro de mí: el sueño de contar historias con imágenes”.

Por otro lado, el cineasta también ha entrado en sus primeras experiencias con las principales fiestas del Mayo Festivo: las Cruces, los Patios y, sobre todo, la Feria. Y es que Olivares ha recordado cuando la Feria estaba situada en el Paseo de la Victoria. La ida por las casetas entre los árboles, las sevillanas con su amigo Pablo o la vuelta en su Vespino por la cuesta del Brillante. Todos esos recuerdos se fueron consigo a Madrid para estudiar en la universidad. Y ahí es donde empezó su carrera en el cine. Siempre tiene a Córdoba presente y en este pregón no va a ser menos. “Arrancamos brindando en la Cata de Vinos, seguimos saltando de Cruz en Cruz, nos metemos en los Patios y rematamos en la Feria. Porque en mayo hasta los problemas se visten de faralaes. Porque en mayo Córdoba es la ciudad de la alegría”, culmina.
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