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La ciudad de Córdoba supera los nuevos límites legales de contaminación del aire

Panel que informa sobre los niveles de polución en Córdoba

Juan Velasco

19 de junio de 2024 20:17 h

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El informe elaborado por Ecologistas en Acción sobre la calidad del aire ha concluido que la ciudad de Córdoba incumple los nuevos límites legales de contaminación aprobados por el Parlamento Europeo el pasado 26 de abril, que deberán alcanzarse antes de 2030.

De acuerdo con estos umbrales, el aire contaminado afectó en 2023 a casi dos terceras partes de la población andaluza, con las peores situaciones en los entornos urbanos de las grandes capitales, entre ellas Córdoba.

El informe elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos en 785 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el Estado español, entre ellas 101 situadas en Andalucía. Lo más positivo es que, a nivel general, durante 2023 la calidad del aire en Andalucía ha mejorado respecto a los años 2022 y anteriores a la pandemia, con una reducción significativa de los niveles de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), dióxido de nitrógeno (NO2) y ozono troposférico.

Eso si, si se toman en consideración los nuevos límites europeos, la situación es preocupante en Andalucía, y más aun si se tienen en cuenta los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), mucho más estrictos que los límites legales vigentes y nuevos -según estos baremos, “el aire contaminado afectó en 2023 a la totalidad de la población y el territorio andaluces”-.

Además, el informe recuerda que el año 2023 fue seco y el segundo más cálido en España desde al menos 1961 Así, la estabilidad atmosférica activó los episodios de contaminación por partículas, en su mayor parte procedentes del norte de África, mientras que el alto calor estival contribuyó al aumento del ozono, en especial durante las olas de calor de julio y agosto. “El cambio climático se confirma como un factor determinante en el agravamiento de los episodios de mala calidad del aire”, asegura el documento.

¿Y por qué cayó la contaminación atmosférica? Pues, según Ecologistas, el factor esencial es la evolución de la actividad económica tras la pandemia de la COVID-19. El consumo de combustibles fósiles y electricidad se redujo el año pasado y las fuentes renovables cubrieron más de la mitad de la demanda eléctrica, limitando las emisiones de las centrales térmicas de ciclo combinado, estando cerradas la mayoría de las de carbón, las más contaminantes.

A pesar de ello, las partículas (PM10 y PM2,5) y el dióxido de nitrógeno (NO2) en el aire siguieron afectando a la totalidad de la población andaluza. Las partículas PM10 presentaron la peor situación en Villanueva del Arzobispo y las áreas metropolitanas de Granada, Málaga y Sevilla.

Por su parte, las áreas urbanas de Algeciras, Córdoba, Granada, Málaga y Sevilla incumplieron el nuevo límite legal anual del dióxido de nitrógeno. El ozono afectó a las áreas suburbanas y rurales a sotavento de las grandes ciudades. Por primera vez en España desde la entrada en vigor en 2013 del objetivo legal del cancerígeno arsénico, éste se superó en 2023 en la zona industrial de Huelva, con relación a las emisiones de la fundición de cobre Atlantic Cooper.

Y, frente a esto, según denuncia Ecologistas en Acción, la Junta de Andalucía sigue incumpliendo su obligación de aprobar planes de lucha contra la contaminación por ozono en todas las zonas de la Comunidad -salvo la Bahía de Algeciras-. Asimismo, recuerdan que hace año y medio venció el plazo para que todos los municipios de más de 50.000 habitantes establezcan zonas de bajas emisiones, para mejorar la calidad del aire y mitigar el cambio climático.

“La mayoría de las ciudades andaluzas no las han implantado, siendo ineficaces las aprobadas en Almería, Córdoba, Estepona, La Línea y Sevilla. Y tampoco se han dotado de protocolos de actuación frente a los episodios de mala calidad del aire”, critican.

La única forma de mejorar la calidad del aire en las ciudades es reducir el tráfico motorizado, potenciando la movilidad activa peatonal y ciclista y el transporte público limpio. También es necesario promover el ahorro energético, adoptar las mejores técnicas industriales disponibles, cerrar las centrales térmicas de combustibles fósiles, penalizar el diésel, reducir el uso del avión, acelerar el área de control de las emisiones del transporte marítimo del Mar Mediterráneo y designar la del Atlántico Noroeste (obligando al suministro eléctrico a buques en puerto), y una moratoria de las nuevas macrogranjas ganaderas.

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