La Iglesia 'blinda' el rodaje de películas y actos en sus templos
La asamblea de Obipos del Sur aprueba un documento sobre los usos extralitúrgicos de las iglesias dedicadas al culto para regular las actividades que contienen y garantizar que no se ofende a los creyentes
“El objetivo de este documento es presentar un marco normativo común para todas nuestras diócesis, en sintonía con lo establecido por la Iglesia a este respecto, que ayude a clarificar y discernir la idoneidad o no del acto que se pretende celebrar en lugar sagrado”. El documento en cuestión es una especie de manual aprobado por la asamblea de Obispos del Sur (Odisur) para regular los “usos extralitúrgicos de las iglesias dedicadas al culto” en Andalucía y que blinda, por ejemplo, la autorización para el rodaje de películas, anuncios o programas de televisión, además de la organización de actividades culturales.
El documento fue aprobado por los obispos andaluces en la última asamblea ordinaria celebrada en Córdoba los días 21 y 22 de octubre. En el mismo, que está publicado en la web de Odisur, los obispos plantean que la última palabra sobre la autorización de una actividad o rodaje la tendrá el obispo diocesano correspondiente.
En cuanto a los rodajes, se exigirá a “los promotores de estas actividades presentarán una solicitud motivada explicando la razón para elegir este lugar, y adjuntarán dos ejemplares completos del guión técnico y literario de la grabación, señalando el calendario previsto”. “Estos proyectos requieren un discernimiento especial en cada caso, por lo que todas las circunstancias que concurren en ellos tendrán que ser estudiadas detenidamente”, agrega el documento.
También se regularán las actividades culturales que acogen los templos e iglesias de Andalucía y que son propiedad de la Iglesia. Así, “la autorización para este tipo de actos, presentaciones de libros, revistas y carteles cofrades, siempre será con carácter extraordinario y, en la medida de lo posible, se buscarán otros espacios más propios fuera de las iglesias”, recalca el documento.
Los obispos también hablaron de la regulación de los conciertos de música sacra, ya que “la Iglesia siempre ha sentido una gran estima hacia la música sagrada, no solo por ser parte integrante de la liturgia, sino también por ser un medio eficaz que ayuda a las personas a elevar su espíritu hacia Dios y fomentar los valores espirituales, a la vez que un instrumento adecuado para la nueva evangelización”. Por eso, la fomentarán.
En una nota de prensa, los obispos aseguran que al establecer dichas normas, han tenido en cuenta las normas generales de la Santa Sede, las normas diocesanas actualmente vigentes, los diferentes convenios de colaboración firmados con administraciones públicas y diversas leyes de aplicación en estos casos.
En concreto, con el documento “se pretende que, en sintonía con lo establecido por la Iglesia a este respecto, sean una ayuda para clarificar y discernir la idoneidad o no del acto que se quiere celebrar en lugar sagrado, cuya autorización corresponde en exclusiva al obispo diocesano. También se ofrecen pautas claras para el mejor desarrollo de los actos, compatibilizando así la realización de esas actividades con la salvaguarda del carácter religioso y litúrgico de las iglesias.
Como recuerdan los obispos en este documento, el Código de Derecho Canónico establece que una iglesia es “un edificio sagrado destinado al culto divino, al que los fieles tienen derecho a entrar para la celebración, sobre todo pública, del culto divino”. Es “el lugar de la asamblea del pueblo de Dios, un lugar que los cristianos han procurado siempre que se sea digno, decoroso y bello, signo de las realidades celestiales”.
Sobre la relación entre Iglesia y arte, los obispos señalan que siempre “ha existido una alianza fecunda entre el Evangelio y los artistas, una historia de amistad entre la Iglesia y el arte, que se ha concretado en una serie amplia de realizaciones, orgullo de la historia del arte y de la cultura y que, a la vez, son páginas maravillosas de teología y catequesis”.
La iglesias, según dicen los obispos, son “los edificios más representativos de nuestras ciudades y pueblos, la imagen que los identifica”. Por estos motivos, son solicitadas con frecuencia por instituciones y entidades para celebrar en ellas actos de muy diverso tipo.
Sin embargo, señalan los obispos que “las iglesias no pueden ser consideradas como espacios disponibles para cualquier tipo de reuniones y actividades, sino solo para las que salvaguarden el carácter sagrado de las mismas y respeten su naturaleza y finalidad”. Para regular su uso en esas actividades extralitúrgicas es para lo que se establecen estas normas, que ahora acaban de ver la luz.
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