Mi gran boda japonesa (en Córdoba)
El matrimonio es una institución importantísima en Japón y una industria próspera que va mucho más allá de los límites de la isla, convertido en un negocio planetario que está a punto de aterrizar en Córdoba después de que la empresa Caracol Tours haya comenzado a comercializar la idea del matrimonio y el foto-reportaje nupcial entre muros y flores patrimonio de la humanidad.
“Para ello, nada mejor que Córdoba, Hana No Machi -ciudad de flor-”, explica a CORDÓPOLIS desde Japón Isabel Calvache, gerente de Caracol Tours e ideóloga de este nuevo producto, llamado a hacer crecer aún más la marca Córdoba en el país del sol naciente, donde ya son bastante conscientes de que hay que moverse mucho por el mundo para toparse con una ciudad con tantos títulos de Patrimonio Mundial de la Humanidad, si es que la hay.
La idea se le ocurrió hace 3 años, cuando descubrió que había un operador japonés que estaba celebrando bodas en Montefrio (Granada), pero ha acabado cristalizando en los últimos meses. Primero, tras una reunión en la Feria de JATA de Tokio el año pasado, de donde salió una misión comercial que recaló en Córdoba. Y de aquella misión salió una petición: una persona buscaba escenarios para bodas japonesas en Europa y entonces surge la idea de los patios como un set perfecto para ello.
Antes de nada hay que explicar que las bodas en Japón son un pequeño mundo, aunque, por resumir, se puede decir que el rito principal es el sintoista, un tipo de ceremonia tradicional en la que el novio lleva una haorihakama, un kimono de dos piezas, y la novia un kimono blanco nupcial o shiromuku. Sin embargo, en los últimos años, lo que está creciendo son las ceremonias al estilo occidental y, particularmente, el viaje al extranjero para casarse con una pequeña ceremonia.
Esto es exactamente lo que viene a Córdoba. Caracol Tours comenzará a ofertar a partir del año próximo ceremonias de cuento de hadas en el Castillo de Almodóvar, en el Palacio de Portocarrero (Palma del Río) o en algunos patios de Córdoba, y el posterior foto-reportaje por los puntos patrimoniales de la ciudad, desde la Mezquita a Medina Azahara, pasando por el casco histórico y de nuevo los patios.
Calvache aclara que no se trata de una boda oficial, sino una ceremonia privada entre la pareja y un máximo de diez personas. Las parejas vendrán ya casadas ante la ley desde Japón, donde basta una declaración en el ayuntamiento delante de dos testigos y un registro en el koseki para ello. Lo que se llevarán de Córdoba será, por tanto, un recuerdo imborrable y un puñado de imágenes que serán la envidia de sus amigos y conocidos.
Caracol Tours ofrecerá para ello toda la parafernalia nupcial, desde el maestro de ceremonias a la música, con hincapié en que sean artistas locales de jazz con piano y guitarra, así como el cava y la tarta. La época será en primavera y en otoño. En primavera para disfrutar del esplendor del hanami -la tradición japonesa de observar la belleza de las flores- cordobés, y en otoño porque otro de los activos que ha seducido a los touroperadores y empresarios nupciales japoneses del sector wedding con los que ha contactado Calvache ha sido el Festival de las Flores, Flora.
“La presentación del producto ha sido brutal”, señala Calvache, que añade que ya han comenzado las negociaciones con las empresas del sector para la explotación del mismo, que, como manda la tradición japonesa, serán a fuego lento. No obstante, en unas semanas comenzarán a grabar un publirreportaje del producto para comenzar la promoción y que en la primavera o el otoño del año próximo Córdoba sea un destino nupcial preferente para las bodas japonesas.
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