El Defensor abre una queja por el riesgo de derrumbe de una ermita del siglo XVI en Montilla
El Defensor del Pueblo Andaluz ha abierto una queja de oficio ante el deterioro de la ermita de San José de Montilla, un edificio que data el siglo XVI y sobre el que existe “riesgo de derrumbe de las columnas de apoyo” del mismo.
La oficina del Defensor ha incoado esta queja para conocer el estado de conservación de la ermita y se hace eco de la preocupación de los vecinos de Montilla y organizaciones religiosas relacionadas con el inmueble por el “riesgo de derrumbe de las columnas de apoyo del templo, grietas y otros aparentes problemas de conservación”.
Edificada durante el primer tercio del siglo XVI y ampliada posteriormente en 1703, la Ermita de San José perteneció a la cofradía del gremio de carpinteros. El interior del edificio está organizado en dos naves de diferente tamaño: en la mayor hay un retablo de estilo barroco decadente, con escenas de la muerte del santo y, a los laterales, lienzos con escenas de su vida. Se trata, en palabras del Defensor del Pueblo, de “un lugar preeminente entre la vasta riqueza patrimonial de la ciudad montillana”.
El Defensor abre ahora este procedimiento ante la Delegación Territorial de Cultura, Turismo y Deporte de Córdoba y el Ayuntamiento de Montilla, a fin de conocer el régimen de protección que ostenta en la actualidad la ermita de San José en Montilla, el estado de conservación del inmueble, la relación de intervenciones y proyectos que se hubieran proyectado y ejecutado en los últimos años y el régimen de uso o aprovechamiento y programa de visitas públicas al inmueble.
Asociaciones vecinales de Montilla habían solicitado ayuda el pasado mes de agosto para actuar ante el “peligro de derrumbe” de parte de la cubierta y de la cornisa de este edificio histórico, según recogía Montilla Digital. El principal riesgo de derrumbe se localiza en la columna central del templo, donde descansa el peso de la cubierta, lugar en el que se han localizado algunas grietas.
En 2006, el Ayuntamiento de Montilla encargó a los técnicos del área de Urbanismo la redacción de un informe de ruina para valorar el estado real en el que se encontraba el templo ya entonces, después de que la Hermandad del Sagrado Descendimiento lo hubiera elegido como sede canónica. La propia cofradía remitió un escrito al Consistorio en el que hacía notar la necesidad de acometer un proceso de rehabilitación del coro de la ermita –que ya entonces se encontraba apuntalado–, así como de las barandas de madera –atacadas por la carcoma– y de las puertas del templo.
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