La defensa del acusado de homicidio en el Paseo de la Victoria alega legítima defensa
La defensa del hombre de unos 37 años de edad acusado de un delito de homicidio, tras supuestamente matar a puñaladas a un varón de unos 37 años en una parada de taxis del Paseo de la Victoria de la capital cordobesa después de un altercado en un pub de Ciudad Jardín, alega las eximentes de legítima defensa, miedo insuperable y trastorno mental, así como la atenuante de arrepentimiento espontáneo.
Según recoge la calificación, a la que ha tenido acceso Europa Press, la defensa, que ejerce el abogado Francisco Acosta, ha pedido la absolución del citado y alternativamente por el delito de homicidio cinco años de cárcel y en caso de ser condenado hacer frente al pago de una indemnización de 90.000 euros. El juicio se celebrará con jurado en la Sección Segunda de la Audiencia de Córdoba.
En concreto, detalla que los hechos ocurrieron sobre la 1,00 horas del día 19 de septiembre de 2015, cuando el procesado se encontraba en compañía de unos amigos en el pub y al salir de servicio “recibió un empujón” por parte de un varón que “casi le tira al suelo, increpándolo en tono desafiante” ante lo cual el acusado “le dio un empujón para apartarlo y salir a la calle”.
Ya en la calle, el citado hombre y sus amigos, entre los que se encontraba la víctima, presuntamente se fueron a por el procesado “con la intención de agredirle”, ante lo cual éste último salió corriendo hacia el Paseo de la Victoria, “siendo perseguido corriendo tras él para darle alcance”.
Así, fue alcanzado en los Jardines de la Victoria, donde, según la defensa, “comenzaron a golpearle brutalmente hiriéndole con una navaja con la que le dieron un corte en el dedo índice de la mano izquierda por la que comenzó a sangrar en abundancia”, si bien logró “zafarse de los agresores” y continuó corriendo hasta la parada de taxis del Paseo de la Victoria junto a la Puerta Gallegos “para coger uno y escapar de la agresión”.
De este modo, se dirigió al último taxi y el taxista le dijo que se dirigiera al primero, pidiéndole al taxista que “lo llevara a casa”. Sin embargo, “estando ya agachado para meterse dentro del taxi fue alcanzado por uno de los perseguidores”, quien murió después y supuestamente le atacó por la espalda y lo sacó del taxi, comenzando a pegarle golpes en la cabeza, cogiéndolo del cuello y tirándolo al suelo, a la vez que se colocó encima suya y “continuó dándole golpes y puñetazos en la cara y la cabeza”.
Mientras, según expone la defensa, “se acercaron los otros gritando: 'que no se escape, a matarlo, a matarlo'”, ante lo cual el procesado estaba “aterrorizado y con un miedo intenso que le impedía controlar sus propios actos”, dado que “los individuos tenían la intención de darle muerte, al haber sido ya atacado con un arma blanca”.
En ese instante, el acusado sacó una navaja “de dimensiones legales que llevaba” y estando en el suelo con el otro varón encima de él “dándole puñetazos y golpes en la cabeza”, le dio “varias puñaladas con la única intención de quitárselo de encima, hasta que en un momento éste se quitó de encima, y salió corriendo buscando a un policía”. Así, se entregó en Ronda de los Tejares y relató “todo lo que había sucedido, no teniendo constancia de que su agresor había fallecido”.
Entretanto, la defensa explica en su calificación que su cliente está diagnosticado de “un trastorno esquizo-afectivo de tipo depresivo que se mantiene de forma activa, siendo estos pacientes especialmente vulnerables a acontecimientos vitales estresantes”, a lo que añade que tiene reconocida una minusvalía del 78 por ciento por parte de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía desde febrero de 2014, con “pérdida de agudeza visual binocular grave y alteración de la conducta por un trastorno de la personalidad idiopática”.
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