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El Consistorio no descarta sacar de nuevo a contratación el final de las obras de la Normal

Dos obreros en la fachada de la antigua Normal de Magisterio | ÁLEX GALLEGOS

Manuel J. Albert

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El Ayuntamiento y la empresa constructora que reforma el edificio de la Normal de Magisterio andan de nuevo a la gresca. Esta vez, el conflicto estriba en la finalización y recepción de las obras. El Gobierno local no descarta resolver el contrato y redactar uno nuevo para sacar a licitación la finalización de las obras.

La empresa constructora considera que su trabajo ya está acabado pero el Gobierno local, a través de la Gerencia Municipal de Urbanismo, encargó un estudio a una firma privada para evaluar la seguridad del edificio de cara a ponerlo en funcionamiento. Las conclusiones han sido negativas, al detectarse deficiencias en ventanales y paredes pantalla. Por eso, el Ayuntamiento no piensa recepcionar las obras ni poner en marcha las actividades para la reformada Normal de Magisterio.

Lo que no queda claro es qué va a pasar con el dinero que se invirtió de los fondos Urban Sur, procedentes de la Unión Europea. En principio, la apertura del edificio estaba programada para marzo. Esa era el fecha límite para justificar la inversión ante las autoridades de la Unión. Con este retraso, queda por ver cómo va a ingeniárselas el Consistorio para justificar sus actuales tiempos y evitar lo que nadie quiere: la devolución a Europa de los 1,2 millones que se concedió al proyecto.

El edificio, de 6.000 metros cuadrados, cuenta con un salón de actos en el sótano, una biblioteca, una mediateca y espacio para actividades de investigación y desarrollo, además de otras orientadas a funciones sociales ligadas al mundo vecinal del Sector Sur. La obra tiene un presupuesto total de 5,2 millones de euros. En total, al municipio, la obra le supone 3,7 millones de las arcas municipales.

La historia de desencuentros entre el Ayuntamiento y la empresa es larga. Muchas de las fases constructoras han acabado en contenciosos judiciales. Pero esta vez, el Ejecutivo local puede cortar por lo sano y adoptar una resolución tajante. Si considera que la empresa no cumple, resolverá el contrato y redactará uno nuevo para que otra empresa acabe las obras. Eso sí, la medida -similar a la que se ha implementado en el antiguo pabellón del Parque Joyero- dilataría considerablemente los plazos de apertura y puesta en marcha del edificio de la Normal.

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