Cierran Bed & Be y Option Be, los dos 'hostel' más internacionales que había en Córdoba
Golpetazo al sector turístico en Córdoba. Los alojamientos Bed & Be y Option Be, los dos genuinos hostel con los que contaba Córdoba no volverán a abrir sus puertas por decisión de su propietario, José Fabra, pionero a la hora de introducir en la ciudad esta modalidad de hospedaje, en los que se comparte habitación, baño y cocina.
Su cierre se produce, evidentemente, por el impacto que ha tenido el Covid-19 en este subsector, el más afectado dentro del propio sector turístico, por su propia idiosincrasia, ya que los hostel están concebidos como una experiencia de socialización y mezcla con lo local.
En declaraciones a este periódico, Fabra explica que el cierre ha llegado tras pactar la salida para sus ocho trabajadores, que estaban en ERTE desde que estalló la pandemia, y tras valorar las posibilidades del negocio en los dos alojamientos con los que contaba. El primero de ellos, Bed & Be, ubicado en la calle Cruz Conde, abrió en 2012, y rápidamente se convirtió en una referencia en el mundo hostel.
Lo hizo vinculando, al mismo tiempo, a los viajeros que se hospedaban en él, con los artistas y artesanos locales, a los que cedía su espacio para confraternizar y mezclarse. Su especificidad estaba absolutamente pensada, pues el propietario es un viajero consumado y se había especializado en turismo sostenible en Holanda con una beca Talentia.
Con Bed & Be consolidado, Fabra se lanzó a por el segundo alojamiento y en 2016 llegó Option Be, en la calle Leiva Aguilar. A su cierre, este segundo espacio es el hostel mejor valorado en portales como TripAdvisor y Google, y está considerado
referente internacional dentro de los hostels de diseño, ya que en 2018 fue el único establecimiento andaluz reconocido con el premio Hoscar de Hostelworld otorgado por viajeros de todo el mundo.
Fabra reconoce que siente lástima por el cierre de su negocio, pero admite que no veía ningún sentido en alargar el ERTE para “seguir engordando un agujero”. A pesar de su experiencia personal, su percepción sobre la supervivencia de los hostel es positiva, pues cree que ese modelo de negocio “ha llegado para quedarse” y sobrevivirá a esta crisis precisamente porque cuenta “con un perfil de viajero muy definido, que es más lanzado que el turista al uso”.
De hecho, insiste en que su decisión ha sido personal, y que ha considerado que es momento de “coger aire y disfrutar un poco de la familia, antes iniciar nuevos proyectos”.
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