“La cámara digital ha abierto las puertas a mucha gente”: el intrusismo en el sector de la fotografía
¿Quién no conoce a alguien que haya contado con un familiar o un amigo que le haya hecho las fotos en una boda o grabado un vídeo en una fiesta de fin de curso? Son muchos los que prefieren no contratar a un profesional para estos eventos. Sin embargo, como todo, también puede tener sus consecuencias. Contra estas y el intrusismo lucha Juanma Rodríguez, vicepresidente de Aproima (Asociación de Profesionales de la fotografía y el Video de Córdoba) junto a sus cerca de 60 compañeros.
La asociación que nació hace aproximadamente tres años agrupa a profesionales del sector que durante la pandemia se han visto afectados también por el parón en la celebración de cualquier tipo de evento. Llegando a bajar la media de bodas que realizaba cada trabajador de 24 a cuatro, detalla Juanma como ejemplo.
A esto se le suma que la crisis que ha afectado a toda la población ha llevado al aumento del número de personas que además de sus trabajaos, cubren eventos sueltos sin ser profesionales. “Puede haber una persona con un sueldo fijo que dice como tengo una cámara voy a hacer fotos; competir con esa persona es imposible porque los gastos que tengo yo no los tiene”, expone.
Las consecuencias de no contratar a un profesional
Juanma asegura que siempre hacen entender a sus clientes que si el presupuesto que ellos ofrecen varía al que les puede hacer otra persona es por los gastos que tienen. “Si te doy un presupuesto te cobro el IVA, porque tengo seguro de responsabilidad civil, y soy autónomo”, unos gastos que quienes no son profesionales no tienen. La diferencia en el precio final hace que el cliente se decante más por el no profesional, sin embargo, hay ocasiones en las que tiene que recurrir a él después. “Hay casos en los que les hace las fotos un primo y luego van a un profesional a que se las arregle porque no le gusta el resultado”.
Esto ocurre en el mejor de los casos, en el peor puede llevar a problemas mayores si no se cuenta con el seguro de responsabilidad civil. “No sería el primer caso que un fotógrafo le ha dado un golpe a una imagen en una iglesia; o si en un convite le das un golpe a un niño”, explica. Otro de los problemas que Juanma resalta es que ha aumentado el trabajo en la fotografía a bebés o new born, algo que de no ser hecho por un profesional podría acarrear graves problemas. “He visto fotos de un niño de diez días metido en un cubo” , una práctica que puede suponer “un peligro grandísimo” y que quieren llevar la Inspección de Trabajo puesto que “estamos jugando con vidas”.
¿Una cámara o un móvil?
A la problemática se le suma el pensamiento de que con una buena cámara o un teléfono móvil cualquiera puede hacer una fotografía, algo que se ha incrementado con la novedad continúa de móviles que presumen de grandes lentes. “La cámara digital le ha abierto las puertas a mucha gente, ahora en la misma televisión te salen anuncias que te dicen sustituye a la cámara con un móvil”, expone Juanma. Aunque desmiente que esto funcione así, “te dicen que el móvil tiene 40 megapíxeles y mi cámara me costó 3.000 euros y tiene 20, pero haz una prueba con el móvil y yo con mi cámara y guárdala a ver si se ve nítida, nítida”.
Detrás de una buena foto, no solo hay un buen móvil sino que necesita “composición, buena luz, conocimiento, una formación, y sobre todo, un sentido”, indica el fotógrafo. “Sentamos a una persona en un banco y desde el mismo ángulo no sale igual la foto con una cámara que con el móvil porque no buscamos solo darle a un botón”.
Nuevas exigencias a quienes quieran hacer fotografías
Para luchar contra el intrusismo de quienes creen saber de fotografía por tener un teléfono móvil o una cámara, la Asociación busca que desde todos los eventos o espacios donde contraten a un fotógrafo o videógrafo, requieran la documentación necesaria. Para esto, Juanma asegura que están intentando hablar con el Obispado, así como con reunirse con Hostecor (Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Córdoba), ,así como mandar una circular a los restaurantes.
En el caso de Bodegas Campos, Torre de la Barca y Restaurante El Cargador, ya piden el recibo de autónomo para realizar los contratos como fotógrafos o videógrafos. Esto es lo que pretenden que hagan desde el resto de establecimientos. Además, también han pedido a páginas especializadas de fotografía que exijan estar dado de alta como profesional. “Hay muchos fotógrafos en esas páginas que no son profesionales y no están dados de alta”. Por último, han realizado una campaña de cartelería para difundir en redes sociales y en la propia ciudad.
Desde la asociación siguen formando a profesionales para “tener en Córdoba a los mejores fotógrafos de España pero de manera legal”, señala su vicepresidente. Una formación que va más allá del número de lentes de un móvil, el encuadre o la iluminación de la imagen.
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