“Bretón decía que quien le hiciese daño, le haría la vida imposible”
Ruth Ortiz comparece como testigo en el juicio contra su exmarido por el asesinato de sus hijos, Ruth y José
Ruth Ortiz, madre de los hermanos presuntamente asesinados en Córdoba por José Bretón, su exmarido y padre de los niños, acaba de comparecer esta mañana en la Audiencia de Córdoba. Lo ha hecho protegida por un biombo que la ocultaba de Bretón, que se mantenía esposado tras el mismo. Bretón se enfrenta en este juicio a 40 años de cárcel que solicita la fiscal Ángeles Rojas por el doble asesinato de Ruth y José de seis y dos años. El Ministerio Público y la acusación particular, que representan a Ortiz, mantienen que Bretón mató a sus hijos y los incineró en su finca de Córdoba, como venganza contra Ruth por haberse separado de Bretón.
Ruth se ha mantenido tranquila. Apenas se ha referido a José Bretón por su nombre o su apellido. Solo es “él” o “el acusado” o “el padre”. La madre de Ruth y José no ha logrado contener las lágrimas cuando ha recordado que permitió que sus hijos se fuesen con su padre el fatídico fin de semana del 8 de octubre de 2011, cuando se supone que fueron asesinados porque todos su entorno le decía que “quienes se separan son los padres pero no los niños”. “Todo el mundo me decía que el padre tenía el mismo derecho de ver a los niños. El psicólogo me dijo que no tenía que darme ansiedad que se fueran con su padre”, ha dicho.
Ruth ha afirmado que cuando tomó la decisión de separarse y fue a un psicólogo, se empezó a dar cuenta de que había sido, durante años, una mujer maltratada psicológicamente. “Yo normalicé muchas cosas de su conducta cosas que no eran normales. Yo no daba pie a la discusión. Sabía que intentar hacerle ver algo distinto era misión imposible. Lo que quería es que no se enfadase. Bretón no es cariñoso ni conmigo ni con sus hijos ni con nadie”, ha contado.
En su descripción de Bretón, su exmujer ha dicho: “ ”Él es muy rencoroso. Siempre decía que quien le hiciese daño, le hacía la vida imposible. Ha llegado a querer romper relaciones con amigos suyos de toda la vida por simples bromas“. ”El me gritaba por todo“, ha dicho Ortiz. ”También gritaba a sus padres. Una vez me gritó mucho delante de su familia y nadie dijo nada. Se le consentía todo“.
“Bretón nunca quiso un niño, quería otra niña”, ha dicho la madre recordando su segundo embrazo, de José. “Se enfadó el día que me hicieron la ecografía y me dijeron que no era una niña”. Según Ruth, su exmarido “nunca era cariñoso con los hijos. Recuerdo uno de los últimos días de El Portil en el que él rechazó a su hija con desprecio y la bajó de sus rodillas. Otra vez le dio una torta en la boca de José por no comer. Yo le dije que no lo hiciera más”.
“En El Portil”, donde la familia vivió antes de separarse, “empecé a tener miedo real de él. Sabía que era vengativo y le tenía miedo, no sabía a qué, pero empecé a intuir la maldad que tenía, cómo era de verdad. Creo que es porque estábamos aislados”. Todo esto lo contó Ruth en una carta que remitió a su abogada cuando decidió separarse.
A pesar de todos sus temores, Ruth decidió proseguir con su separación. “Sabía que la separación iba a ser difícil, que me iba a hacer la vida imposible, que utilizaría a los niños para eso. Pero yo tenía la máxima de que no les hablaría mal de su padre. Cuando le dije que yo era infeliz me dijo: 'Aguántate con lo que te ha tocado'”.
Ruth confiesa que cuando se enteró de que habían desaparecido, supo que “nunca iba a volver a mis hijos”. “¿Tiene duda de que sus hijos están en una caja de cartón en los alrededores de este juzgado?”, le ha preguntado su abogada en referencia a los restos óseos encontrados en la hoguera de Las Quemadillas y que permaneces custodiados como prueba del juicio.“No tengo dudas”, ha respondido Ruth.
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