Arrancan las obras para apuntalar la antigua iglesia de Madre de Dios
La Gerencia inicia los trabajos de andamiaje, que tendrán dos fases, una interior y otra exterior | Una segunda fase definirá la restauración del monumento, que está desamortizado y es de propiedad municipal
La Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) ha iniciado, tras la firma de un contrato con la empresa empresa Cabero Edificaciones, las obras de consolidación y apuntalamiento de la iglesia de Campo Madre de Dios. El proyecto, iniciado en el anterior mandato, ha sido encargado con un presupuesto de 160.000 euros, casi 100.000 menos del previsto inicialmente por la Gerencia.
Según han confirmado fuentes municipales, la intervención que se proyecta consiste en el montaje e instalación de dos sistemas de andamios multidireccionales. Uno de los sistemas de andamios se instalará en el interior de la nave de la antigua iglesia, lo que permitirá consolidar la estabilidad estructural de la bóveda y de la cubierta del edificio. Esta operación incluye el montaje de una plataforma de trabajo a la cota del arranque de la bóveda, lo que permitirá la observación y el estudio más detallado de su estado de conservación.
Con ello se pretende la mejor definición de las soluciones para acometer la reparación de la estructura y cubrir esta nave central, así como del conjunto de cubiertas del edificio.
El segundo sistema de andamios se instalará en el exterior, en el compás de la portada de la iglesia, alcanzando la altura de la espadaña. El objeto es proporcionar una protección perimetral de este elemento y permitir el acceso en toda su altura, para poder valorar y definir las futuras actuaciones de reparación, que se habrán de incluir en una segunda fase de la intervención sobre el edificio.
La iglesia de Campo Madre de Dios fue adquirida por el Ayuntamiento en el siglo XIX, con el objetivo de que instalara en el edificio anexo un asilo para mendigos. No obstante, en los últimos años el Ayuntamiento y el Obispado han negociado que el templo vuelva a manos de la Iglesia siempre que antes el Consistorio lo rehabilite y restaure.
El templo formaba parte de un convento que fue saqueado por el Ejército francés durante la toma de la ciudad de Córdoba a principios del siglo XIX. Posteriormente restaurado por los frailes que lo habitaban, el convento volvió a manos del Ayuntamiento, que sigue siendo su titular.
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