Aires de Egipto llegan al Festival
El “Essam dúo”, formado por el guitarrista Ali Khattab y el laudista Hesham Essam, fusionan la música árabe con el flamenco
Con aproximadamente medio aforo ocupado, el teatro Góngora acogió anoche, dentro de la XXXV edición del Festival de la Guitarra de Córdoba, y organizado por la Casa Arabe, al “Essam dúo”, formado por el egipcio afincado en Jerez de la Frontera desde hace varios años, Ali Khattab con la guitarra y el también egipcio Hesham Essam con el laúd, donde se pudo oír melodías de música egipcia, fusionada con flamenco.
Se presentaron a escena, con cierta timidez por cierto, para arrancar el concierto y dar muestras de su virtuosismo y su dilatada experiencia con este tipo de música. Más tarde Ali Khatabb explicó al público presente que normalmente se presentan con un grupo más amplio formado por guitarra, cantantes, percusionistas, violín…etc, pero anoche quisieron adentrarse, en lo que para Ali considera, las raíces. Para ello apostaron tan sólo por la guitarra y el laúd.
Poco a poco se notaba que el dúo, cada vez se encontraba más cercano y “a gustito” como el propio Ali dijo. Reconocieron que tocar en Córdoba es siempre para ellos un momento mágico, ya que no estamos, culturalmente hablando, tan distantes como parece. La última vez que estuvieron por nuestra ciudad, fue en la noche blanca del flamenco del año 2011.
Se pudieron oír diferentes palos del flamenco como bulerías, tangos o alegrías de Cádiz, todos en perfecta concordancia con el laúd y armónicamente muy bien encajadas con los modos egipcios, en continúo diálogo entre los dos y con miradas de complicidad, dando un resultado asombroso que el público acogió con gran entusiasmo.
También hubo un momento para, como no podía ser de otra manera, darle el protagonismo a la guitarra española en solitario, donde Ali Khatabb demostró que también se puede ser un gran guitarrista flamenco a pesar de ser egipcio.
Para finalizar el espectáculo, eligieron una bulería dedicada al músico cordobés Ziryab, donde Ali explicó que la compuso hace 10 años y que para él era un orgullo y muy especial poder tocarla en Córdoba por primera vez.
Después de 90 minutos de concierto y un bis, se dio por concluido el espectáculo con un público en pie, que se llevó un buen sabor de boca, ya que en ocasiones las fusiones no son siempre acertadas, pero en este caso sí que lo fue y de manera sobrada.
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