9.544 euros por la caída de una turista en el Alcázar

El juzgado acepta la indemnización fijada por el Ayuntamiento y rechaza las pretensiones de la afectada, que pedía el doble | El fallo resalta que en un edificio del siglo XIV hay problemas de accesibilidad

El juzgado de lo Contencioso Administrativo número 5 de Córdoba ha admitido la cantidad fijada por el Ayuntamiento de Córdoba por la que se indemnizará con 9.544 euros a una turista que sufrió una caída en las escaleras del Alcázar de los Reyes Cristianos. El fallo desestima las pretensiones de la afectada, que reclamaba el doble por un accidente que la mantuvo cincuenta días inmovilizada, 39 de ellos con una escayola que son los que finalmente se contabilizan para fijar la indemnización.

En la sentencia, fechada el pasado día 6 de mayo, se juzga el recurso de la letrada de la turista en el que se oponía la indemnización fijada por el Consistorio. Los hechos ocurrieron el pasado 5 de mayo de 2014 cuando esta mujer resbaló en una de las escaleras cuyos peldaños, tal y como detalla el letrado municipal, datan de la época romana y, por tanto, tienen una antigüedad de más de 2.000 años, lo que impedía adaptarlos a la actual normativa de accesibilidad.

La antigüedad del edificio y, más concretamente, de la zona en la que ocurre el accidente, son los motivos por los que la sentencia desestima las pretensiones de la reclamante y reparte culpas al 50%. En el fallo se reconoce el carácter histórico de un edificio catalogado como Bien de Interés Cultural, en el que cualquier modificación de sus elementos debe contar con una autorización expresa de la Consejería de Cultura. Esas peculiares características hacen que su recorrido requiera “un mínimo de atención” por parte de los visitantes.

Pese a ello, al tratarse de un inmueble de propiedad municipal, se acepta la indemnización que fija la compañía de seguros y que se apoya en una sentencia de 2004, también en el Alcázar y en la misma escalera, en la que se reconoce que el Ayuntamiento poco puede hacer para remodelar unos escalones que, pese a estar desgastados, tienen una catalogación histórica que impide adaptarlos a la actual normativa.