Bañador (de hombre) a la vista
Estaba desayunando con la tele en la BBC, a esa hora de la información de negocios, cuando de repente un señor de elegancia informal y sobrio agrado, interviene en el plató para hablar de su empresa de bañadores de hombre, Orlebar Brown, que hasta se pueden personalizar al gusto del cliente y son un exitazo. Cuentan además que el género de Adán está encantado con la venta on-line, que una gran mayoría de hombres compra casi todo a través de internet y así levantamos la mensajería y Correos Express.
El caso es que la empresa en cuestión, Orlebar Brown, superó mis expectativas: me gustó. Calidad, que hay que pagar, obviamente, y un diseño y corte de bañadores y ropa deportiva que reconcilia con la también ardua tarea que es ir de compras (en la realidad o virtualmente) con el compañero sentimental, marido, hermano, padre o amigo.
Estilo británico y con mercado y alcance global. Dar una vuelta por la web o acercarse a alguna de sus tiendas es tener ganas de comprar un billete de avión las Baleares, Mikonos, Biarritz, Madeira o las playas ibéricas del Sur, desde Almería hasta Faro.
Dante Klein inspira una colección de Orlebar Brown y verlo tan sonriente constituye una invitación de escuchar la música del holandés y seguir sus conciertos.
Los chicos están fantásticos en bañador. No hace falta que vayan al gym, ni que se depilen si no les apetece. De todos modos, para alguna cuestión de estar buen forma o estética, existen entrenadores/as personales excelentes en clubes deportivos cercanos, tratamientos de pedicura y depilación, etc., en centros como el de Dori Simon o Hedonai. Pero lo importante es ponerse el bañador y darse el chapuzón. Keep Calm & Enjoy, guapos.
Nota: Las menciones a marcas y productos no llevan aparejada ninguna contraprestación.
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