No, no y NO a los “disfraces sexys” para niñas.
Hoy quería hablar sobre la polémica causada con la noticia de la comercialización de un disfraz de enfermera, cuyo título ya indicaba “ DISFRAZ DE ENFERMERA SEXY” para niñas de todas las edades, donde se ve en la foto cómo una menor que no pasa los 10 años, posa de manera “provocativa”, enseñando un disfraz que nada tiene que ver con la realidad del uniforme de las enfermeras, subida a unos tacones de 10 cm.
La primera vez que vi la foto ya me resultó impactante y, en mi opinión, una barbaridad. Me llamó la atención el hecho de ver a una niña vestida de adulta y con una actitud que no corresponde a su edad, pero lo que me parece preocupante no es que a alguien se le haya ocurrido hacer un disfraz, según mi punto de vista, completamente descontextualizado, el problema es que no es un caso aislado.
La hipersexualización infantil no siempre se presenta tan clara como en este caso, pero son muchas las fuentes, tanto en series de TV, publicidad, revistas, etc… donde se observan formas de vestir o actitudes propias de los adultos reflejadas en niños de muy corta edad. Me sigue llamando la atención cada vez que veo a hijas pequeñas de famosos vestidas con sus tacones, como mini-adultas.
¿Qué riesgos supone? Por un lado, hacer ver que solamente con el físico puedes llegar a ser algo, especialmente en las niñas, es un grave error. Pienso en la película “ Pequeña Miss Sunshine”, totalmente recomendable si aún no la has visto, donde se toca el tema de los concursos de belleza infantiles, que en países como EEUU están a la orden del día.
El hecho de dar demasiada importancia al aspecto físico puede generar, sobretodo en casos como los adolescentes, donde la personalidad no está todavía formada e influye mucho lo que los demás opinen y además se producen muchos cambios a nivel físico, problemas de autoestima que pueden derivar en la no aceptación del propio cuerpo y la aparición de trastornos alimenticios.
Todo esto se ve aumentado con las redes sociales, donde es muy importante la imagen, y con cada foto los adolescentes se nutren de “likes” para aumentar su autoestima.
También se puede producir la no aceptación de ( tanto chicas como chicos, ya que es más visible en las niñas normalmente, pero en los niños también ocurre), que no cumplan los cánones de belleza establecidos por la publicidad (que distan mucho de la realidad). Las risas y burlas por el aspecto físico son muy frecuentes en el entorno escolar, produciendo mucho malestar en los menores que lo sufren.
Por otro lado, el intentar que un menor pase directamente a la adolescencia sin haber disfrutado de su infancia, hace que no esté preparado ni física ni psicológicamente para enfrentarse a todo lo que esto supone, generando así muchos problemas. La industria de la moda, las series de televisión, y ejemplos como el disfraz que he comentado antes parece que se empeñan en querer quemar etapas vitales en los menores en vez de dejarles disfrutarlas, y que aprendan todo lo que necesiten hasta llegar a convertirse en adultos.
Como en todos los temas relacionados con los hijos, los padres tienen un papel fundamental también en este asunto: por un lado, es muy importante enseñarles a diferenciar entre la realidad y lo que nos muestran los medios, concienciar en que una persona vale por lo de dentro y no por lo de fuera, y en la medida de lo posible, que consuman contenido audiovisual propio para su edad, evitando así que imiten modelos que no se corresponden con ellos.
La infancia es una etapa que no volverá nunca, es fundamental para el desarrollo y si no se aprovecha bien causará muchos conflictos futuros. Dejemos que los niños sean eso, niños. Eduquemos en la tolerancia, y hagamos ver que la belleza exterior nace de dentro.
¡ Nos leemos la semana que viene!
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