¡Han llegado a nuestra ciudad los puestos de castañas!
Un poco más y se nos solapan con los caracoles. Lo digo por este otoño tardío también llamado “veroño” que casi nos quita las ganas de castañas, brasero y perol cordobés.
Siempre diré que tenemos una ciudad para pasearla y que, por suerte, nos brinda la oportunidad de vivirla en la calle. No sólo por el mes de mayo y la festividad que conlleva, sino por todo el elenco de oportunidades gastronómicas y culturales que nos ofrece a lo largo del año.
Hablé de los puestos de caracoles y de las propiedades de los mismos, y ahora que estamos en temporada de castañas, les haremos una maravillosa mención pues se lo merecen y con creces.
A nivel nutricional las castañas tienen esta composición por 100 g de alimento:
Energía
223 kcal
Proteína vegetal
4 g
Ácido fólico
85 mg
Ácidos grasos monoinsaturados
0.6 g
Ácidos grasos poliinstaturados
1.3 g
Ácidos grasos saturados
3.2 g
Agua
40.5 g
Azúcares digeribles
7.9 g
Calcio
47 mg
Fibra
7.1 g
Fósforo
88 mg
Glúcidos totales
39.7 g
Magnesio
39 mg
Potasio
592 mg
Vitamina E
1.4 mg
Y entre sus beneficios encontramos:
Gran poder saciante: son ideales para calmar el apetito y no poseen nada añadido ni perjudicial para la salud. Eso sí, al tener taninos debemos comerlas cocinadas para que no sean indigestas, por ello una de las mejores formas es asadas.
Son fabulosas para nuestro sistema neuromuscular por su alto contenido en calcio, potasio y magnesio.
Sus carbohidratos son de absorción lenta por lo que son muy aptas para diabéticos (mucho mejor que una galleta por muy integral que sea).
Una vez secas y tostadas, su harina puede ser utilizada por los celiacos para elaborar pasteles y pan.
Al ser altas en potasio y bajas en sodio su consumo es recomendable en hipertensos.
Si las combinamos con vitamina C, es decir, con una fruta alta en esta vitamina son un buen método de tomar hierro “no hemo”.
Contribuyen al buen mantenimiento de nuestra flora intestinal (efecto prebiótico) y son ricas en fibra por lo que nos ayudan a combatir el estreñimiento.
No tienen colesterol y sus grasas son beneficiosas, por lo que tienen efecto cardioprotector.
Son una chuchería sana, natural y apta en dietas de adelgazamiento por su bajo contenido calórico, su poder saciante y su contenido en fibra y grasas de calidad.
¿No está mal verdad? Pues hagamos gala de nuestra ciudad y vayamos a comprar un cartucho de castañas asadas que además cuenta con otra ventaja: te calienta las manos en días fríos y huelen de maravilla.