La nueva arqueología (2)
Pienso en la nueva arqueología. La que dentro de dos mil años, si esto sigue existiendo, dirá cómo fuimos.
Y me pregunto qué quedara en pie de las Minas de El Soldado, en el término municipal de Villanueva del Duque. Un siglo después de que esta explotación minera viviera su época de máximo esplendor, su memoria parece enterrada y aunque sus restos siguen hablándonos, el abandono hace que se difunda muy poco su importancia. Minas destacadas ya en época romana llegaron a emplear a más de 2.000 personas en los primeros años del siglo XX pero cerraron en 1932. Tuvo economato, cine, y tres barrios. Por entonces Villanueva del Duque llegó a tener 9.000 vecinos. Hoy son algo más de 1.600.
Y ahora, al pasear por El Soldado, en las paredes de las casas uno encuentra los clavos en los que quizá fue colgado algún cuadro, un mueble o unos utensilios de cocina.
Con imaginación uno sueña con detectar las huellas de la pista de tenis en la que jugaban los ingenieros que vivían en el pueblo minero, ya desaparecidas, quizá solo recreadas en la forma de la vegetación que sí parece respetar el recuerdo.
El exceso de memoria es un error, quizá sepamos de eso en Córdoba capital, pero la ausencia de memoria es peor opción porque alguien puede tener la tentación de querer reinventar la identidad de un pueblo.
La nueva arqueología hará que dentro de cientos de años alguien encuentre bajo tierra las vías de tren, tal vez la marca de los tabiques de las casas, quien sabe si una lata de fanta limón.
La nueva arqueología es la historia que hoy decidamos dejar para mañana.
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