Jesús Fernández ya es obispo de Córdoba y pide trabajar por el derecho a la vida, al empleo digno y a la vivienda

Jesús Fernández ya es obispo de Córdoba. El prelado leonés ha tomado este sábado posesión de su cargo en un acto que se ha extendido durante más de dos horas en la Mezquita-Catedral, donde ha pedido trabajar “a favor de derechos humanos básicos como el derecho a la vida, al trabajo digno, a la vivienda, a la libertad religiosa y a la educación de vuestros hijos de acuerdo a vuestras convicciones”. Tras 15 años de ministerio episcopal de Demetrio Fernández, los católicos de Córdoba esperan ver ahora cuál será la línea que tomará Jesús Fernández al frente de la Diócesis de Córdoba.

El acto ha comenzado pasadas las 10:15, cuando el obispo electo, 34 obispos y un representante de la Nunciatura Apostólica han partido del Seminario San Pelagio hacia la Mezquita-Catedral. Durante el camino, Fernández se ha dado un pequeño baño de masas entre quienes estaban allí para presenciar el acto -como familias pertenecientes al Camino Neocatecumenal- y los que, de casualidad -principalmente, turistas- se han tomado con este acto histórico para la Diócesis en 15 años.

Al llegar a la Puerta del Perdón, y una vez que el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, le ha dado posesión de la Cátedra, Fernández ha sido recibido por el Colegio de Consultores y el Cabildo, ha jurado fidelidad, ha rezado el Credo y ha prometido desempeñar su cargo en comunión con el Santo Padre.

Tras este acto de juramento, la procesión litúrgica ha atravesado el Patio de los Naranjos hasta la puerta de Las Palmas para llegar a la Capilla de la Inmaculada, donde Fernández se ha puesto de rodillas ante el Santísimo junto al arzobispo de Sevilla y Demetrio Fernández, que es, desde este sábado, obispo emérito de Córdoba. Tras este momento de oración, toda la comitiva se ha dirigido a la Sacristía Mayor de la Catedral de Córdoba, donde se han revestido.

Pasadas las 11:00, la Mezquita-Catedral ha acogido la Eucaristía con la que ha dado comienzo a la toma de posesión del nuevo obispo. El administrador apostólico de la Diócesis, Demetrio Fernández, le ha dirigido unas palabras de bienvenida a su sucesor, de quien ha dicho que “viene a evangelizar a los pobres” y que permitirá “impulsar la vida abundante de esta Diócesis tan privilegiada”. Desde este momento, el obispo electo ha presidido la Eucaristía, donde ha dado algunas pinceladas de cómo será su ministerio.

En primer lugar, ha dicho que se une “a la Iglesia peregrina de la esperanza”. “Desgraciadamente, una cultura aficionada en ocultar a Dios y en concebir al hombre como un ser autosuficiente que termina encadenado, tiende naturalmente a ocultar la vocación originaria y auténtica”, ha expresado.

En segundo lugar, ha apelado a la humildad, “una virtud de los seguidores de Jesús, en un momento en que la violencia se manifiesta sin rubor entre personas y países”. Una sociedad actual en la que, a su juicio, se desarrolla “un analfabetismo religioso en la que no puede crecer la unidad”.

Con una defensa de los pobres, Fernández -quien es también el obispo responsable de Cáritas- se ha comprometido a ser “todo para todos”, expropiado de sí mismo, y ha pedido colaboración a los sacerdotes, consagrados, fieles laicos y a los contemplativos para trabajar conjuntamente “a favor de los derechos humanos básicos como el derecho a la vida, al trabajo digno, a la vivienda, a la libertad religiosa y a la educación de vuestros hijos de acuerdo a vuestras condiciones”.

Además, ha apelado a la “caridad” de los gobernantes, “atendiendo al bien común, favoreciendo una cultura del diálogo y del encuentro, y a un cuidado del Medio Ambiente”. Y, por supuesto, ha vuelto a pedir el apoyo hacia los pobres y los excluidos. Por último, ha defendido una Iglesia misionera porque “de nada vale estar encerrado en las cuatro paredes del templo”.

Al término de la Eucaristía, Fernández -visiblemente emocionado- ha dado gracias “a Dios por su paciencia y comprensión, y por el amor que ha desplegado hacia mí”. Desde este sábado, el prelado leonés ya es obispo de Córdoba. Se convierte así en el octogésimo segundo titular de la cátedra cordobesa desde que Lope de Fitero la restaurara en el siglo XIII. Este acto ha contado con la presencia de representantes de toda índole, como el alcalde de Córdoba, José María Bellido; concejales de la Corporación municipal, el fical jefe, Fernando Sobrón; la comisaria de la Policía Nacional, María Dolores Sánchez; el presidente y el vicepresidente primero de la Diputación de Córdoba, Salvador Fuentes y Andrés Lorite, respectivamente; el presidente del Parlamento, Jesús Aguirre; el consejero de Justicia, Administración Local y Función Pública de la Junta, José Antonio Nieto; la subdelegada del Gobierno, Ana López; la secretaria general del PSOE cordobés, Rafi Crespín, y el portavoz del PSOE en la Diputación, Esteban Morales, entre otros.