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Sobre este blog

Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.

¿Una tasa turística para qué?

Turistas entrando a Córdoba por el Puente Romano.

Alfonso Alba

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Ahora que el PP lo gobierna todo menos el estado (que no es poco pero en España casi todas las competencias están transferidas a las comunidades autónomas) es más que pertinente el debate sobre la tasa turística que acaban de volver a plantear los alcalde de Córdoba y Sevilla, principalmente. Las dos ciudades, junto a Granada, sufren una saturación sin precedentes de sus cascos históricos, con una brutal demanda de los servicios municipales para mantener en buen estado de revista zonas que además en el caso cordobés son Patrimonio de la Humanidad.

Cuando la ciudad y la Junta estaban en manos de la izquierda, se planteó un debate que no fue a ningún sitio. La aplicación de una tasa turística es una competencia autonómica que aplicarían los ayuntamientos que quisieran. Entonces, Córdoba quiso pero la Junta no mucho. El PP se opuso y el sector se levantó en armas. No hubo tasa y no se volvió a hablar más del tema. Hasta ahora.

El problema con el turismo en Sevilla es hiperbólico en comparación con el de Córdoba. Tanto que el alcalde hispalense ha comenzado a tener soluciones imaginativas, como la de cerrar la plaza de España. Es como si al Cabildo se le ocurriera cerrar algún día el Patio de los Naranjos y cobrar por ello. ¿No?

La enorme masa que inunda ciudades históricas, con cascos de calles estrechas y que están expulsando a los vecinos ya que todo se convierte en apartamento turística está empezando a provocar problemas, que parece que se solucionarán mágicamente cobrándoles una tasa. Estando muy a favor de ello (al y fin al cabo los turistas usan la ciudad, y la deterioran, ergo, algo tendrán que pagar para mantenerla), me pregunto si el debate no se está enfocando correctamente.

De momento, no sé en qué se va a invertir el dinero que puedan aportar los turistas con su dinero. En Barcelona, los turistas suelen pagar una tasa de entre 4,75 y 6,75 euros. Lo hacen en los hoteles y en los apartamentos turísticos. Cuando el visitante paga su habitación se le incluye un recargo en forma de tasa turística. También a los cruceristas. Son precios altos, pero estaríamos hablando de que en el caso de Córdoba supondría una recaudación de unos cinco millones de euros al año (contando tan solo con los hoteles) o hasta entre 15 y 20 millones al año si se suma a los apartamentos y viviendas turísticas.

No es cualquier cosa y supone un ingreso recurrente que se debería invertir en aquello en lo que los turistas vienen a ver a Córdoba: el patrimonio. Además de para fortalecer servicios como los de la limpieza viaria (evitar que Sadeco entre en desequilibrio presupuestario) y la seguridad (la vigilancia de la Policía Local).

Pero, ¿evitará la tasa turística el colapso de las ciudades durante las avalanchas? Me temo que no. Y que tampoco se gastarán menos en la ciudad. De momento, estamos viendo cómo el sector sigue siendo fortísimo y como si hay una lección que nos ha dado la pandemia es que es mejor gastar en disfrutar que guardar para un futuro que no sabemos qué nos deparará. O eso parece.

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Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.

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