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La resistencia

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Alfonso Alba

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“Yo estaré ahí siempre, al final la vida es resistir y que alguien te ayude”. SMS de Mariano Rajoy a la mujer de Bárcenas.

La carrera de Mariano Rajoy resume en lo que se ha convertido la política española. Quien resiste, con un poco de suerte y quien está en el sitio adecuado en el momento adecuado, gana. Da igual el incendio que haya a tu alrededor. Lo importante es resistir contra viento y marea. El resto irá ardiendo poco a poco, saltando asados por el calor del fuego. El último en hacerlo, que siempre era Rajoy, gana. Hasta que se ha achicharrado.

En los partidos, en la mayoría de las ocasiones, los que han logrado llegar a su cúspide son precisamente los resistentes. Los que han sabido esquivar las puñaladas. O a los que no les han dolido tanto. Esto no es nada, un par de puntos de sutura y a seguir. Si además, alguien les ha ayudado un poco, pues nada, daba igual que no fueran los mejores, los más brillantes, los que mejores ideas podían tener o los que más podían aportar. Ganaba el que más resistía.

La tesis de Rajoy es perversa. Durante muchos años se ha instalado en la política española la idea de que había que resistir a cualquier precio. Que la corrupción no pasaba factura, por ejemplo. Que las protestas daban igual. Mejor no escucharlas y “que se jodan”, como le decía su secretaria de Comunicación a los pensionistas.

Incluso parece haber sido emulada. Dudo que Pedro Sánchez sea un político brillante. Pero lo que sí es desde luego es resistente. Ha sobrevivido a dos derrotas electorales, a una campaña salvaje contra su liderazgo en el PSOE, a todos los poderes fácticos de este país (que no lo son tanto cuando por muchos editoriales que le han dedicado no han podido con él) y ahora ha sido capaz de acabar con el gran resistente de España.

Pedro Sánchez parece haber tenido enfrente a un buen espejo. Su resistencia numantina, su capacidad para sobreponerse al fuego amigo, al enemigo y hasta al casual, es asombrosa. Así que ojo con considerarlo como un presidente del Gobierno breve. Como muchos políticos españoles se agarrará con uñas y dientes. Y parece que será inmune a las presiones. Ni la peor oposición del PP (que parece que vuelve por sus fueros aquellos del 11M fue ETA) ni los enemigos que tiene en su partido parecen inquietarle. Ha tenido un buen maestro enfrente. Y aunque admirable, yo no sé si eso es bueno.

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