No hay periodista para tanto chorizo
Hace un par de meses, paseaba con un compañero periodista de Madrid, Óscar López Fonseca, de Vozpópuli. Un amigo común le preguntaba que qué sección llevaba en el periódico, a lo que él respondió, contundente: “corrupción”.
Hasta ahora (y aún no ha ocurrido), los casos de corrupción en un periódico no iban en una sección concreta. Unas veces en Nacional, otras en Sociedad, otras, incluso, en Deportes. Aún no hay ninguna sección llamada asépticamente “Corrupción”, aunque debería. También para que los editores de los medios de comunicación españoles tomen cartas en el asunto y refuercen estas secciones, con sus jefes y sus redactores. A ser posible que cada uno lleve, como mucho, un par de casos. Y ya.
Hoy, ustedes lo sabrán que leen los periódicos todos los días, es imposible seguir de una forma más o menos comprensible la avalancha de casos de corrupción que a nivel nacional, regional y local inundan la actualidad. Cada semana, y casi cada día, surge un caso nuevo e inesperado que hace que los periodistas (o el periodista) encargado de esta sección imaginaria deje todo lo que está haciendo y se centre en un nuevo frente, que casi siempre es más impactante que el anterior.
Es más. Ante esta salvaje escasez de medios físicos (no hay periodista para tanto chorizo) a la prensa se nos escapan incluso casos bestias. Sin ir más lejos, en Córdoba el actual líder de la oposición ha estado cinco años imputado por el que muchos consideran el mayor delito fiscal de España (un fraude de casi 70 millones de euros) sin que nadie se enterara. Y no por ausencia de buenos profesionales en la ciudad.
Quizás, esta sobredosis de casos de corrupción nos impide ver el bosque. Quizás. Pero lo que está claro es que no hay periodista para tanto chorizo en este país.
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