La fiesta de la democracia
No quiero quitarles la ilusión ante la inminente llegada de la Fiesta de la Democracia del próximo 24 de mayo, pero ese día todos los españoles, los andaluces y los cordobeses elegiremos, supuestamente, a nuestros alcaldes. Supuestamente. España es una democracia parlamentaria y los ayuntamientos, sobre todos los de las ciudades mayores de 100.000 habitantes como Córdoba, se parecen pero para mal a estos parlamentos.
Me explico. El domingo 24 de mayo usted no va a elegir a su alcalde. No. Votará una lista cerrada de una candidatura de 29 nombres que se presenta por un partido o este año, novedad, una agrupación de electores. Cada lista tiene un número uno, que supuestamente es el candidato a la Alcaldía. También supuestamente. El domingo 24 por la noche, la Junta Electoral Central dirá cuántos concejales tendrá cada candidatura que se sentará en el Pleno del Ayuntamiento de Córdoba. Dos semanas después, se convocará el Pleno en el que tomarán posesión los 29 concejales y ya serán ellos los que voten al próximo alcalde de Córdoba. Pero hay más.
Si como cuentan las encuestas ningún partido obtiene mayoría absoluta en el próximo Pleno del Ayuntamiento de Córdoba al contrario que ocurre en los parlamentos la oposición no podrá hacerle la vida imposible al regidor, no. Tras la aprobación de la Ley de Grandes Ciudades las grandes competencias de los ayuntamientos mayores de 100.000 habitantes ya no están en el Pleno. Se ganó agilidad con la reforma pero se perdió democracia. Al contrario, las competencias de contratación y las grandes tomas de decisiones se producen en la Junta de Gobierno Local, que en Córdoba se reúne todos los viernes por la mañana. Y la Junta de Gobierno Local la nombra el alcalde o alcaldesa que toque. Y en ella solo puede incluir a sus tenientes de alcalde. Ahora, además, tras la última reforma de la Ley de Haciendas Locales los plenos tampoco pueden bloquear la aprobación de los presupuestos de los grandes ayuntamientos. Más agilidad, desde luego. Más democracia, es dudoso.
Pero hay más. El 24 de mayo también se eligen las diputaciones. En el caso de Córdoba, a 27 diputados provinciales. ¿Su nombre? Un misterio. El proceso es aún más indirecto. Ustedes votan. A ustedes les toca un partido judicial concreto. Pongamos por caso el de Córdoba. En Córdoba corresponde elegir a 13 diputados provinciales, que se reparten entre los partidos según hayan logrado votos. Ahora son los partidos los que en sus sedes deciden qué concejales electos en los partidos judiciales se convierten en diputados provinciales. Y una vez elegidos los diputados provinciales y constituidos en Pleno estos eligen a su vez al presidente o presidenta de la Diputación, una institución pública que gestiona un presupuesto de 400 millones de euros. No es baladí, desde luego.
Así que el domingo 24 de mayo, cuando vayan a votar (es su derecho, ojo, y es muy importante que lo hagan) sepan que sí, que es todo muy democrático pero que podría serlo bastante más.
0