Números

“14 litros de tinta china, 30 pinceles, 62 lápices de mina blanda, 1 lápiz de mina dura, 27 gomas de borrar, 38 kilos de papel, 16 cintas mecanográfica, 2 máquinas de escribir y 67 litros de cerveza fueron necesarios para su realización”. La portada de Astérix y Cleopatra era una coña. Una broma paródica de Goscinny y Uderzo sobre la película de Joseph L. Mankiewicz, que se anunciaba en los mismos términos.

Cuando escribo noticias como “En total, se han acreditado 108 profesionales de 35 medios de comunicación locales, regionales, nacionales de prensa, agencias, radio, televisión e internet para cubrir el juicio contra José Bretón por el doble asesinato de sus hijos”, no puedo dejar de acordarme de aquella portada.

Los periodistas somos tan simples, muchas veces, como los espectadores de las superproducciones con más cartón piedra. Nos encantan los números, nos impresionan las magnitudes y un buen titular con una cifra contundente nos alegra el día. Siempre los buscamos. Y de cualquiera de ellos sacamos un titular

¿Y lo que haya detrás de esas proporciones? ¿Qué hay de las personas, los afectados? ¿Qué hay de la noticia real? También nos interesa pero, con suerte, al final del primer párrafo. Y en un mal día, queda relegada al segundo o al tercero. Los número mandan, las escalas reinan.