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La cuadrilla de los once

Redacción Cordópolis

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Ya tenemos bipartito. Se confirmó que IU y PSOE, con el apoyo externo de Ganemos, han asumido el gobierno de la ciudad. Milestone (de nuevo) nos contó en “La cuadrilla de los once” cómo se podía organizar un equipo coordinado de personas dispares (Sinatra, Martin, Davis, ...) para enfrentarse a una misión peligrosa y difícil: asaltar un casino de Las Vegas. No tan peligrosa, pero sí tan difícil, se me antoja la labor de gobernar la ciudad desde la izquierda y en minoría, más aún cuando se han tenido que unir dos fuerzas políticas que, habitualmente, están enfrentadas. Difícil, porque la oposición de centroderecha suma catorce concejales por lo que, en plenos, consejos de administración y consejos rectores, Ganemos será fundamental para que las propuestas del gobierno puedan prevalecer.

La confusa posición en la que se ha situado Ganemos va a ser clave, al menos hasta que pasen las elecciones generales, en el devenir del nuevo Ayuntamiento. Una fuerza política desvertebrada, que firma un acuerdo para luego decir que es oposición y que va a irse a la calle, parece que va a insistir con el mensaje de “no nos representan”. Se olvidan de que quien firma un acuerdo ya no es oposición sino corresponsable del gobierno aunque no quieran mojarse en labores de gestión y adopten una posición cómoda de “Pepito Grillo” permanente. No me gustaría tener que vivir la época de una nueva pinza con la derecha en contra de la “izquierda real” y de unos plenos calientes por irresponsabilidad populista.

Por su parte, el bipartito PSOE-IUCA se equivocará si no actúa desde el primer momento como una cuadrilla organizada, para lo cual deberá fijar mecanismos de coordinación, de diálogo y de superación de diferencias, evitando actuar como cuentan del ejército de Pancho Villa. Los cogobiernos IU-PSOE de 1999-2003 y de 2007 a 2011, son ejemplos de una mala aplicación práctica de un acuerdo político de coalición. Por lo pronto, han cerrado un reparto de responsabilidades que deberá validarse sobre la marcha, no debiendo renunciar a modificarlo en cuanto se vea que no funciona.

Sería bueno que los lugartenientes de las dos formaciones establezcan, en lo posible, un grado importante de relación interpersonal que les ayude a entenderse en el gobierno. No obstante, no deben temer discrepar ante asuntos que trasciendan a la ciudad. El PP procurará en todo momento alimentar las diferencias, pero es lógico que en aspectos supramunicipales no haya coincidencia. IU debe saber que se debe a su acuerdo de gobierno y no debe estar todo el día considerando qué posición adoptará Ganemos. De hacerlo, demostrará que no tiene más futuro que el que marque Podemos. El PSOE tampoco debe actuar como bastión de los intereses de “La que manda”, ya sean en la Junta o en el propio partido.

Me atrevo a aconsejarles que no tengan prisa por intentar conseguir sus objetivos ya que tienen cuatro años por delante y hay que intentar no improvisar. En los primeros cien días, solo caben algunas medidas simbólicas como la apertura de los plenos; la modificación presupuestaria para incrementar los recursos sociales de urgencia; la paralización y estudio de la privatización de servicios municipales como el mantenimiento de  jardines; la reducción racional de los salarios y cargos públicos; o la cesión del Rey Heredia al Consejo de Distrito Sur. Pero deben evitar paralizar la gestión municipal por simple sospecha o desconocimiento del funcionamiento y origen de los asuntos a tratar. Una actitud demasiado recelosa llevó a Merino a perder 1.500 millones de pesetas por el simple miedo a los “funcionarios comunistas”.

Deben dedicar el verano a estudiar el Ayuntamiento, organizar las áreas y conocer la mecánica municipal. En breve, empezarán las vacaciones del personal municipal y, quieran o no, la gestión se ralentizará. Deben partir de una auditoría interna para conocer la situación económica municipal global (empresas y organismos autónomos incluidos). El presupuesto anual estará bastante agotado, con más razón en época electoral, y sin mucho margen para conseguir nuevos recursos. Por ello, deben empezar a preparar los expedientes de ordenanzas fiscales y de presupuestos para el año 2016, que deben ser el primer reflejo del programa que han consensúado. No será fácil, a todos les parecerá poco lo que se les asigne, por lo que deben asegurar los ingresos suficientes para atender los servicios públicos y las prioridades programáticas.

No deben caer en la trampa que Nieto ha urdido al plantear varios temas que podrían estropearse si no se gestionan con rapidez. Pero tampoco deben olvidarse de ellos, aunque sea para rechazarlos. De todos esos asuntos, el más preocupante y priritario es el programa Urban, para el que habrá que ser imaginativos y eficaces. Del resto, hay que replantearse algunos como el Metrotren por el coste que puede suponer para el erario municipal y su repercusión sobre Aucorsa. Así que... ¡A gobernar!

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