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Hacerse el sueco

Marian Castro

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Echarse unas cañas con los amigos bajo este calor de justicia en Córdoba en esta primavera dicen que atípica es un privilegio, lo es en México donde pocos restaurantes saben sacar una cerveza de barril bien fría como lo hacemos en este país, y lo es más en sitios del norte de Europa como bien podría ser Suecia.

Dos amigos del grupo viven allí desde hace menos de un año y me contaban de lo prohibitivo que es económicamente tomarse una cerveza o un buen “cubata” en Gotemburgo, donde el alcohol es caro y restrictivo. Sólo un viernes los suecos se sueltan la melena y toman un par de copitas y entonces se abren un poco más a socializar y ser amigables con sus compatriotas y con los forasteros. ¡Qué aburrimiento el resto de la semana!

Bien sabido es ese tópico del “carácter latino”, el clima forma y determina el carácter de las personas: el norte: frío, personas distantes y más introvertidas; sur: calor personas cálidas, extrovertidas y más acogedoras. Sea un estereotipo o no, lo cierto es que compartiendo experiencias con estos amigos me contaban lo difícil que es introducirse en la sociedad sueca, hacer amigos suecos y sobrevivir con un idioma complicado y una sociedad tan cerrada. Al final son estos países donde los círculos de españoles se hacen más unidos porque en muchas ocasiones son el único pilar en el que apoyarse para solventar los problemas diarios de un expatriado “En tierra extraña”. Otras veces, hay que hacerse el sueco y regresarse a casa con la maleta llena o vacía porque soportar sólo hacer una vida en este entorno es bastante desalentador. Me decían que nadie lo aguanta si no se va acompañado.

Así que mi conclusión fue de nuevo la misma, que México y los países latinos es el mejor refugio en la mayoría de las ocasiones para los españoles que nos vemos abocados a salir a trabajar fuera de España porque encontramos una calidez de trato, unas costumbres más cercanas a nosotros y no hay barreras de idioma. Aunque... muchas veces también los latinos nos hacemos los suecos y los mejores maestros están en la primera línea política...

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