Cortinas de humo y erupciones volcánicas
Esta semana ha habido de todo... La catástrofe natural acontecida en Ecuador dejó conmocionado a medio mundo, sobre todo en este lado del Océano, porque es un pueblo hermano, cercano. México se identifica con las consecuencias terribles de un sismo de tal magnitud y de hecho, la repercusión en pocas horas de otro terremoto en Japón hizo circular la alarma durante un día a través de redes sociales - falsa alarma claro-, de que estaba por llegar un sismo de gran magnitud al país azteca como los dos mencionados en próximas horas-días. Salieron científicos de la Universidad Autónoma de México a desmentir que es algo imposible de predecir y no había necesidad de tal alerta social.
Sin embargo, lo que sí se podía predecir y fue tapado por esa cortina de humo del alarmismo sísmico, fue la explosión de una de las plantas más importantes de petróleo mexicano, Pemex, en Coatzacoalcos, en el golfo de México, ya que las medidas de seguridad de la misma estaba en entredicho. Sí, muertos, cientos de heridos... y una crisis mal gestionada dejó la imagen de la empresa y del propio gobierno en este accidente a la altura del betún. ¿Terremoto político? No tanto, “temblorcito”... Peña Nieto no salió ni despeinado de su tardía y aséptica visita a la planta petrolera. Aquí tienen la capacidad de tapar con otro hecho peor el anterior, tantos problemas tiene este país en los que recrearse. Más o menos como España con sus casos de corrupción casi a diario...
En pocas horas saltó a la prensa la muerte de otro alcalde, y ya van más de 40 asesinados en lo que va de año... ¡No es poca cosa! Digo yo. Y así va otra, cortina tras cortina, mala tras mala noticia que se van acumulando en el ánimo colectivo y creando ese mismo magma ardiente que brota con tanta frecuencia últimamente del volcán cercano a la Ciudad de México, el Popocatépetl. Las estadísticas no habían recogido tantas erupciones volcánicas virulentas en pocos meses, y claro, ahora me lo explico... Lo que está a punto de estallar es otra cosa y la calle pronto va a hablar en serio. Tanto terremoto no hay cuerpo que lo aguante...
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