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Sobre este blog

Soy cordobesa, del barrio de Ciudad Jardín y ciudadana del mundo, los ochenta fueron mi momento; hiperactiva y poliédrica, nieta, hija, hermana, madre y compañera de destino y desde que recuerdo soy y me siento Abogada. 

Pipí Calzaslargas me enseñó que también nosotras podíamos ser libres, dueñas de nuestro destino, no estar sometidas y defender a los más débiles. Llevo muchos años demandando justicia y utilizando mi voz para elevar las palabras de otros. Palabras de reivindicación, de queja, de demanda o de contestación, palabras de súplica o allanamiento, y hasta palabras de amor o desamor. Ahora y aquí seré la única dueña de las palabras que les ofrezco en este azafate, la bandeja que tanto me recuerda a mi abuela y en la que espero servirles lo que mi retina femenina enfoque sobre el pasado, el presente y el futuro de una ciudad tan singular como esta. 

¿ Mi vida ? … Carpe diem amigos, que antes de lo deseable, anochecerá.

Negar la evidencia. La insidia

Manifestación contra la violencia machista 25N

Magdalena Entrenas

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Rosalía tiene dos niños pequeños. Es una mujer educada, intelectual, con carrera, de clase media, alegre y muy positiva. Lleva un tiempo en que ya no es la misma. Germán, su pareja y padre de sus hijos, ha sabido encontrar la llave para reducirla a la nada. Cada día le recuerda que está gorda, muy gorda desde el último embarazo y que así no resulta “apetecible” para ningún hombre. Mucho menos para él. Delante de los amigos, a cada frase que ella pronuncia, le dice lo estúpida que resulta en medio del atronador silencio del resto. Siempre la calla, desabrido, y le hace burlas constantes sobre su físico, o la ropa que se pone. Lo último ha sido hacerle escribir un papel de su puño y letra en el que la obliga a perder peso si es que quiere que él vuelva a “follársela”. 

No, no es ficción. Es una de tantas realidades que escucho. Y no, no hay agresión, ni moratones o golpes, ni siquiera esos gruesos insultos cada vez más frecuentes entre parejas cada vez más jóvenes. El viernes hubo varios actos en la Diputación y también en el Ayuntamiento: “4.806.054 mujeres. Ese es el número exacto de españolas de entre 16 y 74 años a las que su pareja o expareja alguna vez ha humillado, amenazado, pegado o violado. El 28,7% han tenido una relación. Es la cifra que refleja la primera Encuesta Europea de Violencia de Género en España, con datos de 2022… y que apunta hacia las más jóvenes como aquellas que más la sufren.” Así lo explicó en nombre de la “Plataforma Cordobesa Contra la Violencia a las Mujeres” mi querida Mercedes Mayo. 

No puedo entender a los que niegan que existe esta violencia que afecta cuantitativa y cualitativamente de manera diferente a las mujeres y que, además, lo hace de manera exponencial. Ayer fue el “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”, un día que denuncia la violencia que se ejerce sobre las mujeres en todo el mundo y reclama políticas en todos los países para su erradicación, algo que parece absurdo que pueda tener detractores… ¡Pues los tiene!

Dice la portavoz de VOX en el Ayuntamiento que “en nuestro manifiesto se incluye la violencia contra la mujer, (pero) incluyéndose dentro del ámbito familiar”. O sea, suaviza su añejo discurso negacionista, cada vez más evidentemente desfasado, metiendo en el mismo saco cualquier violencia. En un mundo como el de hoy, en el que todo tiene su nombre y cada parte de un todo, por diminuta que sea, tiene su propia identidad, negar la existencia “per se” de una violencia que afecta solo a las mujeres, es sencillamente ridículo. 

Hacerlo no supone defender a los hombres, porque reconocer la violencia que afecta solo a las mujeres a manos de los hombres no ataca a los hombres en general. Creerlo y venderlo así es tendencioso y resulta de un papanatismo insufrible. Los hombres no son los atacados, ni deben sentirse como tal. Solo señala y ataca a esos hombres que agreden y violan y machacan y menosprecian a algunas mujeres. Fin. 

En la vida no hay nada peor que las medias tintas, tirar la piedra y esconder la mano, atacar, pero querer justificar, ¿hay algo peor que los que te pegan la hostia y luego te piden perdón? No lo creo. 

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Soy cordobesa, del barrio de Ciudad Jardín y ciudadana del mundo, los ochenta fueron mi momento; hiperactiva y poliédrica, nieta, hija, hermana, madre y compañera de destino y desde que recuerdo soy y me siento Abogada. 

Pipí Calzaslargas me enseñó que también nosotras podíamos ser libres, dueñas de nuestro destino, no estar sometidas y defender a los más débiles. Llevo muchos años demandando justicia y utilizando mi voz para elevar las palabras de otros. Palabras de reivindicación, de queja, de demanda o de contestación, palabras de súplica o allanamiento, y hasta palabras de amor o desamor. Ahora y aquí seré la única dueña de las palabras que les ofrezco en este azafate, la bandeja que tanto me recuerda a mi abuela y en la que espero servirles lo que mi retina femenina enfoque sobre el pasado, el presente y el futuro de una ciudad tan singular como esta. 

¿ Mi vida ? … Carpe diem amigos, que antes de lo deseable, anochecerá.

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