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Cabañuelas (1)

Carlos Puentes

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En la meteo, como ya les he dicho en alguna ocasión, hablar del tiempo que va a hacer a más de tres días es toda una aventura. La gente, tó loca, no para de preguntarme de un tiempo a esta parte, “Meteofreak ¿me voy a podé ir de peró er domingo que viene?” Yo, que tengo más paciencia que un guarda y la misma compasión que un Papa de los buenos de antaño, digo “hijo mío, ya si eso me lo preguntas unos días antes”. No es que sea un insensible, lo que pasa es que cuando se me pregunta por plazos a más de una semana, mi criterio tiende a tener la misma consistencia que quien pronostica el número de la primitiva en los posos del café cada mañana entre legaña y legaña.

Pues verán, ocurre que en esta zona del mundo, hay gente que se gana la vida leyendo esos posos, por pura diversión oigan, son, como no, los cabañuelistas. Efectivamente amiguitos, la cosa va hoy de ciscarse con la gente del campo. Veamos. Desde tiempo inmemorial, las necesidades vitales del hombre (y la mujer) se han limitado a cinco cuestiones que se repiten en todas las civilizaciones con alguna variante, estas son, el comer, el cagar, el dormir, el entretener los bajos y el escaquearse del curro. Durante dos millones y medio de años, la cosa ha funcionado relativamente bien hasta la aparición de los iPads, los iPods y en general cualquier cosa asociada al gilipollesco universo Apple.

El caso, para esa cosa del comer, había unos elementos que ya los antiguos valoraban con cierta simpatía, la altura del sol en el horizonte y la cantidad de agua, hielo y nieve que cada año caía del cielo azul. Pura dependencia de factores, si llovía y hacía sol con moderación, la tribu no pasaba hambre, si no lo hacía y el sol se pasaba de la raya, mal asunto (creo que esta relación de causalidad ya la hice en otra ocasión). Evidentemente, ya en aquel entonces, quien controlaba la información controlaba el poder, como ahora. Nacía así la ciencia meteorológica, sólo que en lugar de sofisticados satélites y complejísimos softwares informáticos con capacidad para cruzar sienes y sienes de variables climáticas, contaban con un palo y la nunca bien valorada capacidad de perder el tiempo observando todo lo observable.

Lógicamente, la capacidad de observación de quien por experiencia y por herencia, conoce los ciclos naturales de las entidades de las que depende su existencia, era mucho mayor y estaba mucho mejor valorada que ahora, resultando estos agentes sociales que eran los cabañuelistas, vitales para el desarrollo de las sociedades. Si hoy las aseguradoras agrícolas se apresuran a comprar datos meteorológicos e informes de tendencias climáticas para encarecer o no los productos que estas venden, en la época de antaño el cabañuelista era lo más de lo más.

No me entiendan mal, envidio esa fortuna que es disfrutar de la observación de los cambios en los ciclos naturales, lo que en términos científicos se conoce como fenología y cuyo estudio resulta vital para comprender cuán asqueroso estamos dejando el planeta. Pero por fortuna, la técnica y la ciencia han avanzado en aspectos positivos mucho más allá de los consignados en eliminar al prójimo, siendo el estudio de la atmósfera, uno de los beneficiados. Si bien es cierto que en otro tiempo, la observación local de los símbolos naturales de primeros de agosto pudiese servir para lanzar una proyección de la buena o mala cosecha del año, afortunadamente hoy las cabañuelas nos sirven fundamentalmente para pasar un buen rato refocijándonos con el calendario zaragozano y con elementos como el tipo aquel que dijo que este año, agua, íbamos a tener a manta...

¿Pero existe entonces relación entre la mirada del burro en la luna creciente de agosto y el agua que vamos a tener este año? Joder no, qué va a tener. La atmósfera, por fortuna no entiende de localismos ni de instantes temporales y sí que atiende a equilibrios dinámicos, y es ahí, queridos meteofreaks de pro, donde la ciencia matemática redobla esfuerzos para poder proyectar el tiempo que vendrá. ¿Juega la meteorología con miradas de burro para el análisis al largo plazo? La respuesta es que sí, pero se me acaba el espacio y esa cuestión, ya mejor, la respondo la semana que viene.

pd: para los pronósticos y seguimientos de episodios meteorológicos síganme en Twitter (@Meteofreak), donde atiendo gustoso preguntas, reclamaciones, peticiones y sobornos

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