Luz de San Francisco para una tarde gris
Nuestra Señora del Amparo, titular letífica de la hermandad del Huerto, recorrió este domingo las calles de su barrio | La corporación del Domingo de Ramos adelantó el regreso a su templo ante la amenaza de lluvia
Amanece radiante el domingo. El sol luce. El deseo de volver a verla en la calle, este primer día de noviembre, festividad de Todos los Santos, es cada vez mayor. Con el paso de las horas, el cielo toma un aspecto más grisáceo. La incertidumbre crece y sin embargo no es suficiente para que numerosos cordobeses se aproximen a San Francisco y San Eulogio, en cuyo interior aguarda Ella sobre su paso. También quienes la van a acompañar en su recorrido por las calles próximas al templo. Si bien la amenaza de lluvia no desaparece, las puertas de la iglesia se abren a en el instante preciso. Cuando las manecillas del reloj marcan las seis de la tarde, aunque comienza a adivinarse la noche, el cortejo comienza su camino. No pocos cofrades y fieles esperan a Nuestra Señora del Amparo, que logra espantar los temores por el tiempo.
Tras la eucaristía en su honor, la imagen letífica de la hermandad del Huerto inicia su marcha por las calles de la feligresía de la iglesia de San Francisco y San Eulogio. La noche está cada vez más próxima, casi presente, a pesar de que aún restan horas para que realmente llegue. Suenan las primeras marchas de la Agrupación Musical Ecijana Amueci tras el paso sobre el que camina Nuestra Señora del Amparo. En esta ocasión, la talla de José Antonio Navarro Arteaga avanza con una hermosa media luna por delante. De estilo barroco y realizada en plata en su parte general, la pieza es una nueva joya para el patrimonio de la corporación del Domingo de Ramos. La salida procesional sigue su curso, como ha de ser.
Apenas media hora después de que la Virgen del Amparo comience su recorrido por las calles cordobesas, la hermandad del Carmen de San Cayetano decide no realizar su rosario vespertino, cuyo rezo va a tener lugar en su sede. Los cordobeses no van a tener oportunidad de ver a la titular de la archicofradía en San Jacinto. La posibilidad de la lluvia es la razón, como también de que la corporación del Huerto realice una variación en el itinerario de su procesión. Entonces, Nuestra Señora del Amparo inicia el regreso a su templo. La noche ya es una realidad y las nubes finalmente descargan. Pero Ella está ya en el interior de San Francisco y San Eulogio, en compañía de fieles y tras recibir la devoción de un barrio y de una ciudad que, al menos, tiene ocasión de disfrutar de su presencia por unas horas.
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