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La expresión de su identidad de la Merced

Rafael Ávalos

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La hermandad del Zumbacón presenta el diseño del nuevo respiradero para el paso de su titular mariana, de gran simbología iconográfica | El palio es en su conjunto un tributo a la Orden de la que recibe su advocación la cofradía

Cada una mantiene su propio sello gracias al patrimonio que posee y expone cuando realiza estación de penitencia. Los elementos procesionales, además de su gran valor, no sólo cuantificado en cifras sino también por su riqueza artística, reflejan en la calle lo que una hermandad es; son la muestra de su personalidad. Sucede exactamente lo mismo, porque de otra forma no puede ser, con los pasos que portan a sus titulares. Si bien estos muestran las señas de su cofradía, no son todas las veces en que con total plenitud representan la identidad de la misma. No es el caso de la hermandad de la Merced, que mantiene la firme idea de expresar a través de sus enseres su carácter y poner de manifiesto su origen. Sucede sin ir más lejos en la canastilla del misterio de Jesús Humilde en la Coronación de Espinas -cuya iconografía completa estrenó el pasado Lunes Santo- y, aunque ya ocurre, así será también en el palio de Santa María de la Merced, que en un futuro que corporación del Zumbacón espera no sea muy lejano en su primera fase caminará con unos respiraderos de gran simbolismo iconográfico.

Porque la hermandad de la Merced ha iniciado un proyecto ambicioso a la par que ilusionante de cara a la renovación del paso de su titular mariana. Un proyecto que comenzó a ver la luz este viernes con la presentación del dibujo y diseño de la parte frontal del respiradero del palio, cuya realización, así como su posterior ejecución, corresponde a Manuel Valera Pérez. El acto tuvo lugar en la casa de hermandad de la cofradía radicada en San Antonio de Padua y dentro del amplio programa definido con motivo de su mes festivo, como lo es este septiembre, en torno a la Virgen de la Merced. El asombro, en modo alguno, en las miradas de los allí presentes, así como la satisfacción de sus rostros dejaban a las claras las características del camino que comienza la corporación para realzar el paso de la imagen de Francisco Buiza.

La Merced elige este nuevo proceso debido a que son precisamente los respiraderos las partes que más urgen de un cambio dentro del conjunto. En ese sentido, la comisión de trabajo de la hermandad para la elaboración de estas piezas manejó en todo momento continuar con el tributo que ya es el palio a la orden de la que recibe su advocación. De esta forma, el frontal de su nuevo elemento patrimonial tendrá un gran valor simbólico por su iconografía. Éste combinará en su realización bordados y orfebrería, de manera que ofrecerá sensación tanto de ligereza como de solidez. En su zona central, habrá una capilla que tendrá la forma de la fachada del antiguo convento de la Merced -hoy día restaurada iglesia del mismo nombre y parte de la sede de la Diputación Provincial- y que guardará la representación de una pintura de un retablo mercedario de la Catedral de Barcelona. A sus lados existirá un exorno floral, como muestra de la pureza de la Virgen y de San Antonio. Por último, en las esquinas estarán las efigies de San Fernando y San Luis.

El tributo a la Orden de la Merced en el palio

Así, la hermandad continúa la confección de un patrimonio que rinde tributo a la Orden de la Merced, una realidad que en el palio es visible desde tiempo atrás, tal y como explicó antes de la presentación del nuevo proyecto de respiraderos para el paso de la Virgen Francisco Mellado Calderón. El destacado historiador del arte, que además es miembro de la corporación radicada en San Antonio de Padua, realizó una conferencia al respecto de modo que se entendiera a la perfección la motivación del diseño que ejecutará Manuel Valera Pérez. Por medio de su sencilla exposición, los presentes supieron de la gran simbología existente en bambalinas o techo que resguardan a Santa María de la Merced.

De un palio de color blanco pasó la cofradía tono azul pavo real allá por el año 1979, sobre el cual en diferentes etapas se trabajó bajo diseño de fray Ricardo de Córdoba, que a principios de la década de los ochenta del pasado siglo fuera asesor artístico de la hermandad. Comenzó entonces una labor que se verá culminada, dentro de unos años, con los nuevos respiraderos del paso de Santa María de la Merced. Cada detalle tiene en el conjunto su significado. ¿Por qué aparecen, por ejemplo, cadenas a lo largo de las bambalinas en su exterior? Es sencillo, representan la redención de cautivos, que muestra el carácter de la orden mercedaria, cuyo escudo aparece bordado también en cartelas. Otros elementos son las guirnaldas de flores, muy vinculadas a la tradición mariana, o las llaves que aparecen en el techo del palio, que representan la capacidad libertadora de la Virgen. La relación de la corporación con la cárcel queda establecida a través de las rejas existentes también en esa última zona.

El palio que resguarda a la titular mariana de la hermandad del Zumbacón es también, en modo alguno, un templo. Pues en sus caídas laterales interiores aparecen representados los distintos santos pertenecientes a la Orden de la Merced: San Pedro Pascual, San Pedro Nolasco (fundador de la Orden la Bienaventurada Virgen María de la Merced), Santa María del Socorro, Fray Pedro de San Antonio, Fray Simón de Sousa (ante quien se apareció por vez primera San Rafael), San Ramón Nonato, San Serapio, Beata María Ana de Jesús, San Carmelo y San Pedro Armengol. Todas sus imágenes, además de otros elementos, configuran un destacado conjunto iconográfico en torno a la gloria del techo, en la que se representa a la Virgen de la Merced de Gloria con el Niño Jesús junto a San Pedro Nolasco y San Antonio de Padua, en lo que es un guiño también a la sede canónica de la cofradía.

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