Señoras
Mis amigas son señoras y de ellas aprendo. No soy el que soy si no es por ellas.
Tienen nombres, no son anónimas, se llaman Elena, Esther,
Montse, Marta, Mamen, Gaia, AnaRosa, Isabel…
Cada una en su sitio y yo cerca. Es bueno para mí. Espero que sea bueno también para ellas.
Cocinan, limpian la cocina, montan la mesa y la recogen. Como yo.
Llevan “esto” para adelante.
Las quiero y no solo por eso.
Me gustaría que el siglo XXI fuera el de ellas, desde las que luchan para que la cama la hagan también los hermanos varones de la casa hasta la inmigrante que baja
al abuelo o a la abuela a que le dé el sol un ratito.
Quiero una habitación compartida y un cuarto propio.
Y esto lo dice un tío de barrio. Un gañán. Un hombre. Un señor que quiere seguir educándose.
Hasta el final.
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