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Sobre este blog

Como desde siempre he sido reacio a levantar pesos o manipular herramientas, pero sé leer, escribir y hablar, he acabado trabajando (es un decir) en medios de comunicación escritos y radiofónicos. Creo que la comunicación y la cocina tienen muchas cosas en común: por ejemplo ambas necesitan emisores y receptores, y tienen una metodología parecida, una suerte de sintaxis y de morfología que deben ser aplicadas. Cocino habitualmente en casa y mi último descubrimiento ha sido comprobar que recoger y limpiar utensilios mientras preparo la comida es muy bueno: ha cambiado mi vida, de hecho. Buen provecho a todos.

Kabuki

kabuki

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La máscara nos acompaña desde el principio de los tiempos. A los seres humanos se nos distingue por la curiosidad y la representación. Tal vez nunca hemos querido ser lo que somos, por eso, cuando nos relajamos, nos disfrazamos. Que sea otro lo que yo no soy.

Danzas africanas, balinesas, el teatro kabuki japonés, los trasvertidos en el teatro isabelino, el mercader de Venecia…

Dos años y pico con máscara, negando la sonrisa, escondiendo los dientes, dejando de subrayar los labios, enarcando las cejas para saludar en la vía pública de las ciudades pequeñas. Dos años con problemas y sin artimañas para la seducción.

Cubrimos el rostro para cambiar de identidad y no lo conseguimos. Te lo digo a ti, bandolero, ladrón con careta, terrorista con pasamontañas.

Te lo digo a ti, cofrade con cubrerrostro, que hace días llevaste también máscara de Carnaval.

Me gusta que en Cuba le llamen nasobuco a la mascarilla: Un artefacto que protege la nariz y la boca. Perfecto. El idioma sigue funcionando.

Dicen que la estética del KuKuxKlan está basada en los nazarenos, que alguien la exportó como se llevaron, piedra a piedra, castillos o abadías.

Todos embozados. Todos en un mundo enmascarado si no en los rostros, con la cara de otro. Faccia prestata.

La máscara serás tú. Y tú serás el otro. Ojo.

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Como desde siempre he sido reacio a levantar pesos o manipular herramientas, pero sé leer, escribir y hablar, he acabado trabajando (es un decir) en medios de comunicación escritos y radiofónicos. Creo que la comunicación y la cocina tienen muchas cosas en común: por ejemplo ambas necesitan emisores y receptores, y tienen una metodología parecida, una suerte de sintaxis y de morfología que deben ser aplicadas. Cocino habitualmente en casa y mi último descubrimiento ha sido comprobar que recoger y limpiar utensilios mientras preparo la comida es muy bueno: ha cambiado mi vida, de hecho. Buen provecho a todos.

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