Como desde siempre he sido reacio a levantar pesos o manipular herramientas, pero sé leer, escribir y hablar, he acabado trabajando (es un decir) en medios de comunicación escritos y radiofónicos. Creo que la comunicación y la cocina tienen muchas cosas en común: por ejemplo ambas necesitan emisores y receptores, y tienen una metodología parecida, una suerte de sintaxis y de morfología que deben ser aplicadas. Cocino habitualmente en casa y mi último descubrimiento ha sido comprobar que recoger y limpiar utensilios mientras preparo la comida es muy bueno: ha cambiado mi vida, de hecho. Buen provecho a todos.
Natalicio
Hace unos días celebré mi cumpleaños. Bueno, “celebré” tal vez no sea la palabra más adecuada; simplemente sucedió un año más. Y ya son muchos.
No suelo prestarle mucha atención a esa fecha, pero creo, según me dicen, que está bien, que hay que felicitarse por ello, que no cumplir años es peor que cumplirlos, dónde va a parar.
Lo que a mí me ocurre últimamente, y esto puede llamar algo la atención, es que cuando se acerca mi aniversario yo comienzo a reflexionar sobre el inexorable paso del tiempo y sobre Felipe González Márquez. Como si una cosa llevase a la otra.
Creo que esto debe sucederle a toda mi generación, porque toda ella es “hija” de Felipe González. Metafórica, política, cívicamente hablando, cuidado.
El tiempo pasa para todos y Felipe sigue diciendo cosas de vez en cuando. Desconozco quien lo escucha, pero él las dice. Lo mismo las dice en un desayuno de empresarios que detrás de unas hormigas hechas de trapo. Lo mismo cobra que cobra mucho por decir esas cosas. “Ahí está Felipe, con su nívea cabellera, diciendo de nuevo cosas de importancia”, decimos los de mi generación.
En mi generación son pocos los que no votaron alguna vez a Felipe González. Casi todos le votamos hasta que dejamos de hacerlo por alguna razón. Por eso todos nos acordamos de él cuando cumplimos años. De él y de la OTAN y de la Expo 92 y de Freddie Mercury y Monserrat Caballé pegando bocinazos.
Una vez, en una cena familiar (familia política) me atreví a decir que Felipe González había sido el mejor presidente de la historia de España (supongo que yo estaría un pelín achispado, no me acuerdo).
No me han vuelto a invitar. Pero tal vez sea por un problema de agenda, no saquemos conclusiones apresuradas.
“Felicidades. Y que cumplas muchos más”, me dijeron el otro día. Y yo agradecido y encantado de seguir escuchando a Felipe González, aunque me importe un pimiento lo que diga. Porque para eso me estoy haciendo mayor.
Sobre este blog
Como desde siempre he sido reacio a levantar pesos o manipular herramientas, pero sé leer, escribir y hablar, he acabado trabajando (es un decir) en medios de comunicación escritos y radiofónicos. Creo que la comunicación y la cocina tienen muchas cosas en común: por ejemplo ambas necesitan emisores y receptores, y tienen una metodología parecida, una suerte de sintaxis y de morfología que deben ser aplicadas. Cocino habitualmente en casa y mi último descubrimiento ha sido comprobar que recoger y limpiar utensilios mientras preparo la comida es muy bueno: ha cambiado mi vida, de hecho. Buen provecho a todos.
1