Como desde siempre he sido reacio a levantar pesos o manipular herramientas, pero sé leer, escribir y hablar, he acabado trabajando (es un decir) en medios de comunicación escritos y radiofónicos. Creo que la comunicación y la cocina tienen muchas cosas en común: por ejemplo ambas necesitan emisores y receptores, y tienen una metodología parecida, una suerte de sintaxis y de morfología que deben ser aplicadas. Cocino habitualmente en casa y mi último descubrimiento ha sido comprobar que recoger y limpiar utensilios mientras preparo la comida es muy bueno: ha cambiado mi vida, de hecho. Buen provecho a todos.
Cuento de Navidad
Para cuando se celebre el nacimiento de Jesús la próxima madrugada del miércoles al jueves (2.025 aniversario, según la tradición; todo un mozalbete porque resucita constantemente, pesado, disciplinado en cada luna de primavera) yo posiblemente ya sea millonario. Me tocará la Lotería el lunes y apenas volverán a tener noticias mías.
Nunca he querido ser millonario; pero si está de Dios, qué le vamos a hacer.
Más o menos eso dice el Evangelio de Mateo, el más sencillo, el más pop de los cuatro evangelistas. Nada que ver con el intenso de Juan ni con Marcos, el tapado y mucho menos con Lucas, bien intencionado pero muy mal escritor.
Mateo, que es Cervantes antes que Cervantes, Shakespeare antes que Shakespeare y Dan Brown antes que nada, ya nos explicó que “El nacimiento de Jesucristo fue así: ”Estando desposada María, su madre, con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente“.
Pero no lo hizo; porque tenía un papel en la Historia. José dio un paso al costado, dejó todo el protagonismo a María y, sobre todo, a Jesús, el mártir que toda causa necesita.
Este sucedido provocó encendidas polémicas que se trasladaron a los platós de los programas “salvarosas” de la época con encendidas tertulias en TeleGalilea, BelemTV, AntenaMacabea y el Vídeo Comunitario de Betania, entre otros medios.
Al fin y al cabo para nada, para ninguna conclusión de importancia. Esas cosas se pierden cuando el público afloja el interés y se pierde audiencia.
A José le tocó una especie de “pedrea” en este sorteo histórico.
A mucha gente no le toca ni eso.
Pero a mí me va a tocar el gordo y solo se le voy a decir a la ministra de Hacienda. Lo haré por WhatsApp:
Marichu, I got it. Guarda el secreto
Lo primero es ponerle una vela a San Mateo; luego, ya veremos.
Sobre este blog
Como desde siempre he sido reacio a levantar pesos o manipular herramientas, pero sé leer, escribir y hablar, he acabado trabajando (es un decir) en medios de comunicación escritos y radiofónicos. Creo que la comunicación y la cocina tienen muchas cosas en común: por ejemplo ambas necesitan emisores y receptores, y tienen una metodología parecida, una suerte de sintaxis y de morfología que deben ser aplicadas. Cocino habitualmente en casa y mi último descubrimiento ha sido comprobar que recoger y limpiar utensilios mientras preparo la comida es muy bueno: ha cambiado mi vida, de hecho. Buen provecho a todos.
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