Como desde siempre he sido reacio a levantar pesos o manipular herramientas, pero sé leer, escribir y hablar, he acabado trabajando (es un decir) en medios de comunicación escritos y radiofónicos. Creo que la comunicación y la cocina tienen muchas cosas en común: por ejemplo ambas necesitan emisores y receptores, y tienen una metodología parecida, una suerte de sintaxis y de morfología que deben ser aplicadas. Cocino habitualmente en casa y mi último descubrimiento ha sido comprobar que recoger y limpiar utensilios mientras preparo la comida es muy bueno: ha cambiado mi vida, de hecho. Buen provecho a todos.
Elegir
Si recuerdan, hace unos cursos, el alcalde de Madrid se enfrentó en un cole de su ciudad a las preguntas que le hicieron los alumnos y alumnas. Fue sonada aquella en la que el regidor era cuestionado sobre a qué causa donaría dinero: a evitar la desforestación de la selva del Amazonas o a reconstruir la catedral de Notre Dame de París, devastada por un incendio.
Almeida eligió la opción de Notre Dame y se pegó un batacazo descomunal. Además, delante de los chavales -airados y bulliciosos tras escuchar la respuesta del alcalde- intentó justificar su decisión argumentando que Notre Dame representa “lo que nos une a los europeos, lo mejor de nuestros valores espirituales y culturales que nos configuran como Europa…” y cosas así. Vamos, que se comió un bonito marrón.
Pues de eso me acordé cuando el incendio en la Mezquita-Catedral nos pegó ese susto; porque una disyuntiva parecida les debió pasar por la cabeza a los responsables de emisión de la Televisión Pública Andaluza que, cuando las llamas asomaban por encima de la pared y cubiertas del edificio milenario, estaba retransmitiendo en directo una corrida de toros desde Marbella.
¿Interrumpieron la emisión, al menos, para hacer un breve avance de lo que le estaba sucediendo a uno de los monumentos más singulares de la historia de la humanidad? Pues no. Con lo fácil, por cierto, que es interrumpir una corrida de toros porque en ese espectáculo no pasa nada en un montón de ratos. Vamos, que tiene muchos “tiempos muertos”. Se puede fácilmente conectar con las afueras de la Mezquita para calmar al personal y decir que el incendio se controla y reconectar con la plaza de toros marbellí para comprobar que no está pasando nada, excepto que el torero ha pegado el enésimo pinchazo y que el toro ha perdido otro litro más de sangre durante la desconexión. Nada grave.
El alcalde Almeida eligió Notre Dame y en la Televisión Cayetana del Sur optaron por Morante de la Puebla, un señor con patillas que viste muy raro y lleva un gorrito muy gracioso. En fin.
Ah, por otra parte debo decir que, desde que oigo que el origen del incendio pudo estar en un cortocircuito en una barredora, miro con cierto recelo el trastero donde está el aspirador Roomba cada vez que salgo de casa.
Creo, sinceramente, que usar una capilla renacentista para guardar los trastos de la limpieza es no saber llevar una casa pa´lante, como nos enseñaron nuestras madres.
Sobre este blog
Como desde siempre he sido reacio a levantar pesos o manipular herramientas, pero sé leer, escribir y hablar, he acabado trabajando (es un decir) en medios de comunicación escritos y radiofónicos. Creo que la comunicación y la cocina tienen muchas cosas en común: por ejemplo ambas necesitan emisores y receptores, y tienen una metodología parecida, una suerte de sintaxis y de morfología que deben ser aplicadas. Cocino habitualmente en casa y mi último descubrimiento ha sido comprobar que recoger y limpiar utensilios mientras preparo la comida es muy bueno: ha cambiado mi vida, de hecho. Buen provecho a todos.
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