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La Revolución Silenciosa

Miguel Ángel Luque

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Almorzaba ayer con un amigo-colega, Rafa, en la que en animada tertulia comentábamos sobre la necesidad imperiosa que tienen las empresas en evolucionar, en comenzar a hacer las cosas de forma diferente. Ambos coincidimos en el punto inicial de este cambio, la Toma de Conciencia, es decir, darse cuenta de que algo no funciona, de que algo nos incomoda, de que hay que dar un paso adelante y en segundo lugar tener claro dónde se quiere ir. Le planteé que me he topado con numerosas empresas que han hecho este ejercicio de reflexión, además de forma eficiente y contundente, comenzando como un Ferrari ese proceso de transformación, con potencia, haciendo sonar de forma estruendosa el motor, mostrando la belleza del bólido... y no han llegado a completar la primera vuelta al circuito.

En mi humilde opinión, con el fin de poder garantizar al máximo la consecución de nuestro objetivo transformacional, el punto de partida ha de estar en proponer una Revolución Silenciosa en la Organización. Para definir este término utilizaré la siguiente metáfora: todos recordamos cuando éramos pequeños, algún día en el que queríamos salir a jugar en un día nuboso, y nuestra madre  preguntaba: “¿Está lloviendo?”. Tú sacabas la mano por la ventana, notabas que no caían gotas y respondías: “No mamá, no llueve”. Tras una tarde jugando en la calle, llegabas a tu casa ¡empapado!, tu madre te echaba la bronca y tu decías resignado “Te juro mamá que no llovía”. La verdad es que sí llovía, pero la lluvia era tan fina, tan inapreciable que no te dabas cuenta de ella, hasta que transcurrido el tiempo, el resultado final era incontestable. Esta lluvia no te imposibilitaba, no te frenaba, podías seguir actuando, podías seguir siendo tú, a diferencia de una tormenta o tromba de agua, que traía por añadidura efectos especiales (truenos y relámpagos).

De esto va la Revolución Silenciosa, de determinación absoluta por evolucionar, sin estruendos, sin acelerones y/o parones, sino de avance continuo, sostenido, consolidado, generador de confianza y buen contexto. En mi opinión el principal factor que determina el éxito de esta Revolución silenciosa, es la identificación organizacional de sus integrantes. La pregunta es ¿de qué manera los líderes de la empresa pueden favorecer esa identificación organizacional?. Varias son las vías, aunque me decanto por las siguientes:

1. Apoyo de la dirección en esta renovación.

2. Autonomía en el trabajo, que el trabajador se sienta líder/dueño de su desempeño, en toda su extensión.

3. Incentivos, basadas en el rendimiento y en la productividad, es una forma de empujar a que se siga mejorando.

4. Comunicación, explicar de forma clara al trabajador lo que se espera de él, cómo progresa, qué puede mejorar, cómo evoluciona la empresa.

Desde esta perspectiva, el trabajador estará en disposición de afrontar con una actitud ilusionante el reto del cambio tranquilo, pacífico, definitivo en la Organización y adquirir la motivación necesaria para convertirse en agente del cambio. Me siento muy identificado con el equilibrio, la calma, la tranquilidad, el silencio. Decía Curcio “Los ríos más profundos son siempre los más silenciosos”, es el momento de que las empresas comiencen a excavar para hallar y transmitir esa Identidad organizacional tan vital, que les permita, silenciosamente,  hacerse más grandes. BE TIM.

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