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Líderes Asintomáticos (II): La solución.

Miguel Ángel Luque

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En el anterior post presenté el concepto de líder asintomático. De forma resumida podemos enunciarla como “aquella persona que ostenta el reconocimiento oficial de líder dentro de una organización pero que no demuestra un comportamiento coherente con el papel fundamental que debe desarrollar dentro de la misma”. El compromiso que adquirí fue que una vez diagnosticada la enfermedad, había que ponerle remedio. Hablamos por lo tanto de tratamiento (en el caso de ya se tenga) como de vacuna (para evitar el desarrollo futuro de la misma).

Antes que nada me gustaría puntualizar que no es lo mismo desarrollar el liderazgo cuando las circunstancias internas y externas son propicias, o cuando estás navegando bajo la “tormenta”. Estarás conmigo que la mayoría de nosotros aprendemos a ser líderes en el trabajo y a veces de forma obligada. Sin embargo, en tiempos de crisis, muchos líderes demuestran no estar preparados para llevar el cetro de mando. En épocas duras, el primer instinto suele encaminarse a coger la vitola de “animador” y tratar de asegurar a la gente que todo va a estar bien. El segundo se encamina a ignorar/minimizar la crisis con la esperanza de que si no se habla de algo, los demás también lo ignoren y en entre todos acaben “tapándola”. Pero esto no parece demasiado honesto porque la verdad es que en situaciones de alta incertidumbre nadie sabe si todo va a estar bien, desafortunadamente.

En una época de crisis, la que sea, hay que ser intencionado (bien) y disciplinado. Aquí hay cinco recomendaciones que considero pertinentes, y que son la base de un liderazgo efectivo y alejado del nada recomendable, liderazgo asintomático:

  1. Estado de ánimo equilibrado: La emoción es la precursora de la acción. Si quieres que tu equipo actúe de forma confiada, precisa y enfocada, tendrán que tener un estado de ánimo alineado con este propósito: sereno, ilusionado, posibilitante, y es aquí donde el líder ejerce de espejo, reflejando el estado de ánimo meta que quiere ver en la organización. Desde la ira, el miedo, el resentimiento, la tristeza, no se consiguen aquello por lo que es importante y merece la pena luchar en una organización. En la película El puente de los espías de Steven Spielberg, el protagonista es reprendido por su abogado acerca de su estado de ánimo calmado. Ha sido acusado de espionaje y traición y puede ser condenado a morir o a cadena perpetua. “No le veo preocupado por la situación” le infiere el abogado a su cliente, que de forma pausada le responde: “¿Serviría de algo?. Porque si el estar preocupado, enfadado, rabioso me ayudaría a resolver este problema, hágamelo saber”.
  2. Escucha a tu equipo: Empáticamente. No es necesario que resuelvas los problemas de todos. No puedes hacerlo. Pero lo que sí puedes hacer es escuchar sin juzgar las preocupaciones de la gente. Resiste la tentación de encontrar soluciones. La gente necesita ser escuchada y validada. Eso no significa que apruebes sus miedos, pero sí que quieres escuchar y reconocer lo que sienten, ya sea que estén asustados o ansiosos. Es normal.¡Somos personas!. Conecta con ellos. Cuando escuchas a alguien expresar sus preocupaciones, quieres, con buena intención, decirle por qué no deben sentirse así. Empatizar significa “sentir con el otro” y eso es algo que se puede iniciar con una frase tan simple como: “Así que, si entiendo lo que dijiste, tu preocupación es que no sabes que ocurrirá en el corto plazo, ¿verdad?”.
  3. Comunica de forma auténtica: El líder tiene que comunicarse de forma honesta y auténtica, no tiene que impostar lo que no se es. Una vez que hayas chequeado tu estado emocional-mental equilibrado, señalado los mensajes correctos, escuchado y comprendido, es hora de comunicarte. La mayoría de la gente quiere escuchar la verdad con confianza. No lo endulces, ni intentes ser obtuso o demasiado pomposo para suavizar o evitar la dura verdad. Por ejemplo, puedes empezar con esto: “Entiendo que estéis asustados. No sabemos exactamente lo que nos espera en el final de este año. Decir que sí lo sabemos sería pretencioso y erróneo. Lo que sí sé es que ahora tenemos que dar todos un extra, trabajar más y mejor para capear la tormenta. Vamos a hacerlo lo mejor que podamos. Y yo personalmente estaré disponible para escuchar todas vuestras apreciaciones, considerarlas e incorporarlas para en la forma de navegar esto.”Eso es todo. A medida que las cosas cambien, hay que evolucionar el relato y nunca establecer el silencio como alternativa de comunicación al equipo.
  4. Toma decisionesNo eviten las decisiones difíciles, pero tomadlas con empatía y consideración. Francisco Cambó político español principios del siglo XX escribió: “Hay dos formas de llegar al desastre: una, pedir lo imposible; la otra, retrasar lo inevitable”. Todo líder efectivo en algún momento tiene que tomar decisiones difíciles y complicadas. En ocasiones las opciones son, malas, horribles y pésimas. En esos casos, tienes la obligación con tu equipo, con tu ecosistema de tomar decisiones pero siendo compasivo.

Credibilidad: La credibilidad es un atributo que te cuesta una vida en conseguir y 1 minuto en perder. En mi opinión son 3 los rasgos que definen la credibilidad de un líder:

  1. Ser experto o con un conocimiento amplio en el ámbito en que te mueves.
  2. Ser ejemplo y ejemplar en tu comportamiento. Cumple lo que prometes.
  3. Responsabilidad de mejora continua: tu mejor versión no es la actual, está aún por descubrir.

En fin, tenemos mucho que avanzar y que aprender porque como desgraciadamente conocemos por experiencia directa, vivimos en una época de crisis inacabable. BE TIM & EEE.

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