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Cordobasket: Baloncesto de patio de colegio

Paco Merino

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http://youtu. be/bkvtPMZFgOI

Fundado en 2006, pero con raíces profundas en el Colegio Al Andalus, aglutina a una veintena de equipos entre federados y escuelas municipales

Seguramente otras modalidades deportivas consideren algo despectivo que se califique su juego como “de patio de colegio”. De hecho, hay por ahí comentaristas que utilizan la expresión para tildar, entre lo crítico y lo jocoso, el desempeño de tal o cual equipo. No sucede así en baloncesto, donde se considera algo natural y motivo de orgullo el recordar las raíces. Porque las semillas se siembran precisamente ahí, en los recintos escolares, con partidos multitudinarios y reglamento difuso alrededor de canastas despellejadas. “¡Somos un equipo de patio de colegio!”, cantaban en las gradas del Polideportivo Magariños los aficionados del Estudiantes, club que simboliza mejor que ningún otro la esencia de este deporte. De patio de colegio es el Cordobasket, que nació y creció precisamente ahí, en el sitio del recreo de los chavales.

“Son ya veinticinco años, mucho tiempo...”, recuerda con nostalgia Ángel Lopera Pérez (Palma del Río, 1970), que fue uno de los pioneros en la puesta en marcha de una escuela municipal en el Colegio Al Andaluz, en la barriada del Parque Cruz Conde. Fue en 1989, cuando Lopera era un prometedor jugador de la cantera cordobesa, un pívot en las ligas provinciales que terminó actuando de escolta en campeonatos profesionales. Su carrera fue una contínua transformación, un homenaje a las leyes de la adaptación: siempre estuvo en el sitio en el que hacía falta echar una mano. Sólo los más allegados conocían que detrás de ese jugador indomable en la cancha había un entrenador. La vena didáctica de Lopera -profesional de la enseñanza en la actualidad- se ligó, de forma indestructible, con el deporte que más ama: el baloncesto. Y siempre al lado de los más pequeños. Desde hace algunos años, de manera exclusiva.

“Es la labor más gratificante, la mejor sensación que se puede tener”, afirma Lopera, que tras cerrar un ciclo de seis temporadas en el Cajasur y una más en el Montilla como jugador, entrenó con éxito al equipo sénior femenino de la Universidad de Córdoba. Ya no piensa en volver a ese mundo porque “todo tiene un principio y un final” y ahora se dedica en cuerpo y alma al Cordobasket, un proyecto que considera “como un hijo”. Uno más. Mientras dirige a los chavales en la pista, sus retoños juegan detrás de una canasta. Quizá dentro de poco estén también con una pelota naranja entre las manos. “Es una alegría inmensa ver ahora, ya como hombres, a niños que tuviste como alumnos en las escuelas de baloncesto. Y algunos ya han traído a sus hijos”, cuenta con emoción Lopera, quien después de llevar toda una vida dedicado a la enseñanza y el deporte, ha extraído un lema: “No competimos contra nadie, sino con otros. Uno siempre gana si consigue dar la mejor versión de sí mismo y mejorar”.

¿Y eso cómo se consigue? No es sencillo en la sociedad actual, que lanza contínuamente mensajes que identifican el éxito personal con el triunfo y la victoria como imposición sobre el resto. Te dicen que el primero gana y todos los demás pierden. “Eso no es así en absoluto”, dice el presidente del Cordobasket, convencido de que “se puede competir, divertirse y ser mejor” sin necesidad de llevar la rivalidad hasta extremos que no dejan satisfecho ni siquiera al que termina venciendo simplemente porque lo dicen las cifras de un marcador. “El resultado es una consecuencia, pero nunca una meta obsesiva para nosotros”, dice un entrenador vocacional cuyo ideario es irrenunciable. El deporte es educación física y de valores. Lo dice y lo hace, convirtiéndose en portavoz de una organización que se fundó oficialmente en 2006 y que arrancó un día de 1989, cuando unos jóvenes profesores y deportistas se lanzaron a la aventura en una pista de cemento.

Esta temporada, el CD Cordobasket presentó oficialmente a sus equipos ante toda su comunidad en el Centro Cívico de Poniente. Allí estuvo arropado por el nuevo presidente de la Federación Andaluza de Baloncesto, el cordobés Antonio de Torres, y el mandatario de la FCB, Antonio Guillén. Ambos respaldaron con su presencia un proyecto que en este curso 13-14 cuenta con fieles colaboradores. Blas García, un hombre cuya trayectoria está ligada al baloncesto, es también el presidente de la fundación PRODE a la que pertenece Muser Prode, patrocinador principal del club. El Cordobasket es una institución asentada en Córdoba. En la pasada campaña intervino con más de veinte equipos en las competiciones federadas y en los Juegos Deportivos Municipales. En la presente, competirá también con un equipo sénior femenino. Siguen, además, los minis, infantiles, cadetes, júniors y séniors masculinos, todos en ligas de la Federación. En los Juegos Municipales intervienen las escuelas del Al Andalus, Fray Albino, Enríquez Barrios, Vistalegre, Ciudad Jardín, Santos Mártires, Mirasierra, Maimónides, Zoco, Figueroa, Séneca, Grupo Cántico, Santa Rosa de Lima y Noreña.

El chirriar de las zapatillas sobre el cemento y los botes de los balones naranja es la banda sonora en los patios de todos estos centros cada tarde. Con calor o con frío. Los chicos asumen los valores del compromiso y la disciplina. Trabajan durante la semana para jugar el sábado. Ése es su examen. “Y si se divierten, están todos aprobados”, dice Lopera, que cuenta en el club con un elenco de reputados técnicos, todos ellos con una sólida formación y experiencia. Ángel Simón, Rafael Funes, Andrés Medina, Rafa Alba, Francisco Dorado, Javier Ortiz, Antonio Díaz “Hachero”, Luis Gutiérrez, Felipe Gómez... Los federados están en buenas manos. Lopera, el presidente, puede estar tranquilo. Por eso ha decidido este curso asumir tareas con los más pequeños, en la escuela, volviendo a recuperar el sabor de aquellos días en los que todos queríamos comernos el mundo. Y estaba bueno, ¿verdad?

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