Silencio administrativo
En 13 años la Junta no ha hecho nada para recuperar este camino público
Al principio de los tiempos, la Tierra era un lugar increíble concebido para el disfrute de los seres humanos, de los insectos y de las plantas. Usted podía caminar sin restricciones por los valles y las montañas, con el único límite de la fatiga y los peligros que acechan al bosque. Un día llegó un señor y plantó una valla para marcar su territorio. En pocos años, las cañadas y las lomas se poblaron de alambradas que redujeron el universo en progresión geométrica hasta convertirlo en un campo minado de propiedades y cotos privados.
Los caminos fueron confiscados, usurpados, invadidos, desguazados y expropiados. Y donde había libertad y espacio abierto emergió un mundo fragmentado e impenetrable. Dios creó a la madre Tierra para que sus hijos vivieran en ella, pero no tuvo en cuenta el avance desbocado de la economía de mercado y el capitalismo extractivo.
Luego llegó el Estado. Promulgó algunas leyes para tratar de poner un poco de orden a este sindiós y salvó algunas veredas para que los venados pudieran transitar por los prados, los pueblos se comunicaran entre sí y algunos soñadores salieran al campo para respirar aire puro. Pero quien hace la ley construye los subterfugios del poder.
La Plataforma A Desalambrar acaba de denunciar a la Junta de Andalucía por no hacer lo que la Constitución le encomienda que haga. Cumplir la ley y defender el patrimonio público. La Vereda del Pretorio une Córdoba con Villaviciosa por un sendero reconocido desde 1884. Usted puede atravesarla de punta a cabo, entre jaras y madroños, porque la madre naturaleza la labró durante siglos para nosotros. Todo eso está escrito y debidamente documentado. Hasta que un señor plantó una valla y echó el candado en un paraje llamado la Priorita.
A Desalambrar lleva 13 años recordándole al Gobierno andaluz cuál es su obligación como administración pública. De hecho, dispone de una consejería a la que denominan ampulosamente de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul. Y durante 13 años la Junta le viene castigando con el silencio administrativo, que es un disparo en las gónadas de los ciudadanos, la democracia, la transparencia y el sursum corda.
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