Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

¿Qué hacemos aquí?

Elena Lázaro

0

Una semana he tardado en poner algo de orden en mi cabeza y ser capaz de escribir sobre lo que pasó el sábado pasado en Córdoba. La digestión no ha sido fácil porque no hay antiácido que pueda con la mezcla de éxito, dudas y críticas. Así que para digerirlo y no acabar vomitando un análisis demasiado vago he preferido tumbarme y esperar unos días. Ni así tengo la certeza de haberlo conseguido.

Lo que ocurrió el sábado pasado en Córdoba es lo que viene sucediendo cada primer sábado postnavideño desde hace 3 años: que un grupo de mujeres científicas, divulgadoras y periodistas logran llenar hasta la bandera el Teatro Góngora -en 2018 fue La Pérgola de la Victoria, pero para el caso es lo mismo- sólo para contar historias de ciencia. Son “Las que cuentan la ciencia”, un equipo liderado por la Unidad de Cultura Científica de la Universidad de Córdoba que es quien produce el espectáculo.

EL ÉXITO

Esta vez volvieron a ocuparse todas las butacas disponibles. Las 180 entradas, un tercio del aforo real del Teatro Góngora, se agotaron en menos de media hora el día que se pusieron a disposición del público. Un éxito validado además por las 1500 personas que siguieron el espectáculo desde sus pantallas gracias a la emisión en directo en youtube.

LAS DUDAS

Al aplauso final llegué con la gastritis propia de varios meses de dudas. Las mismas que expuse en el escenario cuando subí a dar la bienvenida ¿qué hacíamos allí? Desde marzo se han liquidado de un plumazo la práctica totalidad de los eventos presenciales de divulgación científica. Nosotros mismos lo hemos hecho virtualizando buena parte de nuestras actividades. Entonces, ¿qué hacíamos allí?

LAS CRÍTICAS

Desde la segunda edición de “Las que cuentan la ciencia”, que fue en realidad la que gracias a la alianza con la plataforma Naukas logró su popularización definitiva, no han sido pocas las veces que hemos tenido que responder a la crítica por contar sólo con mujeres en el programa. Este año también ha habido que explicarlo. Este espectáculo forma parte de la estrategia institucional de la Universidad de Córdoba por contribuir a la visibilidad de las mujeres en la ciencia y la comunicación social de la ciencia y el porqué sigue siendo necesario poner en primera línea a las mujeres me niego a volver a escribirlo, entre otros motivos, porque este año la campaña “No More Matildas” lo ha hecho de una manera excepcionalmente bella, elegante y creativa.

Lo novedoso es que esta vez además de la crítica por llevar puestas las gafas violeta, se nos ha reprochado la osadía de programar un evento presencial. Ese enjuiciamiento no se ha hecho públicamente, pero sí que hemos tenido que responder en privado varias veces.

LA RESPUESTA

En el ámbito de la comunicación social de la ciencia llevamos años enarbolando la bandera de una única cultura, compendio del conocimiento humano y todas sus expresiones creativas. SIN CIENCIA NO HAY CULTURA, insistimos. ¿Cómo íbamos a renunciar al evento, entre todos los que organizamos, que mejor explica esa simbiosis entre ciencia y cultura?

Este año, “Las que cuentan la ciencia” fue más teatral que nunca. Hemos tenido una dirección escénica y audiovisual profesional a cargo de la compañía Efímera Teatro y una producción escenográfica original obra de Roberto Benavente. No ha sido casual. Con este espectáculo, la Universidad de Córdoba se sumó a la campaña que trata de concienciar al público de que LA CULTURA ES SEGURA y que mantienen profesionales de las artes escénicas, la música y los eventos a través de movimientos como MUTE.

Ha pasado una semana. Ninguna de las protagonistas del espectáculo ni de las personas que trabajamos en la producción ha resultado contagiada. El Instituto Municipal de Artes Escénicas no ha comunicado ningún brote asociado al evento. Y no creo que sea casual. Cumplimos escrupulosamente con todos los protocolos de seguridad del teatro y seguimos a pies juntillas las recomendaciones en los contactos entre personas. Podría haber pasado lo contrario porque no existe el riesgo cero y quizás estas líneas se hubieran escrito de otra manera, pero de la misma forma de no vivimos encerrados a solas en una burbuja, sino que mantenemos nuestras relaciones personales siguiendo las recomendaciones básicas (distancia social, mascarilla e higiene de manos), no entiendo el ejercicio profesional sin el empeño de seguir adelante y mantener vivos los proyectos en los que creemos.

Y eso fue lo que pasó el sábado pasado en Córdoba, que nos dedicamos a VIVIR.

Etiquetas
stats