Un mundo más sostenible reflejado en una pared de la facultad
Los alumnos del cuarto grado de Educación Social en Córdoba están en lucha. Su batalla es contra un mundo “oscuro en el que la gente no tiene espíritu crítico”. Y, para ello, lo que han hecho ha sido dibujar un mural en una de las paredes de la Facultad de Ciencias de la Educación.
Así que, a ese mundo oscuro, le ha ganado el “mundo idílico en el que se consumen productos de temporada y todos nos preocupamos por el planeta y el cambio climático”. Así lo ha explicado Lola Serrano, una de las alumnas que han participado en la actividad. La iniciativa de este mural sobre alimentación sostenible y salud surge de la Asociación Enjambre sin Reina, la organización IDEAS Comercio Justo y la Cátedra de Cooperación al desarrollo de la Universidad de Córdoba.
Sin embargo, detrás de las horas de trabajo sobre el mural, los estudiantes han tenido tres sesiones para formarse sobre el tema y tener así más clara la visión que querían reflejar. La primera, según ha explicado la alumna, fue de formación, para explicarles conceptos como “la economía social, el comercio justo y los niveles de desarrollo sostenible”. En la segunda, le plantearon las ideas a la Asociación Artyart, Artesanía y Arte Mural. Y por último, una sesión en la que les plantearon el boceto y los posibles cambios“.
Eloísa Reche, profesora del Área de Didáctica de la Expresión Plástica, recibió la propuesta del vicedecano de Cultura, quien les citó para contarles la iniciativa y “lo que pretendían hacer”. Eloísa, según ha declarado la responsable del Área de Cooperación de la Universidad de Córdoba, Teresa González, “ha estado volcadísima con el proyecto”.
Casualmente, desde el área al que pertenece Eloísa habían presentado un proyecto de innovación sobre desarrollo sostenible, “y uno de los objetivos que había planteado era precisamente la salud y el bienestar” lo que se ajustaba “perfectamente” a lo que ellos querían hacer. Tan solo que tuvieron que cambiar la idea de hacer un collage colectivo por un mural. Por esta razón, la profesora decidió implementar el proyecto dentro de su asignatura.
El proyecto
Javier Maíllo, técnico de cooperación en IDEAS Comercio Justo, ha explicado que ellos tenían “un proyecto financiado por el Ayuntamiento para hablar de los objetivos de desarrollo sostenible y la alimentación a la ciudadanía cordobesa”. Uno de los públicos al que este iba dirigido era el universitario. Por esto, la Universidad de Córdoba fue la que encontró el apoyo de la Facultad de Ciencias de la Educación, “a través del Departamento de Cooperación”.
IDEAS y Enjambre sin Reina fueron las encargadas de impartir un taller “sobre la sostenibilidad de la alimentación y del consumo transformador” a los alumnos. A partir de aquí, comenzaron a debatir y exponer sus argumentos para llegar a las ideas que querían transmitir en el mural.
Según ha contado la profesora, “la mayor dificultad” fue localizar y planificar la actividad porque “esta asignatura, como los alumnos se van de prácticas, en vez de en cuatro meses, se da en dos”. También se han tenido que adaptar a las medidas por la pandemia y han tenido que dividir a los alumnos en seis subgrupos para repartir el trabajo. Sin embargo, los alumnos han acabado “muy satisfechos” con el resultado y han mostrado su interés desde el primer momento ya que “de 74 alumnos matriculados, han participado 72”, explica Eloísa.
El trasfondo del mural
Tras dos sesiones en las que los alumnos debatieron sobre el tema y concluyeron cómo querían que fuese el mural, traspasaron sus ideas a las muralistas de Artyart. Dentro de las ideas que tuvieron, según ha explicado la muralista Daniela Candias, los participantes “quisieron dividirlo en dos partes donde fuera protagonista la propuestas positiva”. Dividida por un umbral, han utilizado simbología entorno a la comida “chatarra” y, por el contrario, de su alternativa, la comida saludable.
Trabajar con los alumnos, ha señalado la muralista, “fue muy sencillo” ya que aportaron buenas ideas “y, al tener claro eso, el boceto fue rapidísimo”. En la segunda sesión, les plantearon algunos cambios y correcciones como “más color o utilizar la luz”. En definitiva, utilizar otro tipo de recursos para conseguir “transmitir más”.
Finalmente, los alumnos han quedado, en palabras de Lola, “muy satisfechos”. Aunque, personalmente no lo vio muy claro al principio, “no vi que pudiese representarlo tan bien”. Sin embargo, al verlo ya reflejado en la pared asegura que representa lo que querían mostrar “y ayuda a que se entienda que hay otro mundo posible y que la educación ambiental consigue que sea mucho mejor”.
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