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Rafi Valenzuela: “No soy de consignas”

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Alfonso Alba

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Rafi Valenzuela (Montalbán, 1960) ha cambiado el Palacio de Orive por la arquitectura años sesenta de la Subdelegación del Gobierno en Córdoba. De organizar la Feria del Libro, festivales de literatura como Cosmopoética o programar espectáculos culturales ha pasado a estar al frente de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la provincia, a ser el enlace del nuevo presidente Pedro Sánchez con Córdoba y a convertirse, principalmente, en la primera mujer que se sienta en el despacho que antes ocupaban los gobernadores civiles.

Valenzuela es una mujer de la cultura, una enamorada de la poesía, la literatura y el patrimonio histórico que lleva décadas trabajando codo con codo con Carmen Calvo, que también se ha convertido en la primera cordobesa en ser vicepresidenta del Gobierno. Valenzuela y Calvo coincidieron en la Consejería de Cultura de la Junta de finales de los noventa y mantuvieron un perfil político similar dentro de su partido, el PSOE, que ahora las ha llevado a encuadrarse dentro de lo que se cataloga como sanchismo.

Desde su nuevo despacho, que antes ocupaba Juan José Primo Jurado -con quien reconoce que tuvo una excelente transición en el cargo-, Rafi Valenzuela recibe a todos los alcaldes de la provincia a la vez que se pone al día de los cientos de problemas y retos a los que se enfrenta un subdelegado del Gobierno: policías, guardias civiles, militares, tráfico, carreteras, infraestructuras estatales, la Seguridad Social... Y todo sin olvidar la importancia de la cultura.

PREGUNTA. Quién le iba a decir hace solo unos meses que iba a estar aquí sentada.

RESPUESTA. Para nada (risas), porque como todo el mundo bien sabe estamos viviendo una situación inédita en nuestra Democracia como es el triunfo de una moción de censura, un mecanismo democrático que antes se había dado pero que no había desembocado en la constitución de un Gobierno. Con lo cual a mí me gusta decir que esto ensancha el horizonte de nuestra Democracia. Nos lleva pisar un terreno nuevo y eso siempre es enriquecedor y, por tanto, hace seis meses nadie pensaba que esto iba a ocurrir. Pero ha ocurrido felizmente. Y bueno, yo muy contenta al poder estar aquí.

El Gobierno tiene que ser un reflejo de cómo es la sociedad

P. Viene del mundo de la cultura. ¿Qué le ha sorprendido al entrar aquí, en un mundo tan diferente, como es el de la Subdelegación del Gobierno?

R. Pues mira, de la Subdelegación del Gobierno me ha sorprendido que aunque llega muchísimo a la gente la competencia en materia de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que es obvia por ser directa, tiene, digamos, muchísimas competencias todavía como pueden ser carreteras, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, la inmigración, mujer... Es decir, un amplio, amplísimo, abanico de competencias que me ha sorprendido para bien.

P. Para este cargo hay que saber de todo.

R. Bueno, tienes que saber y tienes también que asesorarte sobre todo de la gente que sabe hacer tu trabajo y tu tarea diaria, que lleva mucho de aprendizaje. Pero yo creo que cuando ya se alcanza cierta experiencia en la vida y la política, se adquiere experiencia, aunque sea en un ámbito concreto. Cuando hablamos de mi gestión en la cultura todo lo aprendido te puede servir también para las infraestructuras y para cualquier cosa de la vida. Lo que tú tienes o has aprendido son unas certezas, unas habilidades, una manera de estar y de afrontar la vida, que eso, digamos, se puede aplicar a muchos cosas. Lo que hay que tener, eso sí, es muchas ganas de trabajar, muchas ganas de aprender y muchas ganas de desplegar también esa experiencia que tú has ido adquiriendo a lo largo de los años y ponerlas ahora al servicio ahora de problemáticas diferentes.

El hecho de que sea la primera mujer subdelegada del Gobierno ya es un cambio

P. ¿Qué prioridad o qué reto concreto se ha marcado Rafi Valenzuela para que se note su paso por aquí?

R. Bueno, yo creo que lo hemos cambiado desde el primer día. El hecho de que aquí esté sentada una mujer y que sea la primera vez en la historia de nuestra Democracia que esto ocurre ya de por sí es un cambio. Las miradas son diferentes. Eso deriva lógicamente de un valor general que indica la política de cambio de este Gobierno en el que hablamos de Consejo de ministras y de ministros. Yo me siento muy orgullosa de que sea el primer gabinete del mundo que más ministras tiene. Eso es una manera de entender la política y de poner en práctica ese movimiento que de alguna manera el ocho de marzo de este año quedó muy de manifiesto. Ese movimiento de la mujer y de muchos hombres que nos acompañaron tiene que tener su reflejo. Es decir, el Gobierno tiene que ser un reflejo de cómo es la sociedad. Por tanto, no se admitiría que en este momento de nuestra Democracia y de la evolución del feminismo hubiera cargos como vetados a las mujeres. No puede haber ninguno y desde luego la Subdelegación del Gobierno tampoco. Por tanto, yo cada día me acuerdo de tantas mujeres que han hecho posible que yo esté sentada aquí... Ésa ha sido la lucha en muchas mujeres durante muchos años y, como digo, también de hombres que nos han ido acompañando. Yo les debo reconocimiento, les debo agradecimiento y les debo muchísimo compromiso diario.

Los años con Carmen Calvo en Cultura revolucionaron muchas cosas

P. Usted fue directora general del Libro y delegada de Cultura con Carmen Calvo de consejera. Ahora, ella es vicepresidenta y usted subdelegada del Gobierno. Gran parte de su carrera se la debe a haber formado equipo con Carmen Calvo.

R. Sin duda alguna. Marca una impronta a todas las personas que hemos formado equipo con ella porque es una mujer muy valiente, muy inteligente y es una mujer muy especial. La verdad es que yo creo que esos primeros años de la Consejería de Cultura en que se revolucionaron tantas cosas y se pusieron en marcha tantas cosas desde luego que han sido decisivos en la política y en nuestra vida. Y eso siempre ha estado por encima de cualquier cosa. Si ahora se ha considerado que yo puedo desarrollar esta labor, pues yo no puedo estar más que agradecida a la persona que ha puesto en mí su confianza.

Con el anuncio de la exhumación del Dictador asistimos en primera persona a actos que van a estar en los libros de Historia

P. ¿Cómo vivió con ella los días de la moción de censura?

R. A través de Whatsapps (risas). Pues lógicamente estando al tanto y con mucha emoción. No solo el día de la moción de censura, sino también el viernes pasado en la rueda de prensa en la que la vicepresidenta anunció la exhumación del dictador Franco. Yo creo que esa intervención fue histórica. Por fin un Gobierno se decide a poner en su sitio algunas cuestiones de la historia tan trágica y tan dramática de nuestro país como es la exhumación de los restos del dictador, el cambio de ubicación y demás. Son momentos en los que asistes en primera persona a actos que van a estar en los libros de Historia. Es un orgullo para mí y una emoción.

No todo es dinero y presupuestos en política

P. Sí, en el futuro se verá esa rueda de prensa como un momento histórico. En el caso concreto de Córdoba la vicepresidenta siempre ha dicho que Córdoba va a ganar con con este nuevo Gobierno. A mí me gustaría saber en qué vamos a ganar, teniendo en cuenta que se acaban de prorrogar unos presupuestos que castigan especialmente a la provincia.

R. Mira, cuando ella ha dicho que va a ganar yo creo que ya ha ganado. El hecho de, por ejemplo, la relación que mantenemos ahora mismo la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, con la propia delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía, Esther Ruiz, el propio presidente de Diputación, Antonio Ruiz, y yo misma es bastante fructífera, y ya hemos ganado. No todo es dinero en política. La toma de decisiones cómplices, el caminar sabiendo que puedes establecer y fortalecer unas sinergias, y que todo eso sea para bien de la capital y de la provincia, es muy importante. Es muy importante hacer ese diálogo interinstitucional y que por primera vez se da en la historia que todos los cargos públicos de la provincia pertenecemos a una misma opción política. Yo creo que esa coyuntura hay que aprovecharla en positivo para trabajar más coordinadamente por la ciudadanía. Desde luego yo me siento muy satisfecha ahora que se cumplen dos meses de mi llegada a esta casa, de esa coordinación no solo con estos cargos que te digo sino con los alcaldes y alcaldesas de la provincia, que ya se han sentado muchos donde tú te sientas ahora y que los ves que se sienten como en casa. Tienen la la seguridad de que se les escucha, se les respeta y se van a impulsar todos los temas que sean posibles.

Por primera vez en la Historia todos los cargos públicos de la provincia pertenecemos a una misma opción política

P. Me refiero a casos concretos que son de la competencia del Gobierno. El PSOE, por ejemplo, ha hecho mucha batalla política de la famosa autovía entre Granada y Badajoz que sustituya a la peligrosa N-432.

R. Nos hemos puesto a trabajar desde el primer día sabiendo que es reivindicación histórica. Todavía periódicamente los alcaldes del Norte se van manifestando. Hay tres provincias a implicar en el proyecto como son Badajoz, Granada y la propia Córdoba, y que por tanto, es un tema que está en la mesa. Es un asunto en el que nos hemos encontrado con unos estudios previos caducados, con unos estudios medioambientales complicados que se han dejado ahí en un cajón... Es decir, es un tema que nos hemos encontrado totalmente baldío. Por tanto, es un proyecto tenemos que retomar prácticamente desde un punto inicial o casi cero. ¿Qué ocurre? Que es muy difícil invertir cuando tú no tienes un proyecto. No es que sea difícil, es que es imposible. Por tanto, yo creo que nosotros lo primero que hemos hecho cuando hemos llegado aquí es decir: bueno, qué proyectos hay que diseñar, qué grandes inversiones hay que meter en agenda ahora para que dentro de unos años se pueden ver los resultados. Porque, eso sí, nos hemos encontrado que no tenemos proyectos de inversión. Hay que ponerse a trabajar y lo hemos hecho desde el primer momento.

El proyecto de la autovía en la N-432 nos lo hemos encontrado baldío

P. ¿Qué proyecto de inversión ha puesto ya la Subdelegación en la agenda del Gobierno de Pedro Sánchez?

R. Bueno, en la agenda del Gobierno están lógicamente estos estudios que te digo, está el Cercanías de Córdoba que pronto va a empezar su su andadura, está el estudio de que ese Cercanías pueda ir de Palma del Río hasta Villa del Río, está también la finalización de la Biblioteca del Estado y el intentar poner en carga las obras, que no tienen proyecto, de la segunda fase de nuestro Museo Arqueológico, que sería ya entrar en lo que es el el palacio... Lógicamente, hasta que esa fase no esté culminada el nuevo proyecto del museo no está completo y no está en toda su potencialidad. También está en agenda el aeropuerto. Hemos empezado a ver cómo esas mejoras que se han hecho en el aeropuerto pueden dar resultado y queremos constituir la mesa para el plan de marketing dentro de muy poquito. Vamos, te digo en cuanto empiece a volver la gente en septiembre. Es decir, que han sido dos meses muy, muy, muy intensos, donde hemos procurado aterrizar en todos los temas e ir dibujando de cara al futuro los proyectos que no estaban previstos.

El Gobierno ha lanzado este año una oferta de puestos de trabajo muy ambiciosa

P. Un subdelegado tiene muchas competencias. Muchos alcaldes tienen grandes demandas sobre la falta de guardias civiles y de policías en sus ciudades y pueblos.

R. La Policía y la Guardia Civil no son ajenos a los recortes en materia de personal para la función pública que ha tenido el Estado y todas las administraciones durante los últimos años, donde ni siquiera estaba autorizada una tasa de reposición mínima. Lógicamente eso se tiene que ir paliando a medida que sea posible. El Gobierno ha lanzado este año una oferta de puestos de trabajo muy ambiciosa. Espero que poco a poco vayamos caminando hacia esa dotación de medios que no sólo afectan los agentes. Digamos que sus plantillas son las más visibles, pero esa falta de personal se está viendo en todas las administraciones por estos años sin oferta pública de empleo o una oferta muy escasa. El Gobierno le quiere poner solución y ya lo está haciendo con la oferta pública de empleo que ha lanzado. Cuando se hicieron los recortes sabíamos que llegaría el momento en el que las administraciones se tenían que resentir de esa política tan restrictiva. Ese momento ha llegado. ¿Qué es lo que hay que hacer? Volver a creer en lo público y volver a crear empleo público. Es algo que este Gobierno quiere hacer y que va a hacer. Cuando no se cree en lo público no se adoptan medidas para paliar eso. Ésta es una de las grandes diferencias entre el Gobierno que estaba y el Gobierno que está. Éste es un Ejecutivo que cree en lo público y en los servidores públicos. Eso se va a notar, pero lógicamente llevará un tiempo que se note. Porque crear una plaza en la Administración no es una cosa simple. Es algo que lleva su tramitación como así tiene que ser.

Éste es un Gobierno que cree en lo público y en los servidores públicos

P. ¿Cómo le han recibido las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado siendo una mujer la que está al mando?

R. Muy bien, muy bien, muy bien. He de decir que siento mucho orgullo y mucho agradecimiento porque significa un signo de normalidad muy hermoso. He de decir que me han recibido con respeto, me han recibido con con cariño, con amabilidad. También han recibido por mi parte mucho respeto hacia el trabajo que desarrollan, que es fundamental y estructural, como te digo, para el desenvolvimiento de la Democracia. Por tanto, la relación no puede ser más cordial y más normalizada.

P. ¿Le gustaría que además de una subdelegada hubiese una mujer teniente coronel de la Guardia Civil o una comisaria?

R. Con el tiempo eso llegará de manera natural. Las mujeres se van incorporando a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado cada vez con más normalidad y por qué no llegará, supongo que algún día llegará. Y la novedad será que todo esto no sea una novedad. En ese momento es cuando yo creo que podríamos decir que por lo menos estamos alcanzando la meta, cuando no sea noticia. A partir de ahora la próxima subdelegada será la próxima subdelegada, y ya está. Ésa será la buena noticia, ¿no? Y eso para mí es lo importante. Como a veces la sociedad va por delante incluso de sus instituciones, porque la sociedad los recibe con mucha normalidad, con mucho cariño y bueno, yo es lo que estoy recibiendo. En el feedback con la gente veo mucha empatía y muchos buenos deseos. Y una plena confianza de que una mujer puede llevar perfectamente esto y lo que sea.

A partir de ahora la próxima subdelegada será la próxima subdelegada, y ya está

P. ¿Y cuándo tendremos la primera presidenta del Gobierno?

R. Bueno, pues no sé (risas). Ahora tenemos un presidente que lo va a seguir siendo en el futuro y luego ya se verá (risas).

P. Podríamos haber tenido presidentas de otros partidos que seguro que le hubieran gustado menos incluso.

R. Yo prefiero a mi presidente, que es un presidente feminista además.

P. Hay un debate sobre el feminismo en el que un sector prefiere que gobierne una mujer sea del partido que sea sobre un hombre.

R. Pensemos en Margaret Thatcher, por ejemplo. No tenemos a una mujer como presidenta, pero a una vicepresidenta estupenda y a muchísimas ministras preparadas y mujeres formando parte de un gabinete que tiene clarísimo que integra perfectamente esas dos miradas y que es un fiel reflejo de la sociedad. Yo lo decía en mi discurso de investidura, que las feministas siempre decimos que queremos la mitad del suelo, la mitad del cielo y la mitad del poder. Eso se va poco a poco estructurando y se va haciendo posible. Estoy muy orgullosa de que del Gobierno de España haya dado el paso con naturalidad y que en el día a día pues ya sea muy normal ver mujeres responsables en cualquier ámbito de la Administración.

Las feministas queremos la mitad del suelo, la mitad del cielo y la mitad del poder Rafi Valenzuela | ÁLEX GALLEGOS

P. Le encanta la política. Pero la dejó en el año 2012. Han sido seis años los que han pasado.

R. En el año 2012 atravesaba una circunstancia personal muy difícil. Entonces vi que era necesario dar un paso atrás, porque a mí me gusta la política, pero nunca puede estar por delante de compromisos personales absolutamente vitales. Entonces yo creo que igual que hay un momento para estar pueda haber momentos para no estar. Que luego son momentos que a lo largo del tiempo sirven porque tú renuevas tu mirada, vives el día a día de las cosas, como una funcionaria de a pie. Eso siempre es bueno. Y después de un tiempo, de seis años que han sido para mí muy difíciles en lo personal, bueno, pues ha llegado el momento de dar un paso al frente y se da con naturalidad. Yo creo que en la Democracia el cargo político es una circunstancia. No es una manera de vivir, es una manera de estar puntualmente cuando tú crees y otros creen que tú puedes aportar y cuando no, pues te incorporas a tu vida con toda normalidad y en eso no hay que ver absolutamente ninguna tragedia. Yo no lo he vivido así. Esto forma parte de la normalidad democrática y una Democracia madura debe de tener esto absolutamente claro. Cuando oigo la frase de que hay que buscar una salida para zutanito o para zutanita, mira no, la salida en la vida se la busca uno porque tu proyecto vital no es sólo la política. El proyecto vital de una persona son muchas cosas. Su trabajo, sus amigos, sus familiares... Y por tanto cada uno es responsable de su vida.

En Democracia el cargo político es una circunstancia, no una manera de vivir

P. No deja de ser sorprendente, quizás por excepcional, que un político interrumpa durante un tiempo su carrera. Sin dramas. Y luego vuelve. No suele ser lo habitual.

R. Debiera ser lo habitual. Aunque yo nunca he estado fuera. Siempre he tenido mi opinión como ciudadana, soy una ciudadana activa. Sí me preocupan los temas, pero no sólo en el ámbito de la cultura sino los temas sociales, de mi ciudad, de mi país, de Europa y del mundo. Intento ser una persona bien informada a través de la prensa, a través de las redes, de los medios de comunicación en general. Intento con mi red de amigos, de conocidos, estar al tanto y defender aquello lo en lo que creo y por tanto nunca estás fuera del todo. La política siempre es parte de tu vida. A veces lo es desde un cargo, a veces lo es desde la ciudadanía activa, que para mí es una cosa maravillosa. Y a eso cuando deje este cargo volveré y seguiré siendo una ciudadana preocupada con la que se podrá contar para todo lo que haga falta. Eso siempre ha sido así durante este tiempo, donde yo no he dejado de dar conferencias y estar en todo lo que se me ha pedido en diferentes ámbitos por la Universidad, por asociaciones, etcétera. Lo voy a seguir haciendo. Entonces el cargo lo puedes ocupar un tiempo y luego volver a tu vida.

Cuando oigo la frase de que hay que buscar una salida para zutanito o para zutanita, mira no, la salida en la vida se la busca uno porque tu proyecto vital no es sólo la política

P. Ha tenido voz propia dentro de su partido.

R. Lo procuro, lo procuro. Yo no soy mucho de consignas. Quizá la gente de la cultura estamos acostumbrados a profundizar mucho en los temas, a tener siempre ese espíritu crítico, esa voz diferente, pues llevamos mal las consignas. Yo siempre me he formado una opinión propia de las cosas. La he procurado expresar siempre con delicadeza. Intento tener en cuenta al otro. La gente cuando toma decisiones las toma porque cree que son las mejores y honestamente lo cree. Hay que respetar los puntos de vista de la gente, pero yo lo que intento es que no se acalle el mío. La gente que me conoce sabe que yo en eso soy bastante clara, aunque muy respetuosa. La democracia es eso, que cada uno pueda expresar su opinión sin que eso le conlleve un daño. Los partidos políticos deben ser esencialmente democráticos porque son los que sustentan la democracia. Un partido político sano debe ser capaz de asimilar una diferencia de criterio entre sus componentes y eso es enriquecedor. Lejos de lo que se dice: “Es que es una olla de grillos un partido que tiene un debate político”. No, no, no, no, no. Son gente madura, inteligente y con criterio que expresa sus opiniones. Y luego, como hay un sistema de mayorías, respeta la mayoría. Cuando la mayoría ha hablado tú ya aceptas su opinión.

Somos una democracia muy joven todavía y muchas veces la manera de funcionar de los partidos también

P. Pero esas voces propias se llevan muy mal dentro de los partidos.

R. Ese es un vicio que tiene todavía nuestra democracia. En términos históricos somos una democracia muy joven todavía y yo creo que muchas veces la manera de funcionar de los partidos también. Acusamos esa falta de rodaje. Cuando oigo decir a la derecha si se puede o no gobernar con 84 diputados. Claro que se puede. Si tú configuras una mayoría se puede. Esos diputados representan a millones de votantes, si se ponen de acuerdo son millones de votantes los que están representados. No se les puede escatimar la legitimidad. En los países nórdicos a lo mejor el partido menos votado es el que era capaz de configurar una mayoría. Pues qué bien, qué bien. Porque eso significa que es el más abierto, el que tiene mayor capacidad de consenso, el que tiene mayor capacidad de llegar a acuerdos. Y en ese sentido yo creo que es enriquecedor para la democracia ese sano juego de las mayorías. Los partidos políticos con el tiempo van a ir rodando en ese sentido. Pero es verdad que a veces y en determinados periodos se observan ciertos déficits. No hay por qué ocultarlos. Verlos nos ayuda a superarlos.

P. ¿Qué cambios ha notado en la política activa desde que se marchó hasta que ahora ha vuelto?

R. Voy a contar una anécdota personal. Cuando yo llegué como delegada la Junta Andalucía era la única delegada mujer. Estaban mis compañeros en Obras Públicas como Francisco García, en Economía y Hacienda Antonio Hurtado o en Educación Pepe Cosano. Grandes gestores que han dejado su impronta en Córdoba, muy queridos para mí con los que mantengo todavía una enorme amistad y vinculación. Pero yo era la primera mujer, y la más joven. En ese sentido pues mira lo que ha cambiado. Hoy tenemos un consejo de ministros con más mujeres que hombres. Parece que no, pero para mí eso es un cambio fundamental. Y luego pues situaciones como la que estamos viviendo del triunfo de la moción de censura son inéditas. Antes los partidos eran más monolíticos. Quién nos iba a decir entonces que el PP iba a hacer primarias. O que surgirían partidos como Podemos o Ciudadanos. Hoy la complejidad de nuestra democracia es infinitamente mayor que antes. Pero así tiene que ser porque en medio es que hemos cambiado mucho. El siglo XXI es un siglo que está escribiendo su propia historia. En los noventa tampoco nadie nos dijo que podía haber un Trump en la Casa Blanca, con todo lo que eso supone. Y que se iban a poner otra vez aranceles entre países. El europeísmo era algo fuera de toda cuestión... En fin, muchos cambios a los que hay que irse adaptando y recibir con cintura y con inteligencia.

El siglo XXI es un siglo que está escribiendo su propia historia

P. Rafi, usted es una mujer rural, de Montalbán. ¿Cómo ha cambiado también la vida de la mujer rural?

R. Ha cambiado muchísimo. Soy una montalbeña. Y me declaro muy orgullosa de mi pueblo. Creo que Montalbán es un pueblo muy especial, con mucha idiosincrasia. Incluso esa manera hablar (risas), con gente muy emprendedora. El pueblo ha cambiado mucho. Primero porque va mucha gente a la Universidad y desde luego lo hacen muchas más mujeres. Recuerdo cuando yo estudiaba que éramos muy poquitas las chicas que lo hacíamos. La mayoría de mis amigas han desenvuelto su vida y sus proyectos vitales en el campo, en la recolección de aceitunas, con pequeñas empresitas... El hecho de que haya más mujeres universitarias o que acceden a la formación profesional está cambiando radicalmente la vida en nuestros pueblos. La mejora de las comunicaciones también. De mi pueblo se tarda 40 minutos a Córdoba. ¿Quién quisiera en Madrid estar a 40 minutos de su trabajo con la calidad de vida que tienen nuestros pueblos? Además, son pueblos que tienen unas prestaciones increíbles. ¿Qué pueblo no tiene su instituto, su ambulatorio, su biblioteca pública, su teatro? Es espectacular la calidad de vida en nuestros pueblos. Ocurre que lógicamente en el ámbito rural todavía siguen muy vivos ciertos lazos que a lo mejor en la ciudad se van perdiendo, aunque yo procuro no hacerlo. El sábado pasado estuvimos en Montalbán acompañando al pueblo en la salida de Nuestro Padre Jesús, algo que yo tengo claro que está por encima de cualquier cuestión religiosa. Es algo muy hondo, muy ancestral en el pueblo. Te decía. El día anterior fuimos a la Junta Local de Seguridad porque se movilizaron nada más que 10.000 personas y por tanto había que poner en coordinación tanto a la Policía Local como Protección Civil, Cruz Roja, Guardia Civil y Policía Autonómica. Bueno, cuando yo iba por la calle me encontraba con mis amigas de la escuela y me saludaban. Me emocionó el orgullo con el que viven que yo esté aquí, se les ponen los ojos brillantes cuando te dan un abrazo. Es el orgullo de que una de ellas ha llegado aquí. Son unas trabajadoras, muy fuertes, muy valientes, que se echan mucho a la espalda, que se ocupan de sus mayores cuando están enfermos o sufren alguna discapacidad. Yo siempre digo que el estado de bienestar han sido ellas y en gran parte siguen siendo ellas. Sobre todo durante todos estos años que se han escatimado tantas ayudas con los recortes.

El hecho de que haya más mujeres universitarias o que acceden a la formación profesional está cambiando radicalmente la vida en nuestros pueblos

P. Córdoba perdió la oportunidad del 2016. Siempre dijimos que el futuro de esta ciudad pasaba por la cultura. Es algo que parece que se nos ha olvidado.

R. En los días que estábamos pendientes de la declaración de Medina Azahara como Patrimonio Mundial he sentido cómo otra vez la ciudad recuperaba la ilusión. Creo que este espaldarazo que nos acaban de dar y que ha colocado a Córdoba muy arriba nos pone otra vez en un momento donde yo creo que la cultura ha demostrado que es el gran motor que genera ilusión en la ciudad. He vuelto a ver a gente ilusionada, dando saltos, gritos y celebrando que Córdoba tiene un nombre en el mundo y que tiene un hito más como  Medina Azahara para poner en ese maravilloso escaparate que es el patrimonio. Pero también yo creo que hemos a vuelto a darnos cuenta de que en una ciudad donde no tenemos otros medios económicos -está la logística, el campus agroalimentario, nuestra Universidad, el turismo-, pienso que lo que dota a Córdoba de un prestigio de una identidad, de un gran nombre en el mundo es su cultura. ¿Quién tiene dos monumentos como son la Mezquita y Medina Azahara, además de una Sinagoga, y un conjunto histórico protegido que es el más grande de Europa, y además los patios, y además compartimos la declaración del flamenco y la dieta mediterránea? Por Dios, tenemos tantos mimbres puestos en la cultura y en el patrimonio que ahora lo que nos hace falta es creérnoslo. Y poner ahí nuestra ambición y nuestro trabajo. Esto no sólo está vinculado al turismo como yo digo, sino también a la creación de unos puestos de trabajo que no son deslocalizables. Nadie se va a llevar de ahí Medina Azahara, por ejemplo. Son puestos de trabajo de un estándar alto. Cuando se pensó hace tiempo intervenir en los mosaicos de la Maqsura se nos dijo: tenemos que ir a por los expertos en Bizancio. ¿Por qué no en Córdoba? ¿Por qué  no tenemos aquí a los más grandes expertos en mosaicos? Si es que solo con los mosaicos que atesora nuestro Museo Arqueológico habría para hacer un museo específico. ¿O por qué no estas grandes decoraciones que tenemos en nuestros bienes culturales, por qué no crear en la joyería, la moda, unos estándares actualizando esos diseños, llevándolos a la modernidad y al siglo XXI como una marca? Yo le veo tanto campo abierto a nuestro patrimonio y a nuestras potencialidades. ¿Por qué no convertir a Córdoba de verdad en ese foro de encuentro? Pensemos que tenemos una mezquita que alberga una catedral. Si tú ese símbolo lo coges para otras cosas es muy potente. Es un símbolo muy potente. Digo como ciudad de encuentro. Yo creo mucho en esas potencialidades de Córdoba y creo que nos tenemos que poner a ello. Y desde luego yo tengo mucha ilusión. Ya te digo que con lo de Medina he recuperado un poco esa ilusión que tuvimos en el 2016, que muy injustamente Córdoba no consiguió.

El estado del bienestar en los pueblos han sido las mujeres

P. Es como si Córdoba estuviera permanentemente reinventándose y no se diera cuenta de lo que tiene delante.

R. Bueno, algunas veces se dice que el pasado en Córdoba pesa tanto...

P. Es que el pasado en Córdoba es su futuro.

R. Exacto. Es que el gran activo que tenemos, nuestro gran motor de desarrollo, es la cultura.

P. ¿Veremos construido el Museo de Bellas Artes?

R. Hubo un tiempo en que se dibujó en el horizonte, se presupuestó y se pidió el suelo al Ayuntamiento. Alguna vez tendremos que enfrentarnos a la obra. Evidentemente, ahora mismo hay otras infraestructuras que tenemos que terminar, sobre todo la Biblioteca del Estado. Hay que ir una a una sobre las prioridades. Las apuestas tienen que ser firmes, contundentes y ciertas. La mejor manera es tener un mapa global e irlo abordando segmentadamente, con mucha inteligencia y con mucho realismo.

Tenemos tantos mimbres puestos en la cultura y en el patrimonio que ahora lo que nos hace falta es creérnoslo

P. Qué edificio más maravilloso va a dejar libre la Biblioteca Provincial en la calle Amador de los Ríos...

R. Vaya (risas). Y complicado por su accesibilidad. Todo ese ámbito es maravilloso. Recuerdo cuando llegué como delegada de Cultura que los Baños Árabes eran literalmente un basurero por el que se paseaban las ratas. La zona se recuperó y se dejó preparada toda la manzana para seguir explorando. En un futuro ese área de Córdoba, con todos sus restos arqueológicos, tiene una labor a futuro que hacer de lectura de ese espacio. Esa lectura debe ser muy enriquecedora y puede transformar la lectura que se hace de la ciudad. Es que hay cosas también que se desconocen. Un ejemplo, la reforma del Arqueológico se dejó preparada para que en el futuro se siguiese explorando el antiguo teatro romano de Corduba por debajo de la plaza. O sea, es que tenemos una ciudad con muchos activos para el futuro. No al corto plazo, pero sí al medio y largo. La ciudad tiene que ir explorando esos ámbitos, sobre todo en determinadas zonas que pueden cambiar totalmente la visión de nuestra ciudad, que ahora se ve fragmentariamente. Córdoba es muy rica en estructuras subyacentes y en posibilidades de tratamientos urbanísticos y arqueológicos. Ahí tenemos una labor muy importante que hacer.

P. Cuando estaba en la Delegación de Cultura costó mucho hacer entender, y yo creo que hay muchos que aún no lo entienden, que cuando en esta ciudad se hace una obra y se encuentran restos arqueológicos eso no es un problema sino una bendición.

R. Uf. Sí, sí. Mira el ejemplo de las obras del hotel de cinco estrellas del Bailío, cuando se encontró esa villa romana. ¿Qué problema es ese? Al contrario, eso es una singularidad que tiene el hotel. O cuando se encontró la sala de abluciones en el hotel que hay en frente de la Mezquita Catedral. El director general Marcelino Sánchez es el actual y el mismo que había cuando aparecieron los restos. Recuerdo cómo íbamos los dos y decíamos, ¡qué ciudad del mundo quisiera tener esto! ¡Eso da un singularidad a Córdoba! La arqueología nos da un plus y una solera que no tiene ninguna otra ciudad. Convertir eso en un activo costó sangre, sudor y lágrimas. Y mucha capacidad para hacer didáctica. Cuando llegué a Cultura había una presión urbanística muy fuerte, el Ayuntamiento aún no tenía un plan urbanístico de protección del casco y fue un momento ciertamente complejo. Pero bueno, creo que esa visión se ha cambiado. Hoy nadie que se encuentra unos restos arqueológicos los ve como una amenaza o una dificultad, sino como una singularidad y un potencial de futuro.

Córdoba es muy rica en estructuras subyacentes y en posibilidades de tratamientos urbanísticos y arqueológicos. Ahí tenemos una labor muy importante que hacer

P. Pero se ha perdido mucho.

R. Sí, pero en otros tiempos. Hoy estamos en el siglo XXI en ese aspecto. La ciudadanía ya es mucho más consciente. Y la ciudadanía de Córdoba hoy no permitiría que se perdiera su patrimonio. No lo permitiría la propia ciudadanía, ni nuestros propios agentes sociales. Y eso es un gran salto.

P. Yo no estoy tan seguro.

R. Yo quiero creer que sí. Soy optimista. La gran mayoría sí. Tenemos una ciudadanía más sensible por su patrimonio que hace tiempo.

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