Paco Bustos: “Los primeros meses con el Barcelona me costaba incluso dormir por la presión”
No todo es tan fácil como se suele tener en mente. El hecho de llegar a la élite de un deporte, competir contra los mejores a nivel europeo e incluso defender la camiseta de la selección española no te hace más importante o vivir por encima de las posibilidades de una persona media. Todo pasa a un segundo plano con el tiempo y la actualidad va superando a las diferentes situaciones de una manera muy rápida. Aun así, la lucha diaria siempre recompensa, como le ocurrió a un protagonista que ahora mismo es entrenador en la máxima categoría del balonmano a nivel nacional, pero que también fue profesional en la pista a finales del siglo XX y a principios de los años 2000.
Criado tanto en el Colegio Fray Albino como en las categorías inferiores de Alevasur -ahora comúnmente conocido como Córdoba de Balonmano-, Paco Bustos comenzó sus primeros contactos con el balonmano a los ocho años, pero era un deporte más que practicaba junto al voleibol o baloncesto. El ambiente familiar que le traía esta disciplina deportiva le hizo enamorarse hasta tal punto de querer jugar en ASOBAL, oportunidad que le llegó primeramente con 17 años, pero, finalmente, a los 20 recibió la llamada de Jordi Ribera, actual técnico de la selección española masculina, y el BM Gáldar le abrió sus puertas.
Ahora bien, su máximo pico de rendimiento llegó con el FC Barcelona, donde pudo conseguir levantar una Supercopa de Europa, una Liga ASOBAL, una Copa de Europa, una Recopa de Europa, dos Supercopas de España, dos Copas ASOBAL y una Copa del Rey, y el BM Cangas, donde pudo recibir la llamada de la selección española. Tras una dilatada experiencia como jugador y después de una época en el limbo profesional, Paco Bustos dio el salto a los banquillos sénior con el Adesal y un Ángel Ximénez de Puente Genil que sigue contando con sus servicios en la Liga ASOBAL. La figura referente del balonmano cordobés, incluso andaluz y con un gran currículo en el panorama español hace repaso de su trayectoria, disfruta del presente y mira con incertidumbre al futuro.
PREGUNTA. La verdad que a pesar de la última derrota en Cuenca, la temporada está siendo sobresaliente como poco.
RESPUESTA. Sí, la verdad que está siendo una buena temporada. Parece mentira que en octubre o noviembre tuviésemos tantas dudas, íbamos incluso últimos, fuimos a Anaitasuna y nos presentamos como el equipo colista. A partir de ese partido pues ganamos yo creo que con una dosis de mucha fe y de un poquito de suerte y subimos para arriba y está siendo una temporada muy buena, ya salvados e intentando poner el broche de oro, que es quedar octavos o séptimos. Octavos seria igualar la mejor clasificación histórica del club y séptimo sería mejorarlo.
Los políticos se pasan la pelota entre ellos y nunca hacen nada
P. Antes de pasar a la actualidad quiero volver a tus principios como jugador que si no me recuerdo fue en el Fray Albino.
R. Colegio Público Fray Albino. Después a Alevasur que es como se llamaba aquella época y después se convirtió en Cajasur. Me crie como os decía antes en el Polideportivo de La Juventud, que desgraciadamente está derruido y no sé si algún día lo volverán a subir para arriba. A partir de ahí pues hasta los diecinueve años con el Córdoba de Balonmano hasta salir a Galdar, a ASOBAL y bueno, ya hasta mantenerme en la élite.
P. ¿Qué recuerdas de aquella época en el Pabellón de la Juventud?
R. Maravilloso, yo creo que fue la mejor época con diferencia. Yo me tiraba las horas y las horas allí. Cuando era cadete entrenaba con juveniles, con seniors si me dejaban ponerme de cono y me gustaba muchísimo. Disfrutaba muchísimo con el balonmano y con el deporte en general. Yo siempre estaba haciendo deporte como baloncesto, voleibol o balonmano y disfrutaba muchísimo del polideportivo practicando balonmano. Además era muy familiar. Estábamos siempre allí metidos mis amigos, mi cuñado también jugaba conmigo. O sea que un grupo de amigos que hacía balonmano y disfrutaba mucho.
P. Me imagino que una parte de ti ya también se te fue un poquito.
R. Sí, me da pena porque además mis padres vivían en el Campo de la Verdad y después se mudaron a la Avenida Cádiz. Paso mucho por allí y te da pena verlo echado, además de verlo cerrado porque hacía una vida increíble al Sector Sur y al Campo de la Verdad. Luego, mis padres van a hacer la actividad física al Centro de Mayores y no tienen un polideportivo para hacerlo. Luego te haces ilusiones cuando van comentando que van a hacer algo, no comprendes muy bien, con todo respeto del mundo, que solo quieran hacer piscina, pero luego no hacen ni piscina ni hacen polideportivo. Lo echan abajo y al final nunca se hace nada. Está vallado ahora y creo que es malo para el barrio. Creo que ese barrio necesita esa instalación deportiva, sea del tipo que sea, para los jóvenes, para la gente mayor y para que los niños disfruten del deporte que se nos llena la boca de valores pero tiene que haber un sitio para hacerlo.
P. También forma parte el San Eulogio.
R. También. Es que el patio de mi colegio era el campo de fútbol. Jugábamos fútbol allí en tierra. Ahora vi una foto creo que en CORDÓPOLIS justamente que ponía que había okupas incluso en el campo. A mí me da muchísima pena. Yo no le echo la culpa a ni un partido ni a otro, yo lo que digo es que se pasan la pelota entre ellos y nunca hacen nada. Es una pena que el Campo de la Verdad no tenga una instalación deportiva ahí. Da igual si es de fútbol o lo que sea. Tampoco lo tenga el Sector Sur con el Pabellón de la Juventud. Pero bueno, soñamos con que algún día lo harán y esperemos que lo veamos.
P. Sobre todo por la juventud. Tú empezaste muy joven pero ahora la juventud del Campo de la Verdad no puede disfrutar de algo así.
R. Sí. Me gusta leer la prensa, me informo y por lo visto es que las propiedades del terreno eran muy complicadas, datan de hace muchísimos años. Yo entiendo que las cosas de palacio van despacio y te digo que no quiero hablar de partidos políticos en concreto, no sé quién tiene la culpa, pero sí hay una pena absoluta pena de que ahí no haya nada. Si alguien quiere venir a hacer balonmano tiene que ir a La Fuensanta o a Fátima, con el baloncesto igual, si alguien quiere nadar, tiene que ir a Vista Alegre. Está la instalación del polígono pero está en el Polígono Guadalquivir y yo creo que el Campo de la Verdad y Sector Sur es un barrio de gente humilde, de muy buena gente y que necesita esas dos instalaciones. Pero bueno, espero que que poco a poco se vaya consiguiendo y se haga.
P. Volviendo ya a tu apartado deportivo, fuiste con ocho años a Cajasur. Imagino que ahí ya apuntabas maneras.
R. Tendría que preguntar a mi entrenador. A mí me gustaba mucho, o más bien se me fue metiendo en el cuerpo. Yo creo que empecé a jugar porque sí. Mis amigos iban al Pabellón de la Juventud a entrenar ya en benjamín o alevines. A mí me dijo el club que fuera y poquito a poco se fue metiendo. Al final se hace tu forma de vida y lo tienes dentro. Creo que es la mejor forma: disfrutar el deporte poco a poco y se convirtió en una pasión que pasó a ser mi trabajo.
Ahora es menos complicado llegar a la élite del balonmano
P. Siempre has practicado muchos deportes pero, ¿cuándo te diste cuenta de que el balonmano era lo que más te tiraba?
R. Yo creo que a partir de cadetes. O sea, catorce años. Y darme cuenta de que podía llegar a algo de destacar, pues no sé. Yo creo que juveniles cuando cuando Rafa Moreno me sube al al primer equipo ahí digo: “pues a lo mejor puedo llegar a algo”. Ahora no es que sea fácil pero era más complicado antes llegar a la élite. Ahí estábamos Juan Pedro Jiménez y yo que salimos pero era más complicado, no había tantos medios de comunicación, no había tanto internet, no se conocían tanto los jugadores. No olvidemos que en aquella época el Cajasur no es el Cajasur de ahora. No llegábamos a Cadebas, no llegábamos a fases finales en el Campeonato de España o llegábamos muy poco y era difícil salir. La verdad es que en esa época juvenil yo pensé que podía hacer algo pero fue duro. César Montes también coincidió conmigo. Tardé en salir pero conseguí salir y conseguir estar en ASOBAL.
P. A pesar de que ya no hay un equipo en la segunda máxima categoría, a excepción del Ángel Ximénez de Puente Genil en ASOBAL, ¿crees que el balonmano de Córdoba con respecto a hace veinte o treinta años ha mejorado?
R. Sí, mucho. A nivel de base ha mejorado muchísimo. El Adesal y Cajasur siguen en femenino. Palma del Río, Puente Genil, Cajasur, Pozoblanco que trabaja también ya el masculino y femenino... Yo creo que el balonmano a nivel de base sí, luego a nivel de élite pues Puente Genil es el club que de Andalucía lleva más temporadas, van a ser once la que viene en ASOBAL. Cajasur no lo tenemos en Plata pero ahora van a jugar la fase y espero que suban, pero lo que sí es verdad es que en Córdoba hace falta un poquito más de apoyo. Es complicado por las circunstancias que hay, pero se está trabajando bien, hay niños. Ahora mismo hay mucha más oferta que hace 20 años. Entonces, es complicado.
P. Ese apoyo entra en haber podido organizar esa fase de ascenso del Cajasur en Córdoba.
R. Sí, no no he hablado con nadie y no sé si se la van a dar o no (esta entrevista fue realizada antes de que le dieran la fase de ascenso a La Coruña), pero sé que siempre que hay una fase de ascenso se pide aquí, pero no se consigue. Esperamos que este año se consiga y que podamos tener al Córdoba de Balonmano jugando la fase de ascenso a Plata aquí en su tierra. El ascenso es un objetivo muy importante para ellos que y creo que el club donde debe estar es en Plata.
P. Te fuiste del Córdoba de Balonmano con 19 años pero, ¿ya tenía ofertas de ASOBAL años antes o fue la primera que te llegó?
R. Sí, yo tenía oferta desde los diecisiete años. En aquella época existía una que se llamaba derecho de formación que los hay ahora también. Los clubes que me llamaban no llegaban a un acuerdo con Cajasur y al final hasta que no cumplí los derechos de formación no me pude ir. A lo mejor hubiese podido llegar antes a la élite o a lo mejor me vino bien estar esos dos años más aquí aprendiendo. Eso nunca se sabe. Eso es cosa pasado y salió bien. Sale bien porque fui a ASOBAL y he estado muchos años de profesional.
P. ¿Cómo te recibiste esa primera llamada de un equipo de ASOBAL?
R. Fue un equipo del norte, fue el Arrate. Con ilusión, la verdad. Alberto es un hombre que me intentó fichar muchas veces en mi carrera y nunca pude ir por diferentes circunstancias, pero yo creo que la llamada más importante fue la Jordi Rivera. Al final es verdad que llevaba dos años, estaba estudiando aquí en la Facultad de Biológicas y a lo mejor ya incluso me desanimaba un poco. Llegó la llamada de Jordi, más o menos por estas fechas, subí y a cambiarme mi casa porque me iba a la Feria con mi novia y resultó que llamaron al fijo y era Jordi. A partir de ahí pues fue rápida la negociación porque yo quería jugar en ASOBAL, era mi ilusión y bueno, esa llamada cambió mi vida.
P. Al BM Gáldar.
R. Al BM Gáldar. Ahora mismo existe otra vez BM Gáldar y hay equipos que los están metiendo en Cadebas y me ha alegrado mucho de ver que hay cadetes e infantiles que se meten en top ocho.
En Córdoba hace falta un poco más de apoyo al balonmano
P. ¿Cómo fue la primera vez que debutaste en ASOBAL?
R. ¿Tú crees que no me acuerdo? (risas) Me acuerdo del primer amistoso en Lanzarote contra Barcelona, pero no recuerdo contra quién debute. Sé que tenía muchas ganas, pero el primer año fue duro en Canarias. Fue muy duro porque tenía la vida muy hecha aquí y aunque tenía muchas ganas de ASOBAL fue complicado, darme cuenta de dónde estaba y de lo que quería, pero con trabajo y con el apoyo de Jordi, de los compañeros, me adapté y el segundo año fue muy bueno.
P. Fue la primera experiencia fuera de tu casa.
R. Sí, sí. Yo tenía claro que quería salir, que quería jugar en ASOBAL, pero sí es verdad que es una decisión complicada de tomar. Te vas a la isla, un sitio maravilloso pero con menos posibilidad de venir e ir. Después también te vas sin tu familia, si tu pareja y la adaptación es complicada. Ahora cuando ficho a un jugador joven o cuando alguien se va del club o algo, yo siempre le digo que tenga paciencia, que aguante, que es duro pero que al final todo esfuerzo tiene su recompensa.
P. ¿Cómo se vive el balonmano en otra tierra que no es Córdoba sobre todo con veinte años?
R. Pues yo he disfrutado muchísimo. He conocido muchos sitios y he aprendido de muchísima gente. He crecido mucho a nivel profesional de balonmano, a nivel cultural, a nivel social. En las Canarias fueron dos años increíbles pero es que te lo digo también en el Barcelona porque fue impresionante a nivel títulos, a nivel deportivo. En Cangas fueron tres años, conseguí la internacionalidad en Cangas, que a veces se piensa que fue con el Barcelona, pero fue en Cangas. Luego está Alcobendas, Algeciras, ya volví a mi tierra por temas personales porque me interesaba. Terminé en Antequera, Pozoblanco, Palma del Río y yo creo que he aprendido mucho de conocer muchas cosas. Lo repetiría sin duda.
P. ¿Cómo fueron tus dos años en el Gáldar?
R. Fueron muy bonitos. El primer año muy duro porque me rompí el quinto metatarsiano del pie y eso me marcó positivamente. Me marcó positivamente porque me vine a casa. Tenía mucha morrilla de casa y lo estaba pasando mal allí. Y cuando vine a casa me di cuenta de que yo quería estar en Gáldar. Eso me sirvió para darme cuenta de que quería ser profesional. Lo sabía pero no me había dado cuenta todavía. Me sirvió para darme cuenta de que quería ser profesional y de que estaba donde quería tenía que estar. Cuando volví creo que eso me cambió el chip, me recuperé de la lesión y me permitió participar mucho más, estar mucho más contento.
P. Fuiste estos dos años en Gáldar y se fijó en ti el Barcelona si no me equivoco. ¿Cómo fue esa llamada del Barcelona?
R. Pues mira yo siempre he dicho que si no hubiese sido el Barcelona, me hubiese quedado en Gáldar. Estaba muy a gusto, jugaba mucho, muy buen entrenador, muy buena gente y estaba muy cómodo. Pero recuerdo que venía con Juan Bermejo en el coche, un Corsa que yo me compré allí. Me llamó un representante y me dijo: “¿Quieres que sea tu representante?” y le dije a Fernando que sin problema, pero que yo me iba a quedar en Gáldar. Me contestó que, bueno, que cuando me dijese lo que tenía a lo mejor no me quedaba. Paramos en un bar porque teníamos móviles ya, pero lo mejor es cogerlos sin conducir. Me dijo la oferta del Barcelona, eso fue en diciembre y firmamos en enero. Al Barcelona no se le puede decir que no.
P. ¿Cómo fue esa llegada y esos primeros entrenamientos con el Barcelona?
R. Es otro mundo. En el Barcelona tienes que ganar todo y lo ganamos todo. Todos los clubes son profesionales pero el Barcelona se apoya mucho en toda la infraestructura que tiene el fútbol. Entonces, es muy grande. Es más que un club. La verdad que fue complicado porque al final ten en cuenta que en tres años pasé de estar jugando en Córdoba a irme a ASOBAL para fichar por el Barcelona. Puedo decir que en los primeros meses incluso me costaba incluso dormir. La presión era grande, la presión que también me ponía yo era muy grande. Pero bueno, poco a poco te vas adaptando, te vas sintiendo bien y lo disfruté mucho. Con mucha presión, con mucho estrés, con mucha exigencia, pero al final es el Barcelona y es normal.
Una lesión me ayudó a darme cuenta de que quería ser profesional
P. ¿Cómo se lleva esa presión?
R. Es duro. Lo que pasa es que yo firme dos años después me renové por uno más y yo tenía claro que tenía que estar lo máximo posible en el Barcelona. Es el club más grande del balonmano a nivel nacional e internacional. Entonces, la presión es muy grande, el estrés es muy grande, los títulos son muy grandes, se tienen que ganar, el nivel de exigencia en los entrenamientos es muy grande, pero al final todo deportista espera o desea estar ahí. Yo lo conseguí y la verdad que a lo mejor con el tiempo lo he disfrutado más gracias a los recuerdos porque el momento es de mucho estrés.
P. Hasta los 19 o 20 años no saliste de Córdoba y a los 23 estabas en Barcelona. Un crecimiento bastante rápido.
R. Sí. A lo mejor hubiese sido más lento, pero si mi abuela tuviese bigote sería mi abuelo. A lo mejor hubiera sido mejor estar un par de años más en Gáldar, pero cuando llega la llamada del Barcelona pues te llega la llamada del Barcelona y no me arrepiento porque la verdad es que me salió bien. Yo jugué bastante los dos primeros años. El tercero jugué menos. Y después salí, pero sí. Fue un crecimiento rápido y luego estuve muchos años en ASOBAL. Mi trabajo me costó, pero disfruté mucho.
P. Después de cumplir tu ciclo con el Barcelona te fuiste a Cangas donde, como has dicho antes, recibiste la llamada de la selección. ¿Cómo fue salir de Barcelona para jugar en Cangas y mantener ese nivel?
R. A mí no me costó porque al final yo he tenido la suerte de conocer muchos aspectos del balonmano. Clubes más grandes, clubes más pequeños, desgraciadamente situaciones duras de deudas e impagos. A mí no me costó salir del Barcelona. Era y es un grandísimo club. Tengo maravillosos amigos allí. Fueron tres años increíbles, nos trataron maravillosamente, nos metimos en Europa. Yo conseguí ser internacional gracias a jugar en Cangas y a mis compañeros. Fue una época muy, muy buena. Se terminó por una decisión mía. Creí que era momento de salir. Muchas veces le digo a Camiña que era el presidente de aquella época. Yo sabía que si hubiese renovado ese año seguramente viviría en Galicia porque estaba muy muy a gusto y yo creo que eso me hizo salir de Cangas. Siempre he sido muy inquieto, intentando no acomodarme. A veces eso pues ha hecho que tome decisiones que había gente que no podía entender.
P. ¿No te hubiera gustado estar más tiempo en un equipo?
R. Yo he tenido la oportunidad de conocer muchas cosas. Es verdad que de Alcobendas nos fuimos porque era una decisión personal, queríamos estar más cerca de Andalucía. También es verdad que se puede ver desde fuera un poco ilógico, irme de Cangas cuando nos habíamos metido en Europa, pero bueno, fue una decisión mía. De Alcobendas nos vamos a Algeciras pero se va al traste. Te puedo decir que de diez meses de sueldo, cobramos cuatro meses, que es más complicado. Entonces, en Algeciras yo estuve muy a gusto, la plantilla había nombres como Jorge Vega, Juan Bermejo, Bartolomé, Ramón... éramos casi una familia. Ya nos conocíamos de antes también e hicimos muy buenos partidos, llegamos a la semifinal de Copa del Rey, pero cobramos cuatro meses. Claro, yo me hubiera quedado más tiempo pero si no cobras, no te puedes quedar. Luego en Antequera pues ya también unió que mi mujer estaba embarazada, ya te vas haciendo mayor y ya no te quieres salir de Andalucía. También buscamos una estabilidad con las oposiciones de Encarni. Nos centramos en Andalucía, Antequera dos años y ya fuimos cambiando. Es verdad que me hubiese gustado estar muchos años en un club. Tuve la oportunidad de hacerlo en Cangas, pero no me arrepiento de las decisiones.
P. Entonces, valoras positivamente en tu carrera deportiva.
R. Sí. Al final es la que es. Ahora me dices, ¿qué cambiaría? Bueno, alguna cosa que me quedo más bien dentro pues sí la cambio. Con una decisión que tomé de las que no contaré nunca. Podía haber cambiado un poquito más mi carrera deportiva como jugar en el extranjero, pero yo estoy contento con mi bagaje deportivo. Al final me ha dado mucha experiencia, mucha vida. He estado arriba, he estado más abajo y todo lo he afrontado lo mejor que he podido.
P. En el vídeo has dicho que el momento más destacado de tu trayectoria deportiva fue enfundarte la camiseta de la selección española. ¿Qué sientes cuando te llama la selección para representar a tu país?
R. Pues mira. Eso fue en Cangas y yo había dejado Biológicas porque era imposible compaginarlo aquella época con las prácticas. En Barcelona sí estudié algo pero ya lo dejé. Y me metí a un Técnico Superior de Técnica Actividades Físicas. Estaba haciendo un trabajo de natación y me llamaron al móvil. No conocía el móvil. Lo cogí y era el delegado de la federación española y me comunicó que estaba citado. Fue un momento increíble. Yo creo que no me lo terminaba de creer. Para mí impresionante y en la época que estaban Juancho Pérez, Andrei Xepkin, Manolo Colón... jugadores muy buenos. Además la posibilidad de ir a la selección para mí fue impresionante y lo disfruté muchísimo, Encarni igual, mi familia igual, fue algo increíble.
Al Barcelona no se le puede decir que no
P. ¿Qué sentiste cuando jugaste por primera vez y te enfundaste la camiseta de la selección?
R. Pues una emoción muy grande. Oí el himno con la camiseta de España, con los pedazos de jugadores que yo tenía al lado y competir pues yo creo que es la mayor ilusión que le puede hacer a un deportista y para mí fue un momento muy especial.
P. Para cerrar tu carrera deportiva defendiste los colores del Palma del Río y Pozoblanco. ¿Te retiraste porque tú quisiste o porque ya no podías más?
R. Tenía 39 años, ya era el momento. Yo creo que físicamente aguantaba los partidos y tal, pero yo sabía que estaba peor que cuando tenía veintiocho. Sabía que daba lo que podía al equipo e incluso si el Pozoblanco se quedaba Plata me propusieron seguir pero yo dije ya desde el principio que el último año fue porque me lo pidieron y yo tenía ganas de terminar lo mejor posible. En Palma del Río tuve una lesión jodida y grave del hombro. Yo creo que era el momento porque además tenía que hacer el cambio de vida. Me levantaba por las mañanas con mucho dolor de rodilla, de tobillo, de hombro y llega un momento que no daba lo que yo quería.
P. ¿Cuáles son las secuelas físicas de haber jugado a tan máximo nivel?
R. Yo he tenido suerte. Yo solo he tenido tener una operación de rodilla y el hombro sí es verdad que tuve la lesión del labrum y es fastidioso. Además yo voy al Barcelona, me lo miran y me dicen que si tuviera otra edad pues me operaría. Entonces, secuelas no me han quedado muchas. Me duele mucho menos el cuerpo que cuando jugaba. O sea, eso está clarísimo. Es verdad que después estuve dos años que si jugaba a pádel, que hacía pesas, que trabajaba en el gimnasio, que corría porque me gusta correr. Luego cuando volví al mundo del balonmano como entrenador, ya me fue imposible totalmente y no hago mucho deporte, intento hacer algo pero no tengo mucho tiempo. Aun así, secuelas gracias a Dios no he tenido. Hay compañeros que tienen prótesis la rodilla, prótesis en el hombro, pero yo por ahora estoy bien.
P. El balonmano de tu época al actual ha bajado el nivel. Es evidente. Pero, ¿volverá a ser España referente como en antaño?
R. Ahora estamos con el profesionalismo. Al final yo creo el salto al profesionalismo va a ser bueno pero con el tiempo. Ahora mismo incluso ha hecho que los clubes bajen más presupuesto todavía, que exista más éxodo de jugadores fuera de España porque al final son más gastos al club, pero yo lo deseo y lo espero. Sinceramente no soy muy optimista. No creo que yo lo vea. La Liga ASOBAL de aquella época era muy complicada repetirla. Es que aquí venían muchos y buenos jugadores. Había un nivel muy grande. Ahora mismo jugamos un balonmano muy bonito. Creo que tácticamente veo mucho balonmano a nivel europeo y en España se juega muy bien. Cada vez los partidos son muy competidos, es cierto que el Barcelona está a otro nivel pero los partidos entre los demás son muy competidos y seguimos exportando jugadores y seguimos sacando jugadores. Creo que lo hacemos bien. Lo que falta es que poquito a poco vaya subiendo la Liga y a lo mejor no llegar a ese nivel pero sí subiría a partir de ahí.
P. Es verdad que la hegemonía del Barcelona le quita emoción a la ASOBAL. ¿Cuántos partidos lleva sin perder?
R. No sé. Una burrada. Lo dijeron hace tiempo y una burrada. Creo que el último que perdieron fue por alineación indebida con el Torrelavega pero al final es lo que hay. El Barcelona nos representa Europa, está en la final four, ahora tiene ciertos problemas por el tema del entorno del fútbol. Bajará presupuesto según dice pero seguirá seguirá ganando la ASOBAL. Ojalá hubiese más competencia. Cuando estaba en el Barcelona podíamos ir a cualquier sitio y podías perder. Estaba un Ciudad Real, estaba en Altea, estaba un Pilotes que nos ganó... Había partidos complicadísimos. Ojalá vuelva, pero hay que aceptar lo que hay. También y digan lo que te digan, nosotros siempre salimos a ganarle al Barcelona. Aun así, son muy buenos. Están los mejores y es lo que hay.
El profesionalismo en el balonmano español va a ser bueno pero con el tiempo
P. Pasando a tu retiro del mundo deportivo. Si no me equivoco estudiaste Magisterio de Educación Física, un Máster en Gestión de Empresas Deportivas y un Técnico Superior de Actividades Físicas. De hecho, tuviste la oportunidad de dar clase.
R. Sí. También estudié Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, que lo estudié años atrás.
P. Vamos, que tienes un currículo bastante completo.
R. Sí (risas). Es verdad que yo empecé la carrera de Biológicas pero imposible. Podía sacar la teoría pero nunca podía ir a la práctica entonces era imposible. Lo retomé en Cangas con aspecto deportivo y al final pues he conseguido digamos que he conseguido todos los escalafones de actividades deportivas. El paso de una cosa a otra fue muy complicado porque con 39 años aunque tengas formación académica, cuando echas el currículo no tienes experiencia y además el balonmano es un deporte minoritario. No es como otros deportes. A mí me han llegado a preguntar que por qué no había empezado a trabajar antes de tener 39 años a pesar de jugar al balonmano. Entré en La Salle, estuve trabajando con la cantera, estuve de apoyo en la biblioteca. Luego también estaba dando cursos en La Fuensanta de formación para desempleados. Estaba en Adesal también y al final lo que me gustaba era ser maestro, pero no lo conseguía. Me pidieron formación inglés, lo tuve, pero no conseguía entrar a ningún sitio de maestro. Al final llegó Puente Genil y me facilitó tener un solo trabajo, entrenar en ASOBAL y dedicarme a mi pasión. Decidí apartar o delimitar dar clase y dedicarme a ser entrenador. A mi mujer no le sentó muy bien porque era volver otra vez al estrés y otra vez a la vida deportiva pero soy feliz que es lo que cuenta.
P. Ves importante también que los jugadores jóvenes se formen.
R. Muy importante. Tanto en femenino, cuando he entrenado, como ahora en masculino a la gente joven siempre le insisto, hasta lo que puedo, de que tienen que formarse. Yo me he formado y he tenido problemas para trabajar. Además, a lo mejor me equivoco y lo veo mal pero pero aquí en Córdoba o en Andalucía pues no se tiene mucho en cuenta a deportistas que nos retiramos. En otros sitios sí es verdad que a lo mejor se les apoya de otra forma. Yo siempre lo he pensado, menos mal que mi mujer es maestra y yo siempre he tenido trabajo, siempre me he buscado la vida, siempre he tenido trabajo en mi ámbito pero si no consigues trabajo que no sea porque no tienes formación. La formación está ahí. Esa formación te va a permitir abrirte el camino en otro sitio aunque no sea el que pretendías. Siempre insisto mucho a los jóvenes que estudien que además están trabajando porque jugar al balonmano es un trabajo, pero que tengan en cuenta que no tienen que sacarse la carrera en cuatro años. Un ejemplo muy claro es David Estepa. David Estepa termina próximamente Fisioterapia. David Estepa no se lo ha sacado en cuatro años, pero es un tío superserio, supertrabajador, un pedazo profesional en balonmano y, además, tenía la capacidad de seguir estudiando. David Estepa es el ejemplo de lo que tiene que hacer un deportista para que, al menos, cuando se retire tener esa titulación.
P. El balonmano no dura para toda la vida.
R. No dura para toda la vida y no da dinero para toda la vida. En el fútbol posiblemente un deportista que tuviese mi currículo con los años que he estado en ASOBAL y en los equipos en los que yo he estado pues tendría la vida resuelta él y su familia. El balonmano no es así. El balonmano no te da para vivir eternamente sin trabajar. Entonces es importantísimo que tengan la posibilidad de buscarse la vida de otra forma y por supuesto que estén formados para eso.
P. ¿Cómo fue la transición de jugar en la pista a sentarte en el banquillo para dirigir a un equipo?
R. Fue poco a poco porque yo cuando estaba en Pozoblanco entrenaba ya entrenaba en La Salle. Yo en La Salle me lo he pasado muy bien y he aprendido muchísimo de Manu, de Pepe, de José... de muchísima gente y he aprendido muchísimo. Además era un club en el que perdíamos, es decir, que la cantera perdía partidos. Entonces aprendes mucho y disfruté mucho con los nenes. Me encanta el balonmano, me encanta entrenar, disfruté mucho de mis juveniles que subimos a Andaluza, pero no es el banquillo de estrés. El banquillo de estrés empieza en Adesal, siendo una familia pero sí hay objetivos importantes y ya el estrés máximo para mí es Puente Genil. Ese primer partido de Puente Genil de pretemporada incluso, enfrentarse a una plantilla de ASOBAL es complicado pero bueno al final con trabajo se saca.
P. Has hablado de Adesal y Puente Genil. ¿Qué cambios ves a la hora de entrenar entre balonmano masculino y femenino?
R. Es como si me dices un equipo de jugones, chicos y rápidos o un equipo de lanzadores. Al final es balonmano. Se plantea según lo que tengas. Si yo tengo a Albita, a Espe y a Fátima pues jugaré de una forma diferente. Si tengo a Andrei, a David, a Tincho y a Luisfe pues jugaré de otra forma. Es balonmano. Hombre, a mi me gusta una forma de jugar, tengo un pensamiento del balonmano, pero es verdad que yo intento adaptarme a los jugadores o jugadoras que tenga.
Yo me he formado y he tenido problemas para trabajar fuera del balonmano
P. Aun así y a pesar de que sea humilde, Adesal siempre ha intentado llegar a la máxima categoría y consolidarse.
R. Sí, sí. Cuando llego, ellas vienen de División de Honor. Fui el preparador físico del División de Honor durante seis meses y luego me ofrecen en el equipo cuando me bajaron a Plata. El primer año nos quedamos a un punto de la fase de ascenso, después jugamos fase y no conseguimos subir, pero sí que hay cierta exigencia de intentar estar arriba y de conseguir el ascenso. También porque Rafa Moreno es un enamorado de esto y un apasionado. Muchas veces por el apoyo que tienen es complicado de entender que sigan dando guerra, pero sí. Era el primer equipo senior que cogía pero yo me lo pasé muy bien con el Adesal.
P. Siempre he pensado que Adesal con un apoyo más fuerte se consolidaría en la máxima categoría.
R. Sí. Al final Adesal es el primero que hizo femenino aquí en Córdoba, el primero que apostó por el femenino en Córdoba capital y ha tenido sus momentos mejores, sus momentos peores, pero sí es verdad que nunca llega ese patrocinador, nunca ha llegado ese apoyo institucional para poder mantener la categoría más tiempo. El Málaga empezó con Adesal, jugaban fase de ascenso los dos y Málaga se ha asentado. El apoyo de la Diputación de Málaga es impresionante. Es otra ciudad también. Esperemos que poco a poco el feminismo vaya cambiando y vaya teniendo más apoyo. Rafa va a seguir hasta que la fuerza le permita. Por qué no pensar o soñar otra vez en otro ascenso y que se consiga asentarse en la categoría.
P. Sin Rafa Moreno esto este proyecto sería un poco imposible.
R. Sí, sí. Rafa y Paco son fundamentales en el Adesal. Esperemos que sigan mucho tiempo.
P. ¿Cómo recibes la llamada de Puente Genil? El gran paso en tu carrera como entrenador.
R. Pues Mariano y yo nos habíamos conocido porque habíamos hablado de que yo gestionaba la cantera dos años antes. Al final, no es que no llegáramos a un acuerdo, sino que yo mi intención era trabajar como maestro. Entonces me di más tiempo para intentarlo. Por tanto, yo lo conocía de eso y me acuerdo perfectamente que iba a pagar un impuesto de la moto y saliendo tenía la llamada. Cogí el teléfono y Mariano me dijo que si podía pasarme por Puente Genil, por si me interesaba entrenar al equipo de ASOBAL. Fue todo muy rápido. Yo fui a los dos días a su despacho y hablamos. Yo encantado con un reto que me ha costado salud y complicado, pero encantado de afrontarlo. Pedí que viniera Miguel Ángel Moriana como un segundo entrenador y que también estuviese en el cuerpo técnico Javier Ollero y creo que estamos haciendo un buen papel.
P. Recién renovado para cumplir un lustro como entrenador en Puente Genil. ¿Cómo han sido estos cuatro años? ¿Ha sido complicado mantener al equipo en ASOBAL?
R. Sí porque al final es un equipo que va a llevar once temporadas en ASOBAL. Las últimas cinco van a ser mías y espero que no las últimas, pero ha sido complicado. Llegué de un equipo femenino. Llegué siendo de Córdoba y nadie es profeta en su tierra. Llego con Miguel Ángel Moriana y es complicado porque tuvimos que ganarnos el apoyo, aunque el de Mariano lo teníamos pero no el del entorno. Los jugadores eran nuevos. Yo tenía cierto nombre como jugador pero no como entrenador. Entonces, fue complicado, fue difícil. También vino la pandemia de por medio. Fue difícil en momentos puntuales. Por ejemplo, después de perder contra Anaitasuna en casa sonó mucho que me destituían. Quedamos octavos ese año, el año siguiente octavos y el tercer año empezamos muy bien pero perdimos partidos muy seguidos en la segunda vuelta y también hubo muchos nervios, pero conseguimos meter al equipo en la semifinal de Copa del Rey y ya a partir de ahí quedamos décimos, pero te digo que es complicado por el estrés y mi salud me ha costado.
P. La temporada siempre hay altibajos, pero la afición de Puente Genil es muy grande y exigente.
R. Sí. Además, el deporte es como es. A veces nos copiamos mucho de fútbol y es normal. En el deporte cuando las cosas van mal pues el culpable soy yo. Yo no voy a quitar culpa. Si la cosa va mal pues el culpable soy yo. Lo que sí es verdad es que yo siempre he dicho que cuando las iban cosas mal, yo me sentía capacitado para sacarlas para adelante. Espero que siempre lo consiga y hasta ahora lo hemos conseguido, si no es así pues me costará a mí el puesto. Lo que pasa es que el cesar a un entrenador en balonmano no es lo mismo económicamente que en otros deportes. Pero sí es verdad que allí aprietan. Es normal que aprieten porque quieren cada vez estemos más arriba. Lo que hace Mariano para seguir con el club es muy complicado y a veces no se sabe lo complicado que es. Es normal que exija pero es muy difícil conseguir once temporadas en ASOBAL en Puente Genil, sacando un presupuesto... es complicado.
El balonmano no dura ni da dinero para toda la vida
P. ¿Dónde está el techo competitivo del Puente Genil?
R. No lo sé. Yo siempre sueño con estar más arriba. Ojalá este año podamos ser séptimos. Podemos ser décimos, novenos, octavos o séptimos. Yo soñaría con quedar séptimos y ya sería un paso más. Sí es verdad que siendo sinceros creo que la posibilidad de Europa pasa más por una buena Copa del Rey que por una buena liga regular. Vamos con plantillas cortas, con plantillas de calidad. Yo siento cada año que estoy contento con la plantilla que tengo y con la que se está haciendo ahora. Pero sí es verdad que yo creo que es más posible meterte en unas semifinales de una Copa del Rey como ya pasó con el Antequera, después dar la sorpresa ante Granollers y meterte en la final, pero siempre se lucha. Es como antes te decía con el Barcelona. Aunque parece que sea un partido de paso, siempre tiene algo ahí que crees que le puedes ganar. Pues tú siempre quieres llegar lo más arriba posible.
P. ¿Y a nivel personal dónde está tu techo?
R. No lo sé. La verdad es que no lo sé. Yo he llegado como jugador. Yo te puedo decir que hasta los 16 no pensé nunca en que podía llegar arriba. Yo nunca fui a la selección española de categoría inferiores. Nunca fui a andaluzas hasta juveniles. Entonces, yo era trabajar, disfrutar, trabajar, disfrutar. Y llegué. Ahora es diferente como entrenador. Yo creo que también tenía ese poquito de suerte, pero es trabajar. Mi objetivo es poder ir el año que viene a por una temporada doce en ASOBAL y si quieren contar conmigo, pues seguiré, si no es así, cambiaré. Pero no lo sé dónde puedo llegar. Me gustaría lo más lejos posible, pero también me gustaría ser feliz, vivir tranquilo.
P. Por lo menos esta temporada estás más tranquilo con la salvación hecha.
R. Sí, estoy más tranquilo ahora pero si echamos para atrás al mes de noviembre u octubre fue muy complicado. Entonces se sufre. Yo me cabreé muchísimo el otro día porque los porteros de Cuenca nos hicieron un 45% de paradas y hubiese cambiado un poco la cosa si hubiéramos tenido más acierto de cara a gol. Pero lo que te digo es que es un nivel de exigencia continuo y es complicado.
P. Has comentado que no sabes lo que harás el año que viene. También porque pueden venir cosas inesperadas como la Covid-19. ¿Cómo viviste aquello? ¿Te cambió mucho sobre el cómo ver la vida?
R. Yo creo que cuando me pasó no me cambió mucho porque me pasó todo muy rápido. En mes y medio pasé de un túnel a volver a estar en un banquillo. El tiempo me ha hecho intentar ver las cosas un poquito con más tranquilidad. No lo he conseguido todavía. Estoy trabajando para ello, pero sí es verdad que en la vida al final no mandas. Tú puedes tener proyectos, puedes querer llegar a un lado y es bueno tener un proyecto, tener un objetivo pero muchas veces hay que ser conscientes de que la vida es como es. Además tengo dos hijas, cosa que cuando un jugador solo éramos mi mujer y yo, éramos muy jóvenes y ahora hay que pensar también en Carlota que tiene 16 años y en Sofía que tiene diez. Hay que tomar decisiones que no solo me afectan a mí y a mi mujer, sino que afectan a mis hijas.
La Covid-19 me ha hecho ver las cosas con un poco más de tranquilidad
P. Ahora tienes a un ejército detrás.
R. Sí. Además, en el fútbol, un entrenador en la categoría en la que estoy yo se podría desplazar con su familia y no habría problema. En balonmano, en España no se puede y en el extranjero es complicado. Entonces y a día de hoy, si yo saliera al extranjero seguramente iría solo y sacrificaría mi vida personal, la de mis dos hijas y la de mi mujer, por el balonmano es complicado. Nunca voy a decir que no lo haría porque al final si no cuentan conmigo, tengo que seguir trabajando, pero sí es complicado. Dar ese paso es complicado y yo espero que en Puente Genil pueda durar mucho tiempo.
P. Siempre es complicado vivir del balonmano. ¿Hace falta un poco más de apoyo a este deporte a nivel nacional?
R. Yo creo que se trabaja mucho a nivel de base. Sacamos a muchos jugadores. Se trabaja mucho a nivel de clubes. Seguimos existiendo después de las crisis de 2006 o 2007 económicas, inmobiliarias, médicas... llámalas como quieras, pero sí hace falta apoyo. ¿De quién es la culpa? A lo mejor es nuestra porque no sabemos vendernos. ¿La culpa es institucional? Yo te puedo decir que La Rioja, por ejemplo, el apoyo público que tiene Balonmano Logroño es muchísimo mayor que el que tenemos en la Junta de Andalucía, también la Junta de Andalucía es mucho más grande, mucho más deporte y con una problemática diferente a La Rioja. País Vasco, Cataluña... es diferente. Pero bueno, tenemos que intentar que nos apoyen más a nivel institucional, pero también tendremos que intentar funcionar por nuestra cuenta. Tenemos que aprender de alemanes y franceses y vender mejor nuestro producto, hacer una fiesta entorno al balonmano, que atraiga público y que seamos capaces de coger esas cuotas que las hemos tenido en algún momento de nuestra historia y que seguimos teniendo deportivamente con medallas, con triunfos, pero no a nivel económico.
P. ¿Te arrepientes de algo de tu vida deportiva?
R. Yo arrepentirme nada. A lo mejor haber hecho algo diferente. Pero es que al final las decisiones que he tomado me han permitido conocer cosas, ver cosas, equivocarme. Aprender de eso y arrepentirme no. Creo que si hubiese en algún momento puntual hubiese sido más práctico me hubiese ido mejor. Pero bueno gracias a esas decisiones conocí a gente que no hubiese conocido. Así que no me arrepiento.
P. ¿Dónde te ves dentro de cuatro o cinco años?
R. Es que no te puedo decir dónde. Yo qué sé. Es que no lo sé. Sinceramente no lo sé. Además siendo entrenador. Claro. Me gustaría no lo sé. Hace cinco años no me espera estar ahora en el Puente Genil. No lo sé. Lo único que te digo es que ojalá dentro de cinco años siga teniendo salud, que mis hijas estén bien, que mi familia esté bien y que siga teniendo trabajo, que es fundamental. Al final es lo que te permite vivir. Intentaré estar lo mejor posible a nivel personal y con trabajo.
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