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Kevin López: “En la Real Federación Española de Atletismo tienen una mentalidad antigua”
El deporte siempre comienza como una forma de pasar el tiempo con tus amigos o familiares, practicar la disciplina de tu ídolo o simplemente una forma de vida en la que buscas la salud y la desconexión mental del día a día. Sin embargo y conforme las sesiones van desarrollándose, a veces, solo a veces, puedes dar el salto a la élite, aunque son muy pocos los que consiguen llegar a este selecto grupo, pero eso no significa que nadie pueda llegar. Todo es posible. Este es el caso de este protagonista que comenzó en el atletismo por pura casualidad y que se convirtió en un auténtico referente a nivel español, llegando, incluso, a disputar hasta dos citas olímpicas.
Kevin López Yerga (Lora del Río, 1990) es un exatleta español especializado en carreras de medio fondo. El sevillano siguió la trayectoria en la disciplina de 800 metros que dejaron otros profesionales como Manuel Olmedo, Luis Alberto Marco o Antonio Manuel Reina y alcanzó hitos a la altura de muy pocos deportistas en este país. De hecho, López fue campeón de España en su categoría hasta en cinco ocasiones, así como otras cuatro en pista cubierta, además de competir también en 1.500 metros consiguiendo el entorchado nacional y participando tanto en los Juegos Olímpicos de Londres y Río de Janeiro como en diferentes eventos mundialísticos. Tanto es así que, a nivel continental, el de Lora del Río se colgó una medalla de plata y otra de bronce en Campeonatos de Europa en Pista Cubierta.
Gracias a esta serie de resultados, el atleta andaluz se ha convertido en una figura a seguir por los miles de deportistas que están comenzando en esta disciplina, aunque, sin embargo, desde el pasado agosto no podrá acumular más éxitos como hasta la actualidad, ya que Kevin López anunció su retirada del atletismo. Ahora y tras pasar gran parte de su vida en Sevilla, el natural de Lora del Río tiene su residencia en Córdoba y la intención de seguir practicando este deporte todavía viva, además de competir, en menor medida, tanto en el circuito de carreras populares de Córdoba como en las diferentes pruebas de cross que sucedan en el panorama andaluz. Aún con todo esto, el profesional olímpico atendió a CORDÓPOLIS con una sonrisa, dispuesto a contestar a todas las preguntas relacionadas con su trayectoria o el presente y futuro del atletismo nacional.
PREGUNTA. Un nuevo día, un nuevo entrenamiento, pero esta vez ya es diferente desde la retirada el pasado verano. Aun así, sigues corriendo populares y competiciones de cross como en el último fin de semana. ¿Qué sensaciones tuviste?
RESPUESTA. Fue duro (risas). Es un cross muy duro al que no había participado nunca. Había participado en otros circuitos, pero en este nuevo no. Era un circuito muy duro al que no llegaba en forma porque es la primera competición de mi primera etapa, donde lo disfruto de una manera diferente. Entreno lo que mi vida cotidiana me permite, que no es mucho, y las circunstancias personales durante el último mes no me había permitido entrenar mucho, por lo que sí que sufrí bastante en la competición porque siempre quieres estar adelante y pequé un poco de valiente. Pero bien, mi idea es correr cross, carreras populares... alejarme un poco del medio fondo, que sí que es verdad que eso no lo voy a volver a pisar, o al menos es lo que digo ahora. Lo que quiero es prepararme para objetivos más fondistas porque, como he dicho ya en alguna entrevista, no me gustaría competir en algo en lo que he sido bueno o en algo que he tenido un nivel muy alto. Me gustaría competir en un nivel más bajo y creo que me vería raro en esa situación, por eso he optado por pruebas más largas que es lo que más me apetece y me mola. Esa es la idea hasta ahora.
Tenía medallas de Campeonatos de España y las ayudas eran inexistentes
P. Antes de pasar con la actualidad, quiero volver a tus inicios. ¿Cómo empezaste en este deporte?
R. Pues en mi familia nadie ha hecho atletismo ni te diría que deporte, pero yo empecé en el colegio cuando en los típicos tests que hacíamos en Educación Física como el test de Cooper. A mí se me daba bastante bien y en mi pueblo había una carrera popular la cual mi profesor de Educación Física me animó a que la corriese. Me fue muy bien, quedé segundo y era una carrera en la que había gente que venía de fuera, niños de clubes que entrenaban y yo ni siquiera entrenaba. Me fue bastante bien y me enganché a las carreras populares. Mi padre me llevaba los fines de semana. Yo no entrenaba. El planning de entrenamientos que yo llevaba era cuando el día antes de la competición mi padre me decía de ir a correr, que más allá de beneficiarme, seguro que me perjudicaba. Yo siempre salía a correr y mi padre iba detrás con la moto o con el coche hasta que yo me cansase, me recogía y me llevaba de vuelta. Así empecé y estuve como un año o año y medio corriendo todas las carreras populares que había por los pueblos de alrededor hasta octubre del 2002 que conocí al que ha sido toda mi vida mi entrenador.
P. ¿La aparición de tu entrenador fue el punto de inflexión para dedicarte a ello profesionalmente?
R. El dedicarte en serio viene y ni siquiera te das cuenta. Es verdad que cuando conocí a mi entrenador tuve un plan más estructural, entrenabas algo más que solo correr como hacer series, pero todavía jugábamos. Yo tenía 12 años y aunque me lo tomaba en serio porque te gustaba y era muy competitivo, pero realmente tenía mi obligación que era estudiar, ir al colegio y eso era una actividad extraescolar que la hacía por las tardes. Es verdad que lo hacía solo porque mi entrenador era de Sevilla y yo iba una vez en semana a Sevilla, pero no dejaba de ser una actividad como cualquier otro niño. Poco a poco fui creciendo el nivel, poco a poco fui yendo a Campeonatos de España, adoptando un poco más la profesionalidad a la edad que tenía.
P. ¿Cuándo llegó esa profesionalidad al completo?
R. Fue con 20 años o así. Antes ya le dedicaba mucho tiempo e incluso con 20 años ya fui sexto en el Campeonato de Europa absoluto, pero seguía teniendo mis obligaciones en los estudios y como que seguía manteniendo los estudios a parte. Después de los 20 años seguí estudiando unos años más, pero sí que fue algo más secundario y el deporte se volvió lo principal. El momento de inflexión fue cuando con 17 años me fui a vivir a Sevilla por mi cuenta, sobre todo para entrenar con mi entrenador. Ahí es cuando dije: “vamos a apostar un poco por esto”.
P. ¿Es complicado apostar por el atletismo en este país y, sobre todo, en tu época?
R. Medios no te dan. Yo siempre digo que me siento afortunado porque yo no tuve una época de transición donde tuve que elegir. Hay muchos que dicen que les está costando el dinero y apuestan uno o dos años más para ver si eso va para adelante, pero yo no, yo destaqué muy pronto. Entonces yo al revés, yo dejé a un lado la carrera universitaria para dedicarme al deporte y con 17 años ya era campeón de Europa en mi categoría, medallas en el Campeonato de España absoluto... Y ya lo podía considerar mi trabajo porque era mi profesión y ya tenía los ingresos pertinentes para que lo llamase profesión. Sí que es verdad que hasta que llegas ahí no hay ayudas ninguna y mi familia en general tuvo que hacer una inversión porque el hecho de venir a Sevilla muchos días a entrenar, con cierta edad ya iba dos o tres veces a la semana, los gastos del tren, ir a las competiciones, los materiales como las zapatillas, aunque no sea mucho, te lo tienes que costear. Entonces, yo tenía medallas de Campeonatos de España en categorías inferiores, pero las ayudas por parte de todos eran inexistentes. Y si hubiese destacado con 21 o 22 años sí que hubiera pasado ese momento de inflexión por el que han pasado muchos. Por suerte, destaqué pronto y no tuve que tomar esa decisión.
P. ¿Crees que eso cambiará y se les dará más oportunidades a esos jóvenes?
R. Yo lo veo difícil que cambie. Tienen que estar las instituciones públicas ayudando, que es complicado. La federación ha ayudado bastante a la base y ahora en los últimos años han cambiado de política y han decidido que van a invertir el dinero en la gente profesional, los que dan resultados. A los demás si llegan, pues que lleguen, si no es así, pues nada. Si dentro de diez años no tenemos atletas porque no hemos cuidado la base, pues bueno, se ve que han preferido hacerlo así.
Por otro lado, esto no es fútbol y esto no es baloncesto. Yo cuando era más joven criticaba que tenían más ayudas, pero no tienen más ayudas. Tienen más dinero privado, de empresas que se interesan por el fútbol porque lo genera. En atletismo no generamos tan pronto como para que esta situación cambie y es complicado que cambie para que sea más interesante y que existan ojeadores hacia gente joven para que les den ese empujón con el fin de que sigan adelante e intenten, al menos, llegar. Eso tiene que ser parte de las instituciones públicas, para que si ven a alguien que pueda llegar, darle un margen de dos o tres años para ver si es capaz de llegar o no, y una vez que llegamos no necesitamos tantas ayudas públicas, solamente con dinero para la mejora de mi rendimiento, pero no para que me den una beca en la cual no se justifica para qué va a ese dinero: si para comprarme un iPhone o para mejorar mi rendimiento. Ese dinero debería ir destinado para la base que lo tienen mucho más complicado para sacar dinero privado y una vez que estás arriba, debes tener los medios para ganarte la vida con inyección privada porque con marcas deportivas, marcas de nutrición, de seguros... de cualquier empresa que pueda llegar a ser atractiva. Conforme va encaminando más al deporte de élite y olvidando más la base, va a llegar un momento en el que los chavales tengan una edad y decidirán dejar de lado el deporte y seguir con sus estudios. Se perderá a gente con mucha calidad.
El atletismo español perderá a jóvenes con mucha calidad si sigue en esta línea
P. Entonces, España va a perder a gente de mucha calidad en un futuro cercano.
R. Yo opino que sí. Ellos opinarán otra cosa y si lo han hecho así es porque creerán que es mejor, pero si no se ayuda a la base... O el chico destaca muy pronto, que eso pasa en pocos casos porque a veces el chico necesita más años para destacar y eso no quiere decir que sea peor que el que destaca antes porque puede ser el líder nacional de la prueba. Sin esa ayuda, seguramente, llegado el momento, no puedas dedicarle el tiempo completo cuando quieras tener la independencia económica a una edad. No puedes dedicarle tanto tiempo cuando estás trabajando de algo que incluso has estudiado porque tendrás una edad para haber terminado los estudios.
P. ¿Por qué crees que el atletismo no es tan atractivo en España como el fútbol o baloncesto?
R. En Londres, por ejemplo, hay una cultura del deporte en general, no solo en atletismo. En cualquier deporte se puede llenar un estadio. Los Juegos Olímpicos de Londres no fue un momento puntual donde se llenó el estadio, así es siempre. Aquí en España no se vende como se debería. Quizás la federación no está sabiendo canalizar todo ese movimiento runner, que ahora todo el mundo sale a correr, y atraerlo al atletismo. Todo el mundo se está quedando en la ruta y ahora estamos viendo como la ruta es lo que está vendiendo más dentro del atletismo. Creo que, de alguna forma, hay que canalizar esa gente para el atletismo. Aunque no te sientas identificado como corredor, de alguna manera hay que intentar, a través de las pruebas de fondo que hacemos en la pista, atraer a ese público porque sería muy interesante. Cuando el público en general se vea atraído por este deporte, las empresas privadas meterán dinero porque ellos quieren que haya rendimiento. Si le llegas a más público, nos beneficiará a todos y crecerá una bola que quizás nos beneficie más.
También es verdad que aquí tenemos deportes como el fútbol que lo eclipsa todo. No sé cómo empezó todo, si fue por la prensa o por quién, no sé cómo empezó a ser tan popular el fútbol, pero por el motivo que sea ya es popular y eclipsa a todos los deportes. En cualquier diario deportivo, 30 páginas son para el fútbol y una sola para el resto de deportes, con suerte de que salga una vez por semana. Contra eso es muy difícil romper el círculo vicioso en el que estamos, pero yo entiendo que en el atletismo hay que crear competiciones más atractivas, más cortas, no puede ser una competición de un fin de semana con muchos tiempos muertos. Hay que hacer una competición más atractiva, de dos o tres horas y darle al público lo que quiere. Si lo que quiere son tres saltos y tres lanzamientos en vez de que cada atleta haga seis. Si no hay que poner tantas semifinales o tantas eliminatorias y es mejor poner dos finales, dependiendo del nivel... Hay que buscar que la competición sea lo más atractiva posible. Incluso para mí que soy un apasionado y que me gusta, hay ciertos campeonatos que se me hacen muy densos. Hay que darle una vuelta de hoja.
P. ¿Crees que hay cierta apatía en la federación?
R. Más que apatía, hay gente antigua. Aunque hay gente joven, hay gente antigua porque es mentalidad antigua. Es mentalidad como un olor a rancio, donde todo hay que hacerlo igual. Vivimos en un mundo de: “soy un enamorado del atletismo, todo tiene que ser como antes, lo clásico...” y no entienden que hay cosas nuevas y que el triatlón nos está adelantando por la derecha en cuanto a popularidad. No nos sabemos adaptar y somos como muy que tiene que ser así, como siempre. Lo que hoy gusta, a lo mejor mañana no y hay que adaptarse a los medios, a los formatos, ahora a la televisión, a los streamings... Hay que adaptarse a muchas cosas y no somos capaces de adaptarnos. Ya he dado muchos palos a la federación y no es porque tenga algo en contra, sino porque hay que hacer las cosas mejor y en este caso también es papel de la federación el crear formatos mucho más atractivos para el público y no lo está haciendo. Tenemos que quedarnos con lo de siempre, con lo clásico y no es así, nos tenemos que adaptar a lo nuevo.
P. ¿Cambiará algún día?
R. Eso cambiará en el momento que se cambie de presidente y que cambie el equipo de gobierno. Puede ser que cambie o incluso que el presidente se dé cuenta de que va a así la cosa o el equipo de gobierno le aconseje y consigan dar una vuelta a la situación. También el problema es que hay mucho aficionado antiguo, clasista en el sentido de que quiere lo clásico, los más puristas del atletismo y que también habría conflicto si esto cambia muy de repente. Tiene que ser algo progresivo. Ahora se están metiendo cosas nuevas como el relevo mixto que son muy atractivos y cositas que pueden ser tonterías, pero que pueden ir atrayendo un poco más. La federación internacional y la europea están tomando medidas que la federación española está siendo muy reacia a incluirlas. En el momento que cambie el que dirige esto se puede empezar a intentar dar el cambio. No sabemos si se dará pero al menos a que haya un poco de luz.
El fútbol en España lo eclipsa todo
P. Entrando en el apartado cordobés, tú llevas ya un año viviendo aquí y has entrenado mucho por este territorio. ¿Cómo ves las instalaciones?
R. Córdoba tiene instalaciones mejorables, pero tiene instalaciones. Una pista cubierta sería inviable porque aquí a nivel de rentabilidad no se puede montar una pista cubierta para un mes. Tenemos a Antequera que está a una hora y en momentos puntuales podemos ir allí a entrenar. Aquí lo que hace falta es organización y por supuesto no darle prioridad al atletismo de alto rendimiento porque al final somos cuatro gatos los que hacemos esto, pero lo que cuesta trabajo a veces es venir a entrenar y encontrarte con una pista que tenga unas condiciones ideales para hacer un entrenamiento de cierta calidad porque está muy masificada con niños. No hay un orden como es normal porque son niños pequeños y es complicado gestionarlo, pero deberían dar unos horarios y algo de prioridad puntual a deportistas de nivel o deportistas de alto rendimiento, deportistas que vayan a un Campeonato de España; fijar un limite en el que se le de prioridad al deporte de alto rendimiento.
En mi caso por ejemplo, llevo muchísimo tiempo por aquí de manera puntual y ahora llevo un año aquí viviendo y en la mayoría de casos he tenido que ir a Rabanales a entrenar. La pista no es tan buena, está un poco cascada, pero me encuentro que voy allí y estoy solo. No me encuentro problemas de niños cruzando la pista, opositores que o bien no están bien las reglas descritas o que el entrenador no las enseña bien y no entienden que tienen que ir en fila de uno, más allá de por mantener un orden entre deportistas, no comprenden que en la calle tres hay una persona haciendo más metros. Es algo de educación dentro de la pista, educación a lo que se refiere el conocimiento de las normas. Muchas veces cuesta y a veces hemos visto alguna pelea o bronca por eso. Se crean situaciones que son un poco desagradables y creo que lo que hace falta es un poco de orden. Después, podéis ver cómo está el gimnasio y es bastante deficiente: con goteras y poco material. Aquí no se puede hacer un entrenamiento de fuerza por muy básico que sea. Lo puedes mal hacer, pero no con unas condiciones mínimas. Entonces, creo que hace falta un poco de inversión de material para la pista, pero bueno, en general, creo que Córdoba tiene unas instalaciones que están bastante bien. Con un poco de organización y material creo que se puede hacer un buen sitio para entrenar.
P. ¿Crees que Córdoba tiene potencial dentro del mundo del atletismo?
R. El problema que yo veo siempre aquí, y lo llevo viendo durante muchos años, es que en Córdoba falta unión entre clubes. Vienes por la tarde y te encuentras que hay cinco o seis clubes. Cada club con su escuela y entre comillas hay cierta rivalidad, no se ayudan, no hay cooperación. Vas a cualquier ciudad y ves que hay un club muy grande y después pueden haber escuelas que lo que hacen es nutrir a ese club. Después, yo creo que sí que hay potencial de niños para tener un club en Primera División, tener equipos muy potentes en categorías menores de cross o de relevo... cosillas así. El problema es que Córdoba está muy dividida. Hay muchos clubes, no hay unión, no hay entendimiento entre ellos y si el año que viene a alguien se le ocurre montar una escuela no se plantea coger una escuela que ya hay o hablar. No, se monta otra escuela y otro club. Yo entiendo que tienen que haber grupos de entrenamiento, pero lo ideal sería que todo se canalizase en un club. Aquí en Córdoba es difícil. Si se diera el caso, Córdoba tiene potencial para sacar a gente de calidad. También creo que hace falta grupos de alto rendimiento como tal. Hay muchas escuelas, mucho niño, pero una vez que llegan a tener cierto nivel andan un poco perdidos y no hay un entrenador o alguien que les guíe. Eso también hace falta para que haya potencial.
P. ¿Apostarías por algún cordobés que creas que va a llegar?
R. Sí. ¿Por qué no? Tenemos a Grondona que es un asiduo en los Campeonatos de España absolutos e incluso en alguna final. ¿Por qué no? Podemos verlo cerca de las medallas, siendo internacional en cross, estuvo cerca el año pasado de serlo en el relevo mixto de Campeonato de Europa de cross. Yo soy entrenador y soy un enamorado de la biomecánica desde hace mucho tiempo y yo vengo aquí a la pista y veo a gente con mucha calidad. Lo que pasa es que después les pierdes la pista y no sabes dónde quedan ni si tienen un entrenador o una estructura para seguir desarrollando esa calidad que tienen. A ver si poco a poco podemos ir montándolo.
Tenemos que crear competiciones más atractivas en el atletismo
P. Volviendo a tu apartado personal, has dicho que veías a gente con calidad desde a una edad muy temprana y, de hecho, tu despuntaste siendo muy joven, llegando, incluso, a los Juegos Olímpicos de Londres. ¿Cómo fue el momento de conseguir la mínima y tener una plaza en esta cita?
R. La mínima la conseguí el año anterior aunque en el mismo año la repetí, pero el anterior dí como el paso. Fue muy emocionante porque yo estaba buscando la mínima para el Mundial y me encontré que, además de conseguir esa, conseguí la de los Juegos Olímpicos que era un poco más difícil. Fue un momento muy emocionante porque ya tenía la del Mundial y era en un mes. Me tocaba hacerla ya y no esperarme más. Después, la clasificación no fue tan excitante por decirlo de alguna forma porque llevaba ya dos años dominando la prueba, tenía la mínima y era lo previsible. Tenía la mínima del año anterior y ese año, incluso, hice el récord de España, un mes antes de los Juegos. De hecho, no hubo ni siquiera Campeonato de España, eso fue después de los Juegos. Realmente fuimos por ranking. No hubo ni un solo momento de duda ni me lo tuve que jugar con nadie. Era bastante dominante y no hubo ese momento de estrés. Había hecho la mínima, tenía los deberes hechos y no fue algo tan emocionante. Pero una vez que estás allí sí que son emocionantes porque son los Juegos Olímpicos. Lo ves de niño y lo ves de adulto y ves lo que es. Es la fiesta del deporte por excelencia, un evento que se da cada cuatro años, que estás con todos los deportistas y, aunque el nivel deportivo sea lo mismo que en un Mundial, el ambiente es totalmente diferente. Es mucho más impresionante. Tiene otro rollo y es diferente.
P. ¿Cómo es la preparación previa para unos Juegos Olímpicos?
R. Bueno, la preparación previa es como un Mundial. No hay diferencia. Al final preparas tu pico de forma para que llegue ese día y ya está. Sí que es verdad que es como algo más exótico para el atleta e intentamos llegar mejor, dar un plus más del que tienes, aunque quizás no se entienda muchas veces. Yo lo doy todo en cada competición y para un Mundial igual, pero quizás esa motivación de los Juegos Olímpicos te hace sacar algo más. A diferencia de otros años, ese año decidí dejar la pista cubierta y hacer mucho volumen, asegurarme de que el día de los Juegos Olímpicos iba a estar sí o sí. Fue una temporada en la que rendí muy bien, aunque fueron unos Juegos muy complicados, incluso la final fue la más rápida de la historia y muy cara. Allí hice mi marca personal hasta ahora y la preparación fue perfecta. Renuncié a ciertos campeonatos solo porque eran los Juegos Olímpicos. Fue un poco lo diferente.
P. ¿Y las horas previas?
R. Pues en las horas previas no estaba excesivamente nervioso, la verdad. Iba cabeza de serie y llegué como octavo o noveno del ranking mundial de ese año. En principio era un trámite y algo no muy complejo en la primera eliminatoria. Sí que una vez que salimos a la pista del estadio de Londres, estábamos ahí puestos cada uno en su calle y yo estaba al lado de un inglés. Cuando lo presentaron, se caía el estadio y ese momento fue en plan que te haces chiquito, te acojonas y dices: “¿dónde estoy?”. Este momento fue más de emoción, pero no nerviosismo.
P. ¿Los dos Juegos Olímpicos son los momentos que más recordarás de tu carrera?
R. Yo creo que sí. En uno por bien y otro por lo mal. Los Juegos Olímpicos de Londres fueron especiales porque fueron mis primeros Juegos y porque a nivel organizativo fueron geniales, estupendos. A nivel deportivo también fue muy bueno porque fui a un nivel muy bueno. Después Río de Janeiro a nivel organizativo fueron un desastre. Fueron unos Juegos Olímpicos que no se merecían ni se lo tenían que haber dado porque muy mal a nivel organizativo y a nivel deportivo pues me rompí la fascia del pie a un mes de los Juegos. Intenté recuperarla y la recuperé, pero sin apenas habiendo entrenado antes. A nivel deportivo fue un palo porque realmente ese año estaba haciendo las cosas muy bien. Tenía en mi cabeza que tenía 26 años, que ya iba a dar el paso al 1.500 metros, que iban a ser mis Juegos Olímpicos, que tenía la edad idónea, que tenía experiencia, nivel... lo tenía todo para luchar por una final y que todo esto se esfume un mes antes por romperte la fascia, que es algo inevitable, pues fue un chasco. Aunque terminé participando, fueron unos Juegos más agrios que dulces. Tanto uno como otro para bien o para mal pues no se me van a olvidar seguro.
P. ¿En algún momento no llegaste a disfrutar del atletismo?
R. No.
En Córdoba falta organización y unión entre clubes
P. ¿Siempre lo has disfrutado?
R. Sí. En el momento en el que no he empezado a disfrutarlo, que ha sido en esta última etapa, he decidido dejarlo. Una competición en la que he ido y no he disfrutado de la competición y después fui a otra y vi que esa era la dinámica. Después es que tengo ya una edad para dejarlo. He decidido que así no lo quería. También he vivido los momentos de lesionarte, de que no te salen las cosas, pero esos son momentos puntuales, realmente no lo disfrutas cuando estás lesionado. En estos momentos, cuando cogía el coche, salía a la calle y veía a la típica persona mayor o alguien que corría muy mal o muy lento, pues incluso me rabia y envidia, no de la buena, sino de la mala. Yo quería correr y esa persona que lo hace por placer pues lo está haciendo. Son momentos difíciles y a nivel psicológico te destruye. Estás lesionado y no puedes entrenar. Aun así, siempre lo he disfrutando. En el momento de la recuperación, ese momento de transición en el que estás muy abajo e intentas volver al nivel.
Esta última etapa la he disfrutado muchísimo en pista cubierta, logrando incluso hacer mi marca personal, estaba muy bien, con mi preparación al aire libre, pero después llegaba a la competición y no sé el motivo, pero no la estaba disfrutando. Yo siempre he disfrutado con la competición, más allá de que estaba con nervios, yo siempre la he disfrutado. Soy una persona muy competitiva, que crece con la competición y me ha encantado competir. En el momento en el que no he disfrutado, lo he dejado. He cumplido mi palabra en la que siempre decía que cuando no disfrutase, lo iba a dejar. Ni siquiera terminó la temporada porque no me quería llevar ese recuerdo.
P. ¿Qué opinas de la salud mental?
R. La salud mental es algo super importante. Creo que en el deporte hemos tenido y seguiremos teniendo muchos atletas que tienen realmente problemas. No más allá del típico nervio o tensión, no saber manejar esos momentos que lleva consigo la competición, sino que nos encontramos con atletas que han estado muy arriba y tienes que acostumbrarte a que si tienes una lesión de dos meses, la gente se olvida de ti. Tú eres del 1.500 metros, te lesionas dos meses y a ti nadie te incluye en ningún lado. Te sacan muy rápido de esa dinámica y es un circo que va muy rápido. En el momento que sales de esta ruleta, la gente se olvida de ti muy fácilmente. Hay gente, entre los que me incluyo, que hemos estado muy arriba, hemos sentido el cariño del público, la atención de la prensa, de todo el mundo, pues hay veces en el que estás solo y todo el mundo se olvida de ti. En unos años le preguntas a un chico que esté corriendo y seguramente no sabe quién soy yo ni los resultados que he hecho. Entonces, sí que hay gente que no sabe gestionar eso y lo pasa mal. Se encuentran que tienen que entrar en un mundo laboral en el que no conocen porque no tienen experiencia y hay gente que realmente no sabe gestionar eso. Hemos tenido varios casos de atletas muy buenos que incluso han llegado al suicidio. Entonces, es algo que, dentro del deporte, las instituciones públicas o la propia federación deberían intentar que, cuando salga del círculo, el atleta sepa gestionarlo porque le viene la vida normal, la vida laboral y no vas a tener la atención de los medios ni de la gente, como cualquier persona.
P. ¿Has sufrido tú en esta transición?
R. No, la verdad es que no. Primero porque lo he dejado cuando he querido, que eso es muy importante. Dejar el deporte cuando no te apetece, porque has querido o por cualquier motivo es diferente al tener que dejarlo por algún tipo de lesión. Eso es muy diferente porque te queda una frustración de que no puedes. Después siempre he tenido una vida más allá del deporte. Sí es verdad que ahora viene un momento en el que tienes que incluirte en una vida laboral, una vida más cotidiana y es algo más diferente porque te encuentras con la edad que sea, igual tienes estudios pero no experiencia laboral porque con esa edad se presupone que tienes. Yo tengo experiencia laboral de correr y de ser autónomo, pero no de fisioterapeuta o lo que sea. Eso sí que terminará costando. A día de hoy no he entrado en una vida laboral cotidiana porque sigo teniendo mi trabajo y mis ingresos de otra forma. Quizá dentro de dos o tres años sí que tenga que entrar y no sé cómo será esa transición. Es algo que nos va a costar a todos porque es algo diferente. No es lo mismo buscar trabajo con 20 o 25 años que ya buscarlo con cierta edad. Yo me considero que he llevado una transición buena. Echo de menos el atletismo, me da mucha pena no estar con mis compañeros en los campeonatos, lo que se vive, echo de menos no venir a la pista y sufrir como un perro, llegar a la competición... Todo eso se echa de menos pero no me va a suponer un trauma a día de hoy.
P. ¿Qué es lo que más echas de menos?
R. El trato con los compañeros. Es que si no estás dentro no lo entiendes, pero la dinámica de ir a la competición. Esto no es fútbol ni mucho menos, aquí hay buen rollo con prácticamente todos. En la competición, llegamos una o dos horas antes y estamos sentados en el césped charlando, calentamos juntos, salimos juntos a la pista e incluso hacemos alguna broma... Esa dinámica de antes y de después con la gente que forma o que has conocido por el atletismo pues eso sí que lo voy a echar mucho de menos.
Córdoba tiene potencial para sacar a atletas de calidad
P. ¿Cómo es la vida de Kevin López después de la retirada?
R. Pues es una vida en la que me he propuesto terminar la carrera universitaria en Fisioterapia que dejé en su día. No sé si me dedicaré en el día de mañana, pero ya la quiero terminar por orgullo. He decidido darle dos años para terminar mi carrera, que yo creo que la terminaré bien. Después siempre he dicho, o en la última etapa he dicho, que quería tener dos años de transición. Por suerte lo he podido hacer para poder permitirme dos años de transición y realmente ver qué me gusta. Vengo de trabajar en algo que me encanta y me gustaría poder mantener la dinámica. No me gustaría entrar en un trabajo cualquiera. Quisiera un trabajo en el que, más allá del sueldo que por supuesto es importante, me llene. Esa va a ser mi búsqueda en los dos próximos años: acabar la carrera, seguir haciendo cosas de entrenador, quién sabe si puede ser en el día de mañana mi profesión, y sobre todo disfrutar de mi familia. Al final, el deportista tiene mucho tiempo porque el deportista entrena por las mañanas y las tardes una o dos horas, pero después vienen las competiciones, los fines de semana, tienes que salir fuera, llegan los veranos... Tienes que salir cuando la gente se reúne, están en familia, hacen vacaciones y esas cosas hacen muchísimos años que me las estoy perdiendo junto a mi mujer y ahora con mi hija. Actualmente, el día completo lo paso con mi hija, a excepción de cuando ella está en el colegio, y lo disfruto jugando con ella o en el parque. Esa es la dinámica de vida que me gustaría tener y que la buscaré cuando trabaje. Quiero un trabajo que me quite el menor tiempo posible para estar con mi familia, que es mi prioridad.
P. ¿Tienes la intención de que ese trabajo esté relacionado con el atletismo?
R. Me gustaría, pero si hemos hablado antes de que la situación del atletismo para el atleta es complicada, para el entrenador lo es mucho más. Sí que hay algo que me atrae. Llevo mucho tiempo siendo entrenador. De hecho en los últimos años me he auto entrenado y hago de entrenador. Me gusta, me atrae, con la mayoría de la gente que es comprometida, pero creo que me termina pasando igual que cuando fui atleta. Ahora no quiero volver a correr 800 metros o 1.500 metros porque si lo vuelvo a correr es para dar todo lo que tengo. De entrenador me pasa lo mismo. Quiero dar lo que tengo y para eso quiero tener las condiciones perfectas. Necesito un grupo de alto rendimiento de verdad, un grupo profesional que aquí en España no existe siquiera. Necesito todos los medios para que el chico o la chica que me llegue tenga todo para que llegue y si no llega pues no llegó, pero que no se vaya con la sensación de que podría haberlo hecho. Eso es lo que realmente me atrae de entrenador pero es muy complicado hacerlo aquí en España. Lo intentaré hacer, pero si no es así pues seguiré entrenando como lo he hecho hasta ahora. Cuando termine la carrera de Fisioterapeuta pues me gusta mucho la psiconeurología y dedicarme no tanto al deporte sino al paciente con patología, paciente con cáncer y cosas así. Estoy en un momento de transición y no sé a qué me dedicaré.
P. Por otro lado, un cambio muy grande el que has hecho entre Lora del Río y Córdoba. ¿Echas de menos tu tierra?
R. De Lora a Córdoba cambia mucho la cosa. Sí que la echo de menos. De Lora me fui muy pronto y sobre todo echo de menos a la gente que tengo allí, no tanto el pueblo en sí. Una vez que te metes en la dinámica de la ciudad, que yo me metí con 17 años, en esta ocasión Sevilla, pues ya cuesta mucho trabajo irte a un pueblo en el que no tiene el ocio, los medios o los servicios que tiene una ciudad. Ahora no me meto en Lora ni en un pueblo. Córdoba es muy diferente a Lora porque una ciudad de un pueblo tiene muchas diferencias. Sí que Córdoba me gusta mucho desde que estoy viviendo aquí e incluso más que Sevilla, que quizás ha sido la que me ha formado como joven, adulto o llámalo como quieras. He sido independiente y he hecho más vida en Sevilla, pero me gusta más Córdoba porque es una ciudad más tranquila, no es tan caótica, no hay tanto tráfico. Creo que está creciendo como puede crecer según sus servicios. Sevilla está creciendo a unos niveles que ya no abarcan carreteras o servicios. Al final no dejo de venir de un pueblo y prefiero la tranquilidad. No tanta como en un pueblo, pero sí que dentro de una ciudad pues me gusta. También he estado viviendo en Huelva y si tengo que elegir seguramente me quede con Huelva porque es aún más tranquila que Córdoba porque también tiene la playa y eso no deja de ser un paraje natural, pero Córdoba me gusta mucho y con mi mujer siempre habíamos hablado de que si teníamos que elegir una ciudad para terminar era antes Córdoba que Sevilla.
P. A gran parte de la población cordobesa ya le caerás en gracia después de tus preferencias.
R. Me lo imagino (risas). Cuando vine de Sevilla no era consciente de esto, pero es verdad que, una vez que sales de Sevilla, ves la rivalidad que hay con la gente de Sevilla. Es verdad que el sevillano puro es muy purista y dice que lo suyo es lo mejor, la Semana Santa, la Feria... Si me preguntas con 20 o 22 años seguramente te diga que me quedaba con Sevilla porque no tiene color los servicios que tiene, pero cuando ya buscas una vida más tranquila, que siga teniendo cosas de ocio, pero algo más tranquilo, no saliendo todos los días de fiesta, sin tener la vida universitaria, pues me atrae mucho más Córdoba. Yo nunca me he considerado muy sevillano de Semana Santa o Feria y seguramente sea un sevillano más atípico.
P. Ya para finalizar, ¿dónde te ves dentro de cinco años?
R. Pues me veo aquí con total seguridad en Córdoba. Yo ya dije que cuando mi hija empezase el colegio, los padres eran inamovibles del sitio. Pues no sé. Me veo compaginando mi pasión, que es el atletismo. Me cuesta creer que será mi profesión, será algo que haga por hobbie o como un trabajo extraordinario. Me veo como fisioterapeuta más allá del deporte. A día de hoy ese es el camino que quiero y creo que puedo conseguir dedicarme a la fisioterapia en otro aspectos, como hemos hablado antes. Seguiré estudiando la fisiología y la biomecánica para entender mejor el cuerpo y eso me puede llevar a tratar a pacientes patológicos como con cáncer o con enfermedades metabólicas, que me atrae mucho. Por supuesto también ligado con el deporte, como aficionado al deporte, que me toca ahora serlo, haciendo deporte, atletismo y así lo veo ahora. Me encantaría decirte que voy a montar un grupo profesional aquí en Córdoba y tendré tanto deportistas como empresas apoyándome detrás, pero se me antoja bastante complicado.
Llegó un momento en el que no disfrutaba y por eso lo dejé
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