De patios entre Santiago y San Pedro: Aceite, 8
Como si quisiera ocultar su presencia de las miradas ajenas, el inmueble se ubica en una estrecha calle que es afluente de Agustín Moreno. No muy lejos de la parroquia de Santiago Apóstol se halla una de las viviendas que cada año visitan miles de personas con motivo del Mayo Festivo -guía-. Es el número 8 de Aceite, un edificio que esconde tras sus puertas un auténtico camino por la naturaleza en pleno casco urbano. Dentro de la ruta Santiago-San Pedro está el que es hogar del matrimonio formado por José Antonio Espinosa y Carmen Lopera, que concurren al Festival de Patios con más de un espacio florido al aire libre. Aunque en esta ocasión lo hacen con dos recintos y no con los tres con que cuenta la construcción.
La casa-patio tiene en la actualidad un aspecto muy diferente al de antaño. Otrora fue hogar vecinal y acogió entre sus paredes a unas 30 familias. Entonces la vivienda se dividía en pequeñas salas habitacionales en torno a un jardín que hoy por hoy alberga una piscina que en mayo suele convertirse en fuente. Es este recinto el que no van a poder contemplar en esta ocasión los visitantes de una vivienda cuya peculiaridad, tal y como señala su propietario, es su amplitud. Son más de 300 metros los que tiene el inmueble en lo que se refiere a sus patios, que están encuadrados en el Festival, dentro de la modalidad de Arquitectura Moderna, desde 1999. Algo que ocurre a petición popular. “Fue la gente la que me animó”, afirma José Antonio Espinosa acerca de su inscripción en el certamen.
PREGUNTA. ¿Qué significa el patio para usted?
RESPUESTA. Si no te gustan las plantas, no puedes tener patio. Un patio sin flores no es nada. Lo puedes tener, pero con sus macetas y sus flores.
P. ¿Por qué decide participar en el Festival?
R. Dos años antes había estado por mi cuenta. Sin participar en el concurso, ponía un cartel en la calle y entraba muchísima gente. Antes no había planos y la gente sabía los que participaban porque eran casi siempre los mismos. La gente entraba y decía lo bonito que estaba y preguntaba por el premio que nos habían dado. Cuando respondía que no estábamos en el Festival me decían que lo pusiera. Así estuvimos dos años y después dijimos de ponerlo. Fue la gente la que me animó.
P. ¿Qué opinión le merece el Festival de Patios hoy por hoy?
R. Quizá es la gallina de los huevos de oro, pero si muere… Está muy masificado de personas, porque ya vienen excursiones de todo tipo. El año pasado recibí más de 30 grupos, unas 17.500 personas. A mí me da igual la cantidad, esto no es abrir por eso. El jurado no tiene en cuenta la zona de dentro, el trabajo que tiene. Mi tiempo y mi economía tiene que ser para los 300 metros de los tres patios.
P. ¿Qué considera necesario mejorar?
R. Como mejorar, la ayuda que nos dan, porque con lo que nos dan para es para chinos y plantas. Nos descuentan agua y nos van a descontar IBI, que nos viene muy bien, pero si contáramos las horas que hay que dedicar a un patio hasta ponerlo en marcha y las horas que se le dedican al concurso, imagina el dinero que tendríamos que cobrar. Somos los cicerones de nuestros patios, echamos muchísimas horas antes y durante el concurso. Y está muy masificado. Todos hablan muy bien, de que brilla, pero a la hora de la verdad no lo hace ante este potencial que ponemos en marcha. Esto es sólo que el Ayuntamiento saca unas bases, nos inscribimos y luego ya hacen los planos, y luego según los metros te dan una subvención. Al Ayuntamiento no le cuesta nada de trabajo. Es posible que la Noche Blanca del Flamenco tenga un presupuesto más alto que nosotros en 14 días.
P. ¿Qué futuro cree que aguarda al Festival de Patios?
R. Generacional, muy difícil. Yo, por ejemplo, tengo un hijo que está en Madrid trabajando. No voy a hablar por nadie, pero el día que yo no pueda tirar del patio, lo cerraré y punto. A no ser que un enamorado del patio y diga: yo te lo voy a cuidar y lo voy a presentar. Entonces, este patio dejará de tener tantas macetas. Si lo pongo en el concurso es porque está presentable.
P. ¿Cuál es su recomendación para disfrutar de los patios?
R. Que vayan sin prisa (los visitantes), sobre todo los de Córdoba, que si sólo pueden ver unos patios este año, ya verán los otros. Que vayan a primera hora de la mañana y de la tarde. Es una fiesta de Córdoba y echo muchísimo de menos a los cordobeses. Veo a muy pocos cordobeses. A muchos los conocemos porque venían y te saludaban y demás. Se echan en falta muchas caras.
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