Un mundo sin secretos
El enigma está resuelto. Y del mismo modo el caso. Termina la investigación después de seguir el rastro de las coplas. Cada acorde es una prueba, cada letra deja tras de sí una huella. La del mejor de los delitos posibles. Es el robo de las emociones, el golpe de la crítica y la sustracción de las carcajadas. Es el crimen compartido que en febrero siempre tiene lugar. Todos lo perpetran y todos son culpables. Porque si vivir y sentir el Carnaval es un crimen pocos pueden huir de su sentencia en el Gran Teatro, donde en realidad todos desean su más deseada condena. Una dulce condena en un mundo sin secretos, en el que uno ríe con un peculiar controlador de aparcamiento o con una artista mundialmente conocida en Cañete de las Torres y Córdoba y al instante cruzar un puente hacia un relato de intriga diferente o pensar en un planeta nuevo, diferente y mucho más habitable y luminoso. Dicta el juez: déjese llevar por la magia que generan comparsas y chirigotas en el Concurso de Agrupaciones Carnavalescas.
La incógnita es desvelada en el momento en el que se abre el telón. Un puente cruza el Támesis y al mismo tiempo el Guadalquivir. Un puente que está compuesto por dos: el de Westminster y el Romano de Córdoba. La Torre del Reloj del Big Ben se enfrenta a un campanario de una ciudad que es profunda y enigmática. Un concepto doble que ensalzó en la quinta función preliminar del certamen ‘La misteriosa’, la propuesta que idearon los que en menos de dos semanas pregonarán el Carnaval. Y que además supuso otro esperado regreso a las tablas del Gran Teatro. De nuevo en el Concurso estuvieron de la mano Fernandito Abad y Antonio Ramírez Añete, que retornaron con un grupo de inspectores al más puro estilo Sherlock Holmes. De hecho, los detectives estuvieron acompañados por Watson, elemental. Toda vez que la luz tomó la escena la duda sobre el tipo de la comparsa desapareció y comenzó en ese instante exacto un camino diferente por Córdoba.
A la ciudad dedicaron los pregoneros y su agrupación su propuesta y gran parte de su repertorio. Con buena música y voces, ‘La misteriosa’ aseguró de entrada que “aquí no hay nada que investigar” pues quedaba claro el embrujo de Córdoba, que señalaron como “sospechosa” de ser eterna y única. Destacó su segundo pasodoble, una certera crítica a Felipe González y su postura en los últimos tiempos. “Yo no hablo de cal viva, ni de la OTAN ni de quién nos metió […] vengo a hablar de chaquetas de pana”, y de casta, en la que situaron al ex presidente del Gobierno. “Me da vergüenza cuando me doy cuenta de que me has engañao”, aseveró el conjunto dado el “socialismo pepero” del que fuera líder del PSOE y máximo mandatario español. Lo que sí investigó y trató de resolver el grupo de Fernandito Abad y Añete en su estribillo fue “un misterio peculiar”. “Por qué a ver quién coño se lo explica, Mariano nos arruina y gana el PP”. En el popurrí la formación narró lo que significa Córdoba y el Carnaval.
Fue noche de chirigotas, aunque la comparsa solicitó su espacio también de la mano de uno de los cinco conjuntos de la provincia de este lunes. Fue la de Aguilar, que esta vez piso las tablas del Gran Teatro con ‘Mi mundo’, una propuesta interesante tanto en su tipo como en su repertorio. Los últimos supervivientes de la Tierra iniciaron su labor para reconstruir el planeta y hacerlo mejor que el actual. Quisieron hacer “un mundo nuevo con libertad […] sin odio y sin maldad, de música, de risa y alegría, un mundo lleno de Carnaval”. El grupo, que presentó una escenografía vistosa y cuidada, dedicó un pasodoble a su amante, la otra, que es su comparsa. En el segundo realizó una necesaria crítica al comportamiento de Europa para con los refugiados. “Con gran dolor tuvieron que huir de su tierra querida […] él dijo a María no sufras, pasó lo peor […] después de un largo camino llegaron a una nueva tierra, llamaron a muchas casas pero nadie abría su puerta”, relató el conjunto al inicio con referencia al nacimiento de Jesús. Pero la historia en el siglo XXI cambió y los que ahora huían “fueron echados a patadas”. “Fuera de aquí, sois una carga, iros a vuestro país”. La formación sacó así los colores a una sociedad que olvidó cuál era su deber.
El cartel de esa modalidad lo completó la Comparsa de Puente Genil, que volvió esta vez al Gran Teatro con ‘Ánimas’. Sus componentes representaron almas en pena que al final dejaron de serlo. Sobresalió en su pase el segundo pasodoble, que atacó a los que antes lo habían hecho con el pequeño Adrián, el niño que sufre cáncer y sueña con ser torero. “De qué sirven tus palabras si tienes la lengua de una serpiente […] si su vida es torear a una puta enfermedad a lo que no tiene miedo […] la vida le puso en el ruedo y ya tiene a la enfermedad agarrada por los cuernos”. Desde la provincia llegó también la agrupación que abrió la función. Ésta fue la Chirigota de Fuente Palmera, que en su salto a las tablas cordobesas apareció con ‘Estamos pegaos’. Su tipo fue el de dos hermanos siameses que en su primer pasodoble hizo un canto a la tolerancia y el respeto.
En lo que a chirigotas se refiere destacó especialmente ‘Enemigo público número 1’, la nueva propuesta de la agrupación de Jesús Lara, de Aguilar de la Frontera. Metidos en la piel de controladores de aparcamientos, los miembros de este conjunto dieron un más que original repaso a la corrupción en España por medio de una extensa suma de millones a través de casos como el de las tarjetas black o la Púnica. “Este pasodoble que te he cantao se va a quedar obsoleto”, y eso es lo peor. El grupo tiró una divertida tanda de cuplés. En el primero invitó al público a acompañar en la realización de un Mannequin Challenge, que terminó así: “Mira presidente (Rajoy), si me ves así como estoy, por tu culpa, porque tú me has dejao parao”. El segundo no fue menos gracioso, y aplaudido: un señor decidió ver un vídeo porno y el asunto se vino arriba, pero llegó la mujer. Y el hombre huyó por el pasillo miembro viril sujeto con una mano y el móvil en la otra… “Quita, no me entretengas, que hay un Pokémon en el pasillo”.
Más que entretenida fue también la actuación de ‘Manolo para los amigos’, idea de la Asociación Esto está ganao, que el año pasado acarició la final con ‘Esto está perdío’. La agrupación de Cañete de las Torres ideó un tipo de un hombre que es artista como mujer. “Soy La Califa, señores, Manolo para los amigos”. Esta chirigota mantuvo su sello sobre las tablas del Gran Teatro y contó con la complicidad del público. Una vez más su popurrí fue una fiesta en la noche coplera de Córdoba. También levantó risas y no pocas la Chirigota de Pelos y Quillo, que después de haber sido ‘El nervios’ el año pasado se convirtió en un conjunto de tiesos. Tíos sin un euro a los que, después de muchos intentos, les tocó el Euromillón. Tanto Antonio Navajas como José Manuel Jiménez idearon un repertorio enlazado y estrechamente ligado en todo momento con su disfraz. En cierto modo fue una historia personal. Ese grupo cerró con ‘Adiós don Pepito, hola don José’ una función en la que también estuvo la agrupación de misma modalidad de Javi Salazar. En este 2017 dio forma a ‘La comunidad’, una de Amish que fundó la formación en Pensilvania tras exiliarse. ¿El motivo de la huída? Que el pasado año su tipo fue de jurado del Concurso en una edición en la que “el becario” la lió con el ordenador y al final hubo dos primeros, dos terceros… en chirigotas.
0