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Cien años de Concurso tras la peor pandemia en un siglo

Los patios de Córdoba, testigos de la Historia (2020-2021)

Rafael Ávalos

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No hay logro posible sin esfuerzo. Tampoco existe, en muchas ocasiones -quizá las más-, sin la superación de escollos. En el caso del certamen, las vicisitudes fueron muchísimas desde que surgió en 1921. Fue espectador de la caída de la monarquía tras unos años de connivencia con un dictador, que acabó con el constitucionalismo; de una república fallida; de un régimen tiránico que duró casi cuatro décadas tras una cruenta guerra civil y de la llegada, al fin aunque no sin obstáculos, de la democracia. Asistió a todo tipo de situaciones, a contextos muy diferentes. El Concurso de Patios, en definitiva, fue y es testigo directo de la Historia, tanto de Córdoba como del resto de España -y del mundo, si así se quiere ver-. Lo que no dejó de ocurrir avanzado el siglo XXI, cuando sufrió con otro contratiempo. Enorme, éste.

A pesar de todo, el evento pudo cumplir cien años. Una efeméride inimaginable, con toda seguridad, hasta 1956. En tres décadas y un lustro, fueron más las ocasiones en que no se celebró y cuando tuvo lugar apenas obtenía la repercusión merecida. Todo eso quedó atrás, como recuerdo, cuando en 2021 el Concurso de Patios alcanzó el siglo de edad. Sin embargo, la satisfacción se vio ensombrecida por un hecho que rompió la normalidad del planeta al completo. La aparición del Covid-19 provocó una reformulación de la vida, y en materia festiva en Córdoba supuso la cancelación de cualquier cita durante meses. En casos, como las procesiones de Semana Santa, en un bienio. El certamen todavía tenía que ser testigo de circunstancias históricas, como lo será, seguro, en adelante.

Corría el mes de febrero de 2020. Aún no habían saltado las alarmas. Probablemente la reacción por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del gobierno de los distintos países del globo fue tardía. Incluso podría considerarse inadecuada. En esos días un nuevo virus daba el salto a diferentes territorios. En diciembre de 2019 ya causaba cierres de ciudades en China, donde tuvo su punto de partida. Wuhan fue el kilómetro cero de una patología que vendría a condicionar muy mucho la existencia en tiempo posterior. La fecha mencionada fue la misma en que el bicho arrancaba su singladura en España, que terminaría por ser uno de los estados más afectados de Europa. También del mundo a nivel proporcional -en base a su población total-. Lo de menos en aquellos momentos era si podía celebrarse o no tal o cual evento.

La peor pandemia en un siglo

El Covid-19 transformó la sociedad al traer consigo una epidemia global, que sacudió a todo el planeta. Sin excepción. Había que retroceder hasta 1918 para contemplar una situación similar. Entonces el atacante fue una enfermedad denominada, de forma totalmente errónea, gripe española. A la historia pasó con ese nombre de modo que se agrandaba, sin importar la vertiente, la leyenda negra del país. Pero sin que España fuera el origen y ni siquiera padeciera el virus a una escala mínimamente similar a la de otras muchas naciones. Curiosamente, soportó y soporta el peso de ese hecho por ser el estado en que mejor se informaba de ello. La comunicación, esencial, se tuvo como defecto en la generalidad de la Tierra, fue y es paradójico. Por cierto, cuando esa mal llamada gripe española comenzó a hacer estragos, los patios de Córdoba se abrieron por primera vez oficialmente, a petición del Ayuntamiento.

Aun así, es incierto que el Concurso arrancara en 1918. Menos aún, por tanto, que no se volviera a celebrar como consecuencia de la pandemia, que es la epidemia global. El certamen, como ha quedado recogido durante estos días, tuvo su inicio en 1921, un año después de que la gripe española dejara de matar a millones de personas. Nadie imaginaba tras más de un siglo que la situación pudiera repetirse. Aunque fuera menor el resultado en fallecimientos. En España, las alertas sonaron a principios de marzo, de forma que el sábado 14 el Gobierno decretó un confinamiento de los ciudadanos en sus hogares. Sólo podía salirse a la calle con motivos excepcionales. La salvedad en este aspecto fue con los trabajadores esenciales: sanitarios, productores de alimentos, transportistas, empleados de comercios… La nación se cerró en sí misma, como también hicieron muchas otras. Hoy no se recuerda, pero el obligado enclaustramiento en las casas se dio en el resto del planeta. En el caso particular, la medida se prolongó hasta junio. Fueron tres meses de adaptación a un modelo desconocido de vida.

Por supuesto, en ese contexto era imposible la celebración de fiestas. Entre ellas se encontraba el Concurso de Patios, que de forma inesperada, vivió una interrupción en su recorrido. En 2020, los emblemáticos recintos no abrieron sus puertas al público, que no lo había, como es lógico. Lo cierto es que la peor pandemia en un siglo estuvo presente también el año en que el certamen debía desarrollarse más especialmente que nunca. No en vano, después de tanto, en 2021 tenía lugar su centenario. Por más que los propietarios e inquilinos quisieron que la efeméride no pasara desapercibida, los actos no tuvieron la relevancia que merecía el evento y quienes le dieron, dan y darán sentido -quienes cuidan las casas-patio-. Al menos, en mayo volvieron las galas a la ciudad con una edición que contó con 50 participantes.

La historia continúa

Las medidas de prevención eran muchas. No quedaba otra que llevar mascarilla, tener una distancia interpersonal y no perder de vista el gel y las toallitas. Había que evitar, en lo posible, las aglomeraciones. Muy distinta fue la cita en 2021, con esos cien años en la tarta imaginaria del Concurso. Esa vez, el primer premio se lo llevaron el número 6 de Marroquíes y el 5 de Parras en arquitectura antigua y arquitectura moderna, respectivamente. Tras estos quedaron en segundo y tercer lugar Tinte, 9 y San Basilio, 44 en la primera categoría y plaza de las Tazas, 11 y Martín de Roa, 2 en la segunda. Además, el séptimo de esa última calle, en el Alcázar Viejo, obtuvo la mención de honor que desde unos años atrás se entregaba a un recinto emblemático.

Con más normalidad se desarrolló el Concurso en 2022, aunque el virus continuaba suelto. Este año fue importante para el certamen porque registró un nuevo récord, el vigente en la actualidad. Rechazado el tope de participación, fueron hasta 59, nada más y nada menos, los recintos que intervinieron. En cuanto a los premios, el máximo galardón en arquitectura antigua lo recogió el número 9 de Tinte, casi frente al río Gudalquivir, y en arquitectura moderna lo recibió el 2 de Pastora, en San Lorenzo. La mención de honor entonces fue para Maese Luis, 22. La fiesta recobraba su fuerza y no sólo eso sino que iba a tener más novedades en adelante.

Porque este 2023 ha sido el de la inclusión de otra categoría, la de patios singulares. En este Mayo Festivo, en un certamen que concluye precisamente este domingo, han sido 53 las casas-patio que han abierto sus puertas dentro de competición. La bajada en inscripciones no ha supuesto una disminución en visitas, todo lo contrario. Al fin y al cabo, las cifras de participación siempre son oscilantes, pero el atractivo de la cita no. Los premios en esta ocasión se los han llevado XXX en arquitectura antigua, XXX en arquitectura moderna y XXX como patio singular. Mientras, la mención de honor ha sido para XXX. Lo más relevante es que, después de 102 años de existencia y 82 ediciones celebradas, para el Concurso de Patios la historia continúa.

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